El Gobierno vasco atribuye daños medioambientales a la empresa que gestiona el vertedero de Zaldibar

El Ejecutivo da 10 días a Verter Recycling para que presente un plan de reparación por el derrumbe del basurero

Labores de busqueda en el vertedero de Zaldibar, en Bizkaia.Javier Hernández

El Gobierno vasco hace responsable a la empresa Verter Recycling de los “daños significativos” que se han producido en las aguas superficiales y subterráneas y en los suelos del entorno del vertedero de Zaldibar (Bizkaia) por el derrumbe ocurrido el pasado 6 de febrero de 2020 y que ...

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El Gobierno vasco hace responsable a la empresa Verter Recycling de los “daños significativos” que se han producido en las aguas superficiales y subterráneas y en los suelos del entorno del vertedero de Zaldibar (Bizkaia) por el derrumbe ocurrido el pasado 6 de febrero de 2020 y que causó la muerte de dos trabajadores, Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán. El Departamento de Medio Ambiente da a la compañía que opera en la instalación un plazo de 10 días hábiles, prorrogables en otros cinco, para que presente un proyecto de reparación de los desperfectos medioambientales sufridos.

El Ejecutivo vasco resuelve así el expediente de Responsabilidad Ambiental que puso en marcha el 4 de marzo de 2020 con el fin de determinar los daños medioambientales y las medidas que debía adoptar Verter Recycling para evitar y reparar esos daños. El informe concluye que hay daños significativos en las aguas superficiales, en las aguas subterráneas y en los suelos, informa la consejería de Medio Ambiente.

En concreto, señala que en las aguas subterráneas “se han detectado varios resultados analíticos que superan las normas de calidad y valores umbral definidos reglamentariamente, en varios parámetros”. En las aguas superficiales, se ha producido “un efecto desfavorable de su estado ecológico (amonio, ortofosfato) y químico (benzo(a)pireno y fluoranteno) en un tramo de la regata Beko-Aixola de una longitud de al menos 300 metros” que superan los límites establecidos por la normativa.

En el suelo, debido a la ruptura de la celda de residuos de amianto, se han detectado residuos de carácter peligroso sobre la superficie no impermeabilizada del vertedero, lo que impide emitir una declaración de calidad del suelo que permita cualquier uso del mismo en los términos contemplados en la normativa autonómica de prevención y corrección de la contaminación del suelo.

En la primera fase del expediente, se reuirió a Verter Recycling que presentara un estudio del daño ambiental generado tras el deslizamiento del vertedero, que presentó en junio y al que se pidieron algunas subsanaciones. La empresa presentó el 11 de noviembre un informe que concluía que no se habían producido “daños significativos sobre las especies silvestres y hábitat protegidos ni sobre las aguas superficiales”, aunque reconoció daños significativos sobre las aguas subterráneas, pero solo por “una superación puntual por nitratos” y que “no se ha podido determinar si hay daños sobre el suelo porque no se pueden realizar las correspondientes investigaciones de la calidad del suelo.”

El Gobierno vasco cuestiona estas conclusiones y exige a Verter que “proceda a la adopción de las medidas de prevención o de evitación de nuevos daños”, que son las medidas “que se han ido adoptando hasta ahora, así que se ratifican todas las medidas contempladas en los distintos pronunciamientos emitidos al efecto por el Gobierno vasco”.

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La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, ha explicado en Basauri (Bizkaia) que la resolución “final” de este expediente será la que emita el Gobierno vasco tras recibir la propuesta de Verter para la reparación de los daños medioambientales, informa Efe.

Tapia ha señalado que la empresa tendrá que acabar los trabajos de reparación medioambiental y abonar al Gobierno vasco los que ya ha realizado de forma “subsidiaria” tras el derrumbe para corregir los daños medioambientales provocados. También ha lanzado un mensaje de “tranquilidad” a los habitantes de la zona y a quienes trabajan en el vertedero al asegurar que la calidad del aire y del suelo está “controlada” y no hay ningún problema para la salud.

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