El giro de Ciudadanos causa un terremoto político en España

La moción de censura en Murcia y la reacción de Ayuso obligan a recolocar todas las piezas de los grandes partidos

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, comparece para anunciar el adelanto de las elecciones, este miércoles. En vídeo, las reacciones de los líderes políticos de los gobiernos de coalición ante el giro de Ciudadanos.Foto: ZIPI (POOL) | EPV
Madrid -

El efecto mariposa español empezó en Murcia. El equilibrio precario en el que viven los dos grandes bloques políticos españoles se ha roto por completo por un movimiento en principio local, derivado de las tensiones por varios escándalos durante el proceso de vacunación y ...

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El efecto mariposa español empezó en Murcia. El equilibrio precario en el que viven los dos grandes bloques políticos españoles se ha roto por completo por un movimiento en principio local, derivado de las tensiones por varios escándalos durante el proceso de vacunación y por la presión de Vox, pero con rápidas consecuencias nacionales. En pocas horas, una moción del PSOE y Ciudadanos para desbancar del poder al PP en Murcia ha provocado en plena pandemia la caída del Gobierno de Madrid, uno de los grandes polos económicos europeos, y amenaza con desestabilizar otras regiones como Andalucía y Castilla y León, donde hay presentada otra moción de censura del PSOE.

Si se cumplen los planes de la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, Madrid votará el 4 de mayo y esas elecciones cambiarán por completo el tablero de juego, especialmente en la derecha española. La ruptura entre el PP y Cs es tan fuerte que el secretario general de los populares, el murciano Teodoro García Egea, ha empezado la ofensiva para absorber a Cs con una oferta a todos sus militantes para que se incorporen al PP. Aún así, esta enorme tensión de momento no pone en riesgo los gobiernos de Andalucía y Castilla y León.

Claramente ninguno de los protagonistas de la decisión clave, la murciana, que se fraguó hace tres semanas y era conocida por la cúpula del PSOE y de Ciudadanos, contaba con estas consecuencias. En especial el partido de Inés Arrimadas, que a cambio de lograr su primera presidencia autonómica (el PSOE se la cederá para que triunfe la moción) ve cómo se le escapa el poder en la joya de la corona, Madrid. La decisión se remató entre pocas personas del PSOE -José Luis Ábalos, Félix Bolaños, Santos Cerdán- y una de Ciudadanos -Carlos Cuadrado, mano derecha de Arrimadas- y pilló por sorpresa al PP, que solo se enteró en el último momento, la noche anterior, cuando ya no había manera de pararla.

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Murcia se ha convertido así en la espita que abre la guerra definitiva en el bloque de la derecha. Ayuso se lanza una vez más a la piscina en contra de todo y de todos, porque sus colegas que gobiernan con Ciudadanos en varias autonomías, e incluso el propio alcalde de Madrid, no quieren ni oír hablar de romper sus gobiernos en plena pandemia. Tanto en Castilla y León como en Andalucía se apresuraron a desmentir que tengan intenciones de seguir el camino de Madrid de un adelanto electoral, y lo hicieron incluso con comparecencias conjuntas entre el PP y Ciudadanos para mostrar que los pactos siguen adelante. Pero Ayuso siempre va por libre. Y aunque el líder de Ciudadanos en esta comunidad, Ignacio Aguado, insiste en que no tenía ninguna intención de seguir la vía murciana, la presidenta del PP madrileño decidió adelantarse y hacer algo que se venía rumoreando como posibilidad hace meses: adelantar las elecciones para terminar de devorar a Ciudadanos y gobernar solo con Vox.

Estos comicios serán a todo o nada para el partido de Inés Arrimadas. Si logra superar la barrera del 5%, una de las más altas de España, Ciudadanos puede convertirse en el eje de la balanza y podría incluso aspirar a cualquier cosa con unos pocos escaños que serían decisivos. Pero si cae por debajo y Ayuso logra sumar una mayoría con Vox, Ciudadanos habrá empezado su declive definitivo en la comunidad más importante políticamente de las que gobernaba hasta esta mañana. Ayuso se la juega así en una maniobra muy arriesgada de ruptura con Ciudadanos que solo le deja la opción de gobernar con Vox.

Con esta estrategia la presidenta también rompe la línea que había marcado Casado en los últimos meses de alejamiento de Vox, que se convertirá aún en más necesario y muy probablemente, según las encuestas, mejorará su posición en la Comunidad de Madrid, lo que abre paso a pensar incluso en un gobierno conjunto con Ayuso. Ella ya ha iniciado la campaña con un mensaje claro pensado para la derecha: “los madrileños elegirán entre la libertad y el socialismo”. Por si había dudas de que Ayuso va por libre, el mensaje poco después de Juan Manuel Moreno, presidente andaluz, del PP, era antagónico: “Andalucía está viviendo la peor crisis de su historia y lo que necesita ahora es gestión. Este es un Gobierno serio. Los ciudadanos nos piden responsabilidad y que la legislatura dure cuatro años”, dijo para garantizar que él no hará como su compañera madrileña.

El adelanto coge con el pie cambiado a la izquierda madrileña, que en todos estos meses no ha sido capaz de presentar una moción de censura contra la presidenta, porque estaban seguros de perderla, pero esta mañana se ha precipitado a presentar no una sino dos, una del PSOE y otra de Más Madrid, en un desesperado intento por frenar las elecciones anticipadas. La Mesa de la Asamblea, en manos de Ciudadanos, ha aceptado tramitar las mociones, lo que detendría el adelanto electoral, pero el asunto acabará sin duda en los tribunales y Ayuso dirá que ella decidió disolver antes de que se presentaran las iniciativas.

Ignacio Aguado comparece ante los medios de comunicación este miércoles, tras conocer el adelanto electoral.Foto: EP | EPV

El PSOE madrileño no contaba con este adelanto electoral y de hecho estaba en un proceso interno aún no declarado oficialmente de relevo en el liderazgo, ya que Ángel Gabilondo se preparaba ya para ser el nuevo defensor del pueblo, algo que se truncó con la negociación fallida con el PP. Los socialistas tendrán ahora que buscar un candidato fuerte para frenar a Ayuso y sobre todo para tratar de atrapar al menos algunos de los votos que sin duda Ciudadanos perderá. Sánchez comió en Ferraz con la cúpula del PSOE y decidieron de momento apostar por dar la batalla para destituir a Ayuso con una moción de censura, que ahora creen que Cs está obligado a apoyar, pero si la presidenta logra convocar las elecciones los socialistas tendrán que pensar en un candidato, y ahí todos miran a varios ministros que podrían ser los elegidos. En Cataluña esta maniobra de poner a un ministro fue muy exitosa y Salvador Illa logró recabar la mayor parte de los escaños que perdió el partido de Inés Arrimadas, pero la realidad política madrileña es muy diferente.

Mientras, a la izquierda del PSOE sigue la división entre dos grupos, el Podemos de Pablo Iglesias y el Más Madrid de Íñigo Errejón, lo que podría complicar las expectativas de este sector si no hay una candidatura unitaria. La izquierda madrileña estaba precisamente ahora inmersa en batallas internas en el Ayuntamiento, donde Más Madrid se ha roto en dos.

Este terremoto político demuestra una vez más que la España posbipartidista no es capaz de tener un periodo de calma. No sabe vivir sin elecciones. Después de los comicios catalanes del 14 de febrero se esperaban hasta dos años relativamente tranquilos sin comicios a la vista hasta las andaluzas de finales de 2022, pero esa hipótesis no ha durado ni un mes. En teoría los gobiernos de Castilla y León y Andalucía y las grandes capitales gobernadas por el PP y Ciudadanos aguantan, y lo previsible es que la moción de censura contra Alfonso Fernández Mañueco fracase, pero es difícil pensar que esta ruptura inesperada entre los de Arrimadas y los de Casado no tenga más consecuencias.

El líder del PP ha visto completamente trastocados sus planes de alejamiento de Vox, a quien ahora puede necesitar más que nunca en el territorio que más importa para los populares, pero también la presidenta de Ciudadanos parece haber quedado fuera de juego con el arriesgadísimo movimiento de Ayuso. Una vez más serán los ciudadanos los que resuelvan el cambio radical del tablero político. En el caso de los madrileños, en los últimos seis años habrán votado en cuatro elecciones generales y tres autonómicas si se confirman los comicios del 4 de mayo. La enésima partida de ajedrez de la política española acaba de empezar y solo es seguro que no dejará las cosas como están.

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