Los ex del PP contemplan desde la barrera los líos de Génova 13
Parte de los escaldados del PP de Casado, reunidos en la presentación del libro de Rajoy, asisten con humor a la guerra con Ayuso
“¿Vas a dar algún tortazo o seguirás yendo de educado?”, cuenta Mariano Rajoy que le preguntaron cuando empezó a contar a sus amistades que preparaba un nuevo libro. Este miércoles, al presentarlo, Carlos Herrera —el expresidente eligió a un civil para hacer los honores y no herir sensibilidades orgánicas— ya advirtió que “no es un ajuste de cuentas”, uno de esos libros con “nombres en negrita” y “rastros de sangre”. Es decir, una cosa es Política para adultos y otra ...
“¿Vas a dar algún tortazo o seguirás yendo de educado?”, cuenta Mariano Rajoy que le preguntaron cuando empezó a contar a sus amistades que preparaba un nuevo libro. Este miércoles, al presentarlo, Carlos Herrera —el expresidente eligió a un civil para hacer los honores y no herir sensibilidades orgánicas— ya advirtió que “no es un ajuste de cuentas”, uno de esos libros con “nombres en negrita” y “rastros de sangre”. Es decir, una cosa es Política para adultos y otra Políticamente Indeseable, que también se presentó esta semana, a pocos metros de distancia y con muy distinto público.
A la presentación del libro de Cayetana Álvarez de Toledo no fue prácticamente nadie del PP y este miércoles, en la de Rajoy, estaban casi todos, incluso los que llevaban más de 40 días evitándose. El expresidente logró reunir a Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso e incluso abrazó, con un ala en cada hombro, a la que quiere ser presidenta del PP madrileño y al que Génova quiere que ocupe ese puesto, José Luis Martínez Almeida. Todos posaron con esas sonrisas congeladas, con y sin cámaras delante. Iban por dentro las procesiones: la de la pugna por el liderazgo del partido en Madrid; la de las primarias; las de los que decidieron abandonar la política tras la marcha de Rajoy. No había invitado sin heridas, pero algunos de los que salieron escaldados del PP de Casado, los que se llevaron las manos a la cabeza cuando eligió a Díaz Ayuso como candidata a la presidencia de la Comunidad pese a su falta de experiencia, o los que advirtieron que Álvarez de Toledo siempre sale rana —en su día ya le había dado portazo a Rajoy— se divierten ahora, desde la barrera, con los líos de Génova 13.
Estaba la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que tras una reunión infructuosa con Casado para ver si era posible integrarse en su equipo tras ganar este las primarias en 2018, fichó por Cuatrecasas. También Alfonso Alonso, al que el líder del PP retiró como candidato a las elecciones vascas a 42 días de los comicios y tras más de 30 años de servicio al partido en Euskadi. Y un nutrido consejo de exministros: desde Ana Mato a Fátima Báñez; desde Rafael Catalá a Íñigo Méndez de Vigo, uno de los primeros lectores del libro.
Rajoy habló un poco menos que su telonero, pero dijo lo que quería decir y en ese lenguaje propio que casi habíamos olvidado (“chisgarabís”, “zascandileo”...). Defendió al rey Juan Carlos — “atropellado injusta e inmisericordemente”—; se burló del lenguaje inclusivo — “quedaría feo decir las logopedas y los logopedos”—; dejó una pista para tratar de alejar a los suyos de Vox — “el populismo es contagioso si uno no se anda con cuidado”—; anunció que le robaba una frase a Churchill —“soy optimista y no parece de mucha utilidad ser cualquier otra cosa”— y repartió elogios entre los niños, para que nadie se molestase. “Quiero que Pablo Casado sea presidente”; “José Luis [Martínez Almeida] se ha ganado el afecto de Madrid”; “Ayuso ha sido muy valiente. Agradezco que está aquí y además que esté ahí”.