El Gobierno presiona a Ayuso para endurecer las medidas en Madrid

El Ejecutivo intenta que la presidenta deje la gestión al consejero de Sanidad y los técnicos

Reunión este martes del equipo de apoyo territorial de la crisis del covid en Madrid con representantes del Gobierno y la Comunidad. En vídeo, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, pide a los madrileños "limitar al máximo la movilidad". Foto: ATLAS | Vídeo: OSCAR J. BARROSO / EUROPA PRESS

El Gobierno central ha decidido retomar el control de la crisis en Madrid de forma indirecta. El Ejecutivo está presionando a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para que se avenga a tomar medidas más fuertes, y sobre todo para que deje las decisiones clave en manos de su consejero de Sanidad y de sus técnicos, con los que el Gobierno tiene contacto estrecho. Hasta ahora eran ella y su entorno los que las bloqueaban, coinciden fuentes de los dos Gobiernos. La presidenta, que el lunes se reunió con Pedro Sánchez, parece ahora dispuesta a hacer más caso a sus técnicos y endurecer las med...

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El Gobierno central ha decidido retomar el control de la crisis en Madrid de forma indirecta. El Ejecutivo está presionando a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para que se avenga a tomar medidas más fuertes, y sobre todo para que deje las decisiones clave en manos de su consejero de Sanidad y de sus técnicos, con los que el Gobierno tiene contacto estrecho. Hasta ahora eran ella y su entorno los que las bloqueaban, coinciden fuentes de los dos Gobiernos. La presidenta, que el lunes se reunió con Pedro Sánchez, parece ahora dispuesta a hacer más caso a sus técnicos y endurecer las medidas.

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Salvador Illa, ministro de Sanidad y hombre clave en la gestión de la crisis del coronavirus, evita siempre las polémicas, pero suele lanzar mensajes claros. Y este martes ofreció dos muy evidentes que demuestran la intención del Gobierno de retomar el control de la crisis pero sin ir al choque con Ayuso, algo que creen que sería contraproducente.

Por la mañana, en la cadena SER, Illa recomendó a todos los madrileños, y no solo los de las zonas confinadas, que se queden en casa salvo para cuestiones esenciales. Le siguió el alcalde, Martínez Almeida: “Yo seguiría el consejo del ministro”. Sin embargo, Ayuso no ha sido tan drástica de momento.

El segundo mensaje claro de Illa llegó en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. “Lo que se ha decidido en la reunión entre el presidente del Gobierno y de la Comunidad de Madrid [del lunes] es actuar con determinación y tomar el control para estabilizar la pandemia y doblegar la curva”. En otro momento insistió en la idea y evitó criticar las decisiones de Madrid, pero abrió el paso con claridad a otras más duras. “Las medidas de Madrid son un paso importante, estamos viendo si son suficientes. Lo importante es lo de ayer [en otra referencia a la reunión del lunes] y tomar el control de la situación”.

La reunión entre Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso no dejó decisiones de impacto. No parecía tener un gran contenido. Y sin embargo, según fuentes de los dos Gobiernos, ha tenido consecuencias importantes de fondo. Aunque algunos dirigentes socialistas y ministros se mostraron indignados por el tono de la presidenta en la rueda de prensa con Sánchez, en la que mantuvo su guion de reproches a La Moncloa, lo cierto es que la cita, según varias fuentes del Ejecutivo, fue bastante bien en la parte que las cámaras no vieron.

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Díaz Ayuso, al menos esta es la interpretación del Gobierno, ha asumido al fin que la situación es muy grave y que tiene que dejar más margen de decisión al consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero. En Madrid se ha producido una anomalía evidente con respecto a las otras comunidades. En varias de ellas ha habido problemas graves, como en Aragón o Cataluña, pero allí se tomaron decisiones de confinamiento parcial o local con mucha rapidez porque los presidentes hicieron caso a sus consejeros y los equipos técnicos. Es Madrid el único sitio donde se ha detectado una evidente desconexión entre el consejero clave en esta crisis y la presidenta, hasta el punto de que le colocó por debajo a Antonio Zapatero, el llamado “el zar del covid”, que era su contacto real. Pero incluso con él ha habido tensión, ya que fue desautorizado la semana pasada cuando planteó los confinamientos selectivos que finalmente se aprobaron unos días después.

Esto no es nuevo. Ayuso es la única presidenta a la que le ha dimitido en plena crisis la máxima responsable de salud pública, Yolanda Fuentes, en mayo, frustrada porque no le hacían caso en sus recomendaciones de que Madrid no estaba lista para pasar a fase 1. Ahora todo eso ha cambiado claramente, y fuentes de los dos Gobiernos coinciden en que Ayuso le ha dado ahora mucho más margen al consejero y a sus técnicos, que son los que se reúnen con los especialistas del Gobierno. Este martes hubo reuniones técnicas y hoy seguirán. Ahora solo falta por elegir un portavoz y esa será la cara del coronavirus en Madrid, como lo fue Fernando Simón en España, y la presidenta quedará en otro plano.

Ayuso, según fuentes de su Ejecutivo, tiene asumido que sus medidas no serán suficientes y habrá que endurecerlas. Entre el miércoles y el viernes, cuando hizo públicas esas limitaciones a la movilidad, los técnicos de la consejería de Sanidad ofrecieron opciones más contundentes. Díaz Ayuso optó por lo que su equipo definió como “una intervención quirúrgica” para intentar salvar la economía de Madrid. Pero desde el principio se mostró abierta a ampliarlas, según un colaborador.

Las reuniones de trabajo con el Gobierno central que siguieron a la cita de Sánchez con Díaz Ayuso del lunes no han hecho más que reforzar esa tesis. La presidenta ya asume que es posible que determinadas limitaciones tengan que ser ya de ámbito autonómico. “Hay medidas adicionales en las zonas donde se ha visto que el contagio es mucho mayor”, dijo este martes en una entrevista en Onda Cero.

Ayuso ha pasado así en una semana no hablar en el discurso del estado de la región de una mala situación de la pandemia en Madrid a tomar medidas sin precedentes y ofrecerse a endurecerlas de inmediato. El cambio de dinámica con el Gobierno central, muy presente ahora en las decisiones sanitarias, facilita la acción: los aciertos y los errores serán compartidos.

Con 3.111 pacientes hospitalizados, 417 en unidades de cuidados intensivos, la presión sobre los hospitales aumenta poco a poco, obligando a tomar medidas. El giro es completo. Ayuso parece al fin entregarse a los técnicos.

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