Albares: “Pakistán ha prometido ayudarnos a evacuar a nuestros colaboradores afganos”

El ministro de Asuntos Exteriores alerta del riesgo de que Afganistán se convierta de nuevo en un centro del yihadismo internacional

José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación posa en el Palacio de Viana de Madrid. En vídeo, un fragmento de la entrevista.Vídeo: ANDREA COMAS / CARLOS MARTÍNEZ
Madrid -

A las ocho de la mañana de este sábado aterrizó en Madrid procedente de Islamabad (Pakistán) y este domingo acompañará al Rey al funeral del expresidente portugués Jorge Sampaio. Desde que tomó la cartera de Exteriores, hace ahora dos meses, no hay vacaciones ni fines de semana para este diplomático madrileño de 49 años. José Manuel Albares lo atribuye a que España ...

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A las ocho de la mañana de este sábado aterrizó en Madrid procedente de Islamabad (Pakistán) y este domingo acompañará al Rey al funeral del expresidente portugués Jorge Sampaio. Desde que tomó la cartera de Exteriores, hace ahora dos meses, no hay vacaciones ni fines de semana para este diplomático madrileño de 49 años. José Manuel Albares lo atribuye a que España se ha convertido en “un actor global, que tiene voz en todas las crisis internacionales”. Pero se debe también a que llevaba dos décadas teorizando cómo debía ser la diplomacia española y solo le quedan dos años de legislatura para ponerlo en práctica. Cuando Pedro Sánchez le encargó sustituir a la ministra Arancha González Laya, en plena crisis con Marruecos, no le dio ninguna instrucción. No hacía falta. Albares fue durante años su principal consejero de política internacional, en el partido y en La Moncloa. ”Sé muy bien lo que el presidente espera de mí”, confiesa.

Pregunta. El viernes estuvo en Pakistán y el martes irá a Qatar, los dos países con mejores relaciones con los talibanes. ¿Qué información le han dado?

Respuesta. Sin duda, Qatar y Pakistán son los dos países que tienen mayor contacto, conocimiento e influencia con los talibanes. Voy a esperar a ver qué me dicen las autoridades de Qatar, pero en Pakistán pude ver al ministro de Exteriores, al primer ministro y al jefe del Estado Mayor, a las personas clave. Tienen una amplísima frontera con Afganistán y una cosa muy importante: comparten con nosotros el deseo de evitar que una crisis afgana se convierta en una crisis regional. Ellos serían los primeros afectados. Su visión es que debemos juzgar a los talibanes por sus actos, darles, digamos, una oportunidad. Mi actitud fue decir [que] a los talibanes les pedimos desde ya tres cosas muy claramente: que nuestros colaboradores afganos puedan salir libremente, que la ayuda humanitaria al pueblo afgano pueda llegar y que haya un respeto a los derechos humanos. Con especial hincapié en los derechos de las mujeres y las niñas.

P. Si hay que juzgar a los talibanes por sus actos, estos no son muy esperanzadores.

R. Los primeros pasos no lo son. En cualquier caso, nuestra actitud no va a variar. Si es necesario tener contactos operativos con los talibanes para alcanzar uno de esos tres objetivos, lo haremos. Insisto, no vamos a dejar a nadie atrás. No vamos a dejar a ninguno de nuestros colaboradores afganos. Intentaremos por distintas vías irlos trayendo.

P. Ya se han reanudado los vuelos desde Kabul de Qatar Airways, ¿tienen la promesa de las autoridades paquistaníes de que les ayudarán a sacar a los colaboradores españoles?

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R. Sí y así me lo trasladaron: ayudarán en la medida de sus posibilidades. Los vuelos son muy incipientes. Un par, de momento. Eso es un signo muy positivo. Si el aeropuerto vuelve a funcionar para vuelos comerciales, inmediatamente lo usaremos. Entretanto, estamos ya explorando otras vías y Pakistán va a colaborar en ello.

P. ¿De cuántas personas estamos hablando?

R. Sería irresponsable hablar de cifras. Cuando todo termine, podremos hacerlo. De momento, todo el esfuerzo es conseguir que estén a salvo y salgan. No quedan ya españoles ni personal de la embajada. Eso sí se lo puedo decir. Quedan colaboradores, un concepto que incluye al colaborador propiamente dicho, su cónyuge, ascendentes dependientes, hijos y hermanas solteras. Tenemos una lista que ha sido depurada y verificada y estamos en contacto con todos especialmente por móvil e Internet.

P. El lunes hay una conferencia de donantes para Afganistán. ¿España va a donar? ¿Cómo se garantiza que la ayuda llega a la población?

R. España va a hacer una donación que estamos perfilando, pero será consecuente con nuestro compromiso global, entre cuatro o cinco millones de euros. Es imposible saber ahora cómo va a llegar la ayuda humanitaria sobre el terreno. Hay algunas agencias de Naciones Unidas que se mantienen allí y por el momento no están siendo inquietadas. También hay unas necesidades de la población afgana a las que los propios talibanes tienen que hacer frente y por lo tanto podríamos asumir que habrá un interés por su parte para que esa ayuda llegue a la población.

P. Pakistán, ¿abrirá sus fronteras a los refugiados?

R. Esa es una pregunta que deben responder las autoridades de Pakistán. Lo que sí le puedo decir es que, en el caso de nuestros colaboradores afganos, tendieron la mano y aceptaron la propuesta de ayuda que yo les solicité. La Unión Europea tiene que comprometerse también con los países vecinos de Afganistán. Si no, el riesgo es que desborde en una crisis regional.

P. ¿La UE aboga por construir campos de refugiados en Pakistán como se hizo en Turquía con los sirios?

R. Nadie baraja campos de refugiados en estos momentos. El esfuerzo está en que no haya refugiados. Por eso la ayuda humanitaria es absolutamente vital.

P. ¿Acogerá España a miembros de grupos vulnerables como mujeres que se han significado públicamente o periodistas amenazados?

R. Son dos situaciones distintas que requieren respuestas diferentes. Una, nuestros colaboradores afganos. Hemos sido muy claros: no vamos a dejar a nadie atrás, intentaremos por todas las vías traerlos a todos a España. Ayer en Islamabad me entrevisté con uno de ellos, que era traductor de nuestro ejército, y su familia. Hay más en Pakistán y eso quiere decir que ya los estamos sacando. No le puedo ser más explícito. Después, hay una situación que es mucho más amplia: todas las personas que pueden sentirse amenazadas por el régimen talibán, por su profesión, su orientación religiosa, sexual, por el papel que desempeñaron en el gobierno anterior. [Ese problema] desborda con mucho España o a cualquier país. Necesitamos para ellos una respuesta unida de la comunidad internacional,

P. ¿Se está cumpliendo el acuerdo con Washington para alojar a sus excolaboradores afganos en Rota y Morón por un máximo de 14 días?

R. El acuerdo con Estados Unidos es una muestra de la solvencia de España para participar en los asuntos globales, ofreciendo soluciones, en este caso con uno de nuestros aliados más cercanos. Y es así como nos perciben: como un socio fiable. Probablemente sólo sea necesario utilizar Rota, aunque se pueden utilizar las dos. Son hasta 4000 colaboradores afganos que pueden transitar en un período de 14 días desde la llegada de cada uno. Lo que Estados Unidos pedía era una base de tránsito y se está cumpliendo sin ningún problema.

P. ¿Cómo explica el fracaso de la OTAN en Afganistán?

R. Nadie podía prever la entrada de los talibanes [en Kabul] de forma tan inminente: [eran] 300.000 soldados del ejército afgano apoyados por aviación frente a 75000 talibanes. Todos los informes de inteligencia hablaban de meses de resistencia, cuando no de años, y eso días antes de que entraran en la capital. Ese análisis hay que hacerlo, por supuesto, pero sin caer en el derrotismo. Una primera lección que se puede sacar es que una fuerza militar puede no ser suficiente para construir una sociedad, se necesita mucho más.

P. Quizá ese Estado levantado por Occidente en Afganistán estaba minado por la corrupción…

R. Es una de las hipótesis que estamos barajando, que probablemente las cifras [de efectivos] del Ejército afgano pudieran estar infladas o [los soldados] estuvieran mal pagados. ¿Dónde iba ese dinero? Todo eso se está ya analizando.

P. Se conmemora ahora el 20 aniversario del 11S. Trump pactó la retirada de EE UU a cambio del compromiso talibán de no acoger a yihadistas, pero en el nuevo gobierno afgano hay ministros de la red Haqqani, tachada de terrorista, y el atentado contra el aeropuerto de Kabul mostró la capacidad de la filial local del Estado Islámico.

Albares, contesta a una pregunta durante la entrevista en el Palacio de Viana en Madrid. Andrea Comas

R. Desgraciadamente, el terrorismo de corte yihadista nunca nos ha abandonado y puede golpear en cualquier momento. Tenemos que estar preparados para ello. Ayer lo planteé en Pakistán y a Qatar llevaré la misma mano tendida para trabajar conjuntamente, para que Afganistán no se convierta una vez más en un centro de atracción de yihadistas internacionales. El riesgo existe y debemos cooperar desde ya para que no ocurra.

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P. ¿Da por cerrada la crisis con Marruecos?

R. Desde el inicio dije que la diplomacia necesitaba tranquilidad, discreción y tiempos largos. Yo creo que a la vista está que [esta política] está dando frutos. Hay signos que son mucho más que esperanzadores. El discurso del rey [Mohamed VI] en el que citó a España de manera extensa. El presidente Sánchez desde la base de Torrejón, con la presidenta de la Comisión [Europea, Ursula von der Leyen] y el presidente del Consejo [Charles Michel], contestaron con ese mismo espíritu de conseguir una relación de respeto, confianza y beneficio mutuo. Yo creo que estamos en ese camino.

P. ¿Para cuándo su primer viaje a Rabat?

R. A mí me interesa mucho el primer viaje a Rabat, pero mucho más el segundo, el tercero o el cuarto. De lo que se trata es de construir una nueva relación sobre bases sólidas para que las crisis entre España y Marruecos no sean algo cíclico a lo que se tengan que enfrentar sucesivos ministros de Exteriores.

P. ¿Hay garantías de que lo sucedido en mayo pasado en Ceuta [entrada irregular de más de 10.000 inmigrantes] no se repetirá?

R. Hasta el momento, todos los signos que estamos viendo es que la voluntad de que esas situaciones no se repitan es compartida.

P. ¿Ha cambiado la postura de España sobre el Sahara?

R. La posición de España es clara. Es el marco de las Naciones Unidas. Hay una serie de resoluciones del Consejo de Seguridad y España se mueve en esos parámetros.

P. Nuestros dos vecinos del sur, Argelia y Marruecos, han roto relaciones diplomáticas mientras se rearman…

R. Marruecos y Argelia son dos grandes países, dos socios estratégicos y dos países amigos. Nosotros siempre vamos a trabajar porque los amigos, máxime cuando son vecinos nuestros, tengan la mejor relación posible. Ahí siempre nos encontrarán.

P. Su afirmación de que las importaciones de gas argelino a España no van a sufrir con esta crisis ¿no peca de voluntarista?

R. Es lo que me han trasladado las autoridades [argelinas] y las garantías que se han ofrecido así lo demuestran.

P. ¿Peligra la continuidad en Madrid de la Organización Mundial de Turismo (OMT) la única agencia de la ONU con sede en España?

R. Yo no barajo ni como hipótesis que la OMT pueda estar en otro sitio que no sea en Madrid. España es una potencia turística, la organización ha hecho aquí todo su recorrido desde que era una incipiente agencia hasta lo que es hoy y España está invirtiendo una suma importante en su traslado a un nuevo edificio.

P. Arabia Saudí la quiere.

R. Si algún país quisiera disputar esa sede a España, no habría ningún motivo más allá de la ambición de ese país. No hay ninguna queja, ninguna solicitud, ninguna demanda. Las sedes de los organismos internacionales no se pueden cambiar caprichosamente, como si fueran franquicias de un equipo de béisbol. Si eso ocurriera no sería solo un desafío a España, sino a todo el equilibrio del reparto de sedes del sistema multilateral. No me parece sensato.

P. ¿Es Arabia Saudí una dictadura?

R. La política exterior no se hace con definiciones, sino con acciones. Eso es lo importante. No entrar en los debates lingüísticos sino en las relaciones que tenemos con cada uno de los países.

P. La oposición lo acusa de no querer llamar dictadura a Cuba.

R. De las primeras declaraciones que hice tras tomar posesión fueron para exigir el derecho de manifestación para los cubanos y la puesta en libertad de los periodistas detenidos. Hay un mecanismo de consulta sobre derechos humanos que estableció el presidente Pedro Sánchez en su viaje a Cuba. No hay política hacia América Latina que sea creíble si no nos relacionamos con todos los países, [pero] cuando hay que hacer críticas, por supuesto que se hacen. A todas luces está que Cuba no es una democracia.

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