EH Bildu ensancha el tablero político vasco

PSOE y Podemos verbalizan que el nuevo paso de reconocer a las víctimas de ETA abre “una nueva etapa” de acuerdos en Euskadi

Cartel electoral en 2016 de los tres partidos de izquierdas. Entonces la cara de Podemos era Pili Zabala, ahora es Pilar Garrido.LINO GONZALEZ RICO

La segunda fuerza del Parlamento vasco, EH Bildu, es ya para muchos dirigentes del Partido Socialista de Euskadi, y de Elkarrekin Podemos “una fuerza política más”. La declaración del coordinador de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, en la que proclamó que sentían “enormemente” el sufrimiento de las víctimas “de ETA” y que “eso nunca debió ocurrir” ha derribado algunas trabas éticas de cara a normalizar las relacione...

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La segunda fuerza del Parlamento vasco, EH Bildu, es ya para muchos dirigentes del Partido Socialista de Euskadi, y de Elkarrekin Podemos “una fuerza política más”. La declaración del coordinador de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, en la que proclamó que sentían “enormemente” el sufrimiento de las víctimas “de ETA” y que “eso nunca debió ocurrir” ha derribado algunas trabas éticas de cara a normalizar las relaciones y los pactos. Aunque todavía persisten algunas dudas sobre si los avances progresivos de ese mundo en paz y convivencia son sinceros o responden a una estrategia para seguir creciendo, los partidos de izquierda admiten que su actitud abre “una nueva etapa” que ensancha el campo de juego político vasco al favorecer pactos, incluso de gobierno, aunque a “medio plazo”.

“EH Bildu ha dado un paso más al que tendrán que seguir otros, pero este ha sido positivo y significativo”, reconoce el portavoz del grupo parlamentario socialista, Eneko Andueza. Esa vía de acuerdos puntuales ya estaba lanzada, no solo en el ámbito vasco, sino en el Congreso de los Diputados, donde el Gobierno de Pedro Sánchez se apoya en la izquierda soberanista que actúa como un agente político más, y en Navarra. La Cámara de Vitoria ha sido el escenario de numerosos acuerdos entre PSE, PNV y EH Bildu, en leyes de peso como la de Vivienda. Incluso cuando EH Bildu ganó en 2011 las elecciones en la Diputación de Gipuzkoa, el PSE apoyó una reforma tributaria en el parlamento provincial. Este mismo mes de octubre los grupos municipales del PSE, que gobierna en Eibar, y EH Bildu alcanzaron un acuerdo para llevar adelante pactos estratégicos para el municipio, de los que el PNV se quedó fuera.

El avance de Sortu “facilita reforzar los acuerdos en temas de sensibilidad social”, confirma Andueza, y de paso eleva el nivel de confianza entre formaciones hasta hace poco enfrentadas, imprescindible para dar el siguiente paso al plano autonómico. Andueza será elegido nuevo secretario general del PSE, en sustitución de Idoia Mendía, si gana en las primarias a Soraya Morla en la votación del próximo día 30. Morla defiende cuestionar mucho más los pactos con el PNV, y abrir la puerta a otras posibilidades. El IX congreso del PSE está previsto para los días 20 y 21 de noviembre.

Reunión oficial de EH Bildu y PSE-EE en 2016 cuando empezaba el deshielo. A la izquierda la delegación de EH Bildu con Arnaldo Otegi, en la sede del PSE de Bilbao, y a la derecha Idoia Mendia.FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

Frente al entusiasmo con el que PSOE y UP recibieron la declaración de Otegi, los Gobiernos central, vasco y navarro fueron mucho más fríos en sus análisis, dejando claro que quizás todavía no es tiempo de permitirles la entrada o apoyarles si consiguen una mayoría en el corto plazo. “Los socialistas vemos ahora a EH Bildu como un partido normal” aseguró tras conocer las palabras de Arnaldo Otegi el que fuera presidente del PSE hasta 2014, y uno de los negociadores del final de ETA, Jesús Egiguren. En su opinión “se abre una nueva etapa” en Euskadi, aunque a renglón seguido puntualizó con una sonrisa: “Que no se preocupe el PNV, que no estamos hablando todavía de alternativas de Gobierno”. “Hay debates nucleares como el soberanista en el que somos muy diferentes, pero en otros de carácter social que afectan a los ciudadanos hay recorrido, sí”, asegura Andueza.

La secretaria general de Podemos Euskadi, Pilar Garrido, también cree que en el medio plazo “será posible cerrar un tripartito de izquierdas” si se basa en políticas sociales. Augura que la izquierda abertzale acabará “condenando” la violencia cuando se den las condiciones de cerrar un acuerdo de Gobierno. Podemos defendió ese tripartito en las pasadas elecciones, aunque entonces el PSE-EE no tenía ninguna intención de explorar esa vía.

La tesis de que Sortu y todo su entorno vincula cada decisión política a determinados fines viene avalada por la propia cronología de los hechos. Los herederos de Herri Batasuna rechazaron la violencia en los estatutos de Sortu para que el Tribunal Constitucional diera luz verde a su proyecto político en junio de 2012. En septiembre de ese año, Arnaldo Otegi, que todavía estaba en prisión dijo: “Si en el desempeño de mi labor política he añadido un ápice de dolor a las víctimas, lo siento”: Apenas si faltaba un mes para las elecciones. En diciembre de 2013 el colectivo de presos de ETA emitió un comunicado en el que reconocían “el sufrimiento y daño generados”. Entendían que podía ser una buena pista de aterrizaje para empezar a mejorar sus condiciones penitenciarias. En junio de 2017 Otegi puso distancia con el atentado de Hipercor de ETA, una salvajada con 21 muertos y 45 heridos: “Jamás debió ocurrir, compartimos el dolor con las víctimas”. “Creo que la izquierda abertzale condenará la violencia cuando acaricie un Gobierno. Espero que sea así, que sigan avanzando en cerrar heridas, y con ello abra ventanas a esos posibles gobiernos que agradecerán los ciudadanos”, asegura Garrido, que como los socialistas creen que las dificultades para dar pasos en ese mundo son tan elevadas, que no ponen en duda su sinceridad.

Esa alternativa que PSE y Elkarrekin Podemos atisban en el medio plazo es, sin embargo, ciencia ficción para un PNV preocupado por el crecimiento de la izquierda abertzale. El lehendakari, Íñigo Urkullu y el presidente, Andoni Ortuzar, han sido muy críticos con la declaración de Otegi, un político en el que no confían y al que exigen más contundencia en el rechazo de la violencia. Para Eneko Andueza “la estrategia del PNV pasa por generar preocupación en torno a EH Bildu y polarizar el debate para sacar rédito político”. “Debería haber mostrado esa contundencia cuando firmó el pacto de Lizarra con ellos”, recuerda. PNV y EH Bildu luchan por la hegemonía en Euskadi, y salvo con Juan José Ibarretxe como lehendakari, no han firmado ningún pacto más allá de en el entorno de los parlamentos nacional, navarro y vasco.

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