Cae el clan de los Pinchos, que introducía entre 3 y 6 toneladas de hachís al mes por la costa andaluza
La Guardia Civil detiene a 64 personas y embarga numerosos vehículos, lanchas y lujosos inmuebles donde residían los cabecillas de la organización
Seis narcolanchas, 16 de vehículos de alta gama, ocho toneladas de hachís y 64 personas detenidas. Son algunas cifras de la operación Tortilla desarrollada por más de 250 agentes de la Guardia Civil en el Campo de Gibraltar (Cádiz) y Málaga durante el último año. La investigación ha servido para desmontar el denominado como clan de los Pinchos, uno de los más conocidos por las fuerzas policiales en el litoral gaditano. Introducían cada mes e...
Seis narcolanchas, 16 de vehículos de alta gama, ocho toneladas de hachís y 64 personas detenidas. Son algunas cifras de la operación Tortilla desarrollada por más de 250 agentes de la Guardia Civil en el Campo de Gibraltar (Cádiz) y Málaga durante el último año. La investigación ha servido para desmontar el denominado como clan de los Pinchos, uno de los más conocidos por las fuerzas policiales en el litoral gaditano. Introducían cada mes entre tres y seis toneladas de droga, contaban con un varadero para narcolanchas en Palmones ―en la localidad de Los Barrios― y se les han incautado bienes por valor de tres millones de euros. Entre ellos, una enorme casa con un pequeño parque temático en la piscina, pantallas gigantes de televisión, jacuzzi y numerosos objetos de lujo. “El dinero no era, ni mucho menos, un problema para ellos”, cuenta uno de los investigadores.
El primer alijo fue intervenido a comienzos de este año en el paraje de Catalaraje, en Estepona (Málaga), cuando los agentes sorprendieron a seis miembros de la organización mientras alijaban tres toneladas de hachís. Ese golpe hizo a los narcos cambiar de estrategia. A partir de entonces, realizaban la descarga de la droga en pequeñas cantidades y de manera simultánea en distintas zonas del litoral “para evitar jugársela en un solo punto”, según han explicado desde la Guardia Civil en un comunicado. “Ellos ven cómo actuamos e intentan adaptarse para esquivarnos”, añade un agente. A veces, los delincuentes llegaban a desembarcar la mercancía a la vez en diferentes rincones de las costas de Huelva, Cádiz y Málaga para minimizar aún más los riesgos. A pesar de sus esfuerzos, la investigación policial permitió atajar otros tres alijos e intervenir cinco toneladas de hachís más. La presión policial es uno de los motivos que se baraja para explicar el aumento de la violencia de los narcos en las últimas semanas, en las que han herido a 11 agentes de la Guardia Civil y un Policía Nacional.
La organización contaba con un embarcadero en la barriada de Palmones, a las afueras de Algeciras. Es el tercero que las fuerzas policiales desmantelan en la zona en los últimos meses, según han explicado fuentes de la investigación. Se trata de chalés abandonados o alquilados a terceros con rápida salida al mar y donde las narcolanchas pueden ser escondidas discretamente. Los pocos caminos de acceso para llegar a la zona también permiten al clan mantener una sencilla vigilancia ante los intrusos. La estrecha vigilancia policial en la comarca, reforzada desde la puesta en marcha del Plan Especial de Seguridad a mediados de 2018 -que acumula miles de detenidos- es uno de los motivos por los que los narcos han utilizado cada vez más las playas de Málaga y otras provincias para realizar sus operaciones.
A las personas detenidas se les acusa, además de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal, el delito de blanqueo de capitales. Los narcos adquirían el material para realizar su actividad ilícita a una empresa propiedad de unos de los componentes de la organización y cuyos administradores eran sus padres. Todos los pagos se realizaban a través de testaferros, para los que la banda elegía a personas con poca o ninguna capacidad económica.