Puigdemont y Aragonès insisten desde Waterloo en que los indultos “no son la solución” y reclaman una amnistía

El presidente y el expresidente de Cataluña escenifican un acercamiento en Bélgica antes de las posibles medidas de gracia del Gobierno de Sánchez

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (a la izquierda), y el expresidente Carles Puigdemont tras su reunión en Waterloo (Bélgica) este viernes.Vídeo: Delmi Álvarez | Europa Press

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el expresidente catalán huido de la justicia española Carles Puigdemont han insistido este viernes tras una cita en Waterloo (Bélgica) en que los indultos a los presos del procés que baraja el Gobierno de Pedro Sánchez son solo una parte de la solución. “Con los indultos no se soluciona la represión” y tampoco “el conflicto político de fondo”, ha dicho Aragonès en la rueda de prensa posteri...

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El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el expresidente catalán huido de la justicia española Carles Puigdemont han insistido este viernes tras una cita en Waterloo (Bélgica) en que los indultos a los presos del procés que baraja el Gobierno de Pedro Sánchez son solo una parte de la solución. “Con los indultos no se soluciona la represión” y tampoco “el conflicto político de fondo”, ha dicho Aragonès en la rueda de prensa posterior al encuentro. En cambio, sí “pueden favorecer la situación de prisión de los nueve presos políticos en Cataluña”, y permiten “avanzar”, ha añadido. El presidente de la Generalitat ha insistido en reclamar una amnistía como única vía a largo plazo.

Puigdemont ha incidido en que las medidas de gracia que La Moncloa prevé aprobar en los próximos días en principio no tendrán ningún efecto sobre su situación ni sobre la de los demás exconsejeros huidos de Cataluña e instalados en Bélgica desde 2017. El expresidente, procesado en rebeldía y reclamado por la justicia española por su implicación en el referéndum ilegal del 1-O y la posterior declaración de independencia, ha remarcado que su vuelta a territorio español “no está sobre la mesa”, y que solo contemplan la posibilidad de un “retorno como personas libres”.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el expresidente Carles Puigdemont se saludan a la puerta de la residencia de este en Waterloo (Bélgica) antes de la reunión que han celebrado este viernes.

Aragonès ha incidido en esta misma idea, al afirmar que espera que este sea “el primero de diversos encuentros”, y confía en que los próximos puedan celebrarse “en el Palacio de la Generalitat y no en el exilio” ni en un contexto “de represión”. Presidente y expresidente han querido mostrar una sólida sintonía en su primer careo físico desde el reciente pacto de investidura entre las formaciones que lideran ambos políticos, ERC y Junts.

Enterrada el hacha de guerra tras el tira y afloja de las negociaciones para formar Gobierno en Cataluña, a las 12 en punto de este viernes, Aragonès ha aparecido a pie, con cierto aire de peregrino, bajo un sol de justicia y caminando sobre el asfalto abrasador de la avenue de l’Avocat de Waterloo, donde reside el expresidente Puigdemont. El hoy eurodiputado ha salido a la puerta de la famosa casa de ladrillo visto, que hacía meses que no congregaba a la prensa, y ha bajado las escaleras para recibir al republicano. “Bienvenido, presidente”, le ha dicho Puigdemont, en catalán. “Buenos días”, ha replicado Aragonès. Han chocado los puños y han atravesado el umbral del hogar decorado con un lazo amarillo.

Aragonès (izquierda) y Puigdemont en el salón de la residencia de este en Waterloo, instantes antes de iniciar su reunión.

La cita se ha prolongado durante algo menos de dos horas en la residencia de 550 metros cuadrados de Puigdemont, donde está ubicada además la sede del llamado Consejo por la República, cuyo encaje y liderazgo tanto ha enfrentado a ambas partes durante la negociación de investidura. En la reunión, celebrada en el salón de la casa, han tratado “multitud de temas”, pero sin entrar en cuestiones “ejecutivas”, según ha señalado el expresidente tras la cita. “Es un día de encuentro institucional”, ha dicho Puigdemont. En el mismo sentido se ha pronunciado Aragonès, que ha explicado que con su visita pretendía mostrar su “reconocimiento institucional” y la “continuidad histórica” del Gobierno catalán. Ha sido una “conversación franca, positiva y también personal”, ha valorado Puigdemont. Una reunión “larga” en la que se han hablado “con claridad”, ha añadido Aragonès, que ha tenido un reconocimiento para quien fue presidente catalán en “una legislatura extremadamente difícil”.

Desde el entorno independentista de Bélgica interpretan la visita como un gesto de Aragonès, que habría querido ver a Puigdemont antes que a Sánchez, lo cual indicaría, en su visión, donde se encuentra la legitimidad para el electorado independentista.

El presidente de la Generalitat podría tener una oportunidad para encontrarse con el jefe del Gobierno español este próximo lunes, en un acto en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, al que Sánchez tiene previsto acudir para explicar ante unas 300 personas de la sociedad civil los indultos y el horizonte de distensión con Cataluña que se abre en los próximos meses. Pero de momento su presencia está en el aire. “No me consta invitación alguna para este acto”, ha señalado Aragonès.

Al margen de esta cita, el jefe del Govern confía en que se celebre una reunión en el mes de junio, tal y como se había acordado entre Madrid y Barcelona. El líder de ERC ha insistido en que el futuro de Cataluña debe tratarse entre ambos gobiernos (Madrid y Barcelona) y ha señalado que en la agenda deben figurar dos asuntos clave: el reconocimiento del derecho de autodeterminación de Cataluña y la amnistía, que implica “no solo que salgan” quienes están actualmente en prisión, “sino que no entre nadie más”.

Puigdemont ha lanzado también varios mensajes a Sánchez sobre la mesa de diálogo. “¿Piensa el Gobierno español realmente negociar en condiciones de igualdad con Cataluña como nación?”, ha inquirido, subrayando que la palabra “negociación” va mucho más allá que el mero diálogo, ya que implica un “reconocimiento mutuo”. “Negociar es algo muy serio”, ha indicado. “Los problemas políticos no se pueden resolver sin política. Y lo más alejado del concepto de negociación se llama Código Penal y Tribunal de Cuentas”.

Mirando hacia el futuro, Puigdemont ha señalado que solo un referéndum acordado con el Estado español “podría sustituir” el celebrado el 1 de octubre de 2017, y declarado inconstitucional por el Tribunal Constitucional. “El independentismo nunca va a renunciar a su objetivo, que es la independencia de Cataluña”, ha añadido Aragonès. Waterloo parece comenzar a cobrar ritmo de nuevo. Este domingo, los actuales consejeros de la Generalitat vinculados a Junts tienen previsto viajar hasta la tierra donde cayó derrotado Napoleón para reunirse de forma física con el líder del partido, según confirma el entorno de Puigdemont, aunque sin especificar el contenido del encuentro. La cita tendrá lugar un día de una nueva visita de Sánchez a Barcelona mientras se acelera la tramitación de los indultos.

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