Ciudadanos se abre a un pacto presupuestario con el Gobierno aunque no participe el PP

El partido de Inés Arrimadas no romperá la negociación porque se reúna la mesa de diálogo en Cataluña

El portavoz adjunto en el Congreso, Edmundo Bal, y la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, en una reunión en el Palacio de la Moncloa sobre sus acuerdos para la crisis sanitaria.Ciudadanos (Europa Press)

Ciudadanos avanza en su disposición a un acuerdo presupuestario con el Gobierno con independencia de lo que hagan el resto de fuerzas políticas, y especialmente el PP. El partido de Inés Arrimadas ha decidido poner todo de su parte y se abre ahora a entrar en un pacto en el que no esté el PP: intentarán atraerlos al consenso, pero seguirán su propio camino. Cs tampoco se dejará condicionar por ERC y seguirá negociando a...

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Ciudadanos avanza en su disposición a un acuerdo presupuestario con el Gobierno con independencia de lo que hagan el resto de fuerzas políticas, y especialmente el PP. El partido de Inés Arrimadas ha decidido poner todo de su parte y se abre ahora a entrar en un pacto en el que no esté el PP: intentarán atraerlos al consenso, pero seguirán su propio camino. Cs tampoco se dejará condicionar por ERC y seguirá negociando aunque se reúna la mesa de diálogo en Cataluña, siempre que lo pactado no sea incompatible con sus principios.

La mano de Ciudadanos está tendida para negociar un posible pacto de Presupuestos y con pocas líneas rojas de partida. Poco a poco, Cs va levantando exigencias para facilitar la negociación. Los canales de comunicación con el Gobierno son fluidos y, después de apoyar seis prórrogas del estado de alarma y anunciar su respaldo al decreto para la nueva normalidad, el camino de los acuerdos se ha allanado, aunque el de las cuentas públicas es sin duda el más difícil de todos.

El partido de Arrimadas ya no ve tan complicado como hace unas semanas acabar entrando en un acuerdo para los Presupuestos generales con el Gobierno sin que el PP participe, aunque quiere intentar que los populares formen parte de un consenso amplio y su intención es presionar a Pablo Casado para que se sume a unas cuentas para la reconstrucción. Según han ido avanzando los días, en la cúpula de Ciudadanos se ha abierto paso la idea de que si el PP no quiere respaldar unos Presupuestos a Pedro Sánchez su posición no puede ser subalterna. Según fuentes de la máxima confianza de Arrimadas, Cs seguirá su “propio camino” en la negociación presupuestaria, y decidirá si llegan a un acuerdo o no con el Gobierno con independencia de lo que haga el PP. Hace solo unas semanas, la visión en la cúpula de Cs era que solo tendría sentido estar en un pacto que respaldaran 221 diputados, es decir, contando con el PP, pero ahora eso ya no se ve imprescindible.

En la dirección de Ciudadanos calculan que los populares podrían terminar no oponiéndose a las cuentas si estas incluyen el plan de ayudas sociales y económicas para superar la pandemia, algo similar a como ha sucedido con el ingreso mínimo vital, en el que el PP acabó absteniéndose. Cs presionará al PP para que al menos se abstenga, pero lo relevante es que el partido de Arrimadas podría acabar apoyando las cuentas solo con los socios del Gobierno, como en las últimas prórrogas del estado de alarma, porque el PP está aún muy lejos de querer siquiera sentarse a negociar.

El pacto sigue siendo espinoso, sobre todo por las diferencias de Ciudadanos con el Gobierno de coalición en materia fiscal. El Ejecutivo se ha abierto esta semana a “modular” su pacto con Unidas Podemos, pero en principio los cambios no tocarían la política impositiva, que Cs no comparte. No obstante, en la dirección de Arrimadas también transmiten que están dispuestos a “sentarse a hablar” sobre la política fiscal. Su intención es conseguir más recaudación sin tener que subir los impuestos, confiando en que los fondos europeos permitan ampliar los ingresos con deuda para que no recaiga todo en la presión fiscal. Pero tampoco eso es una línea roja.

Tampoco lo es que se reúna la mesa de diálogo en Cataluña, que Ciudadanos ha llamado siempre la “mesa de la vergüenza”. Las fuentes consultadas explican que no será un obstáculo que esta se reactive seguramente en el mes de julio, porque ese es un compromiso de Pedro Sánchez con ERC en la investidura y “lo relevante no es que se sienten, sino qué acuerdan”. Si no hay avances sustantivos en esa negociación que impliquen algún tipo de privilegio para Cataluña, Cs no pondrá problemas para seguir hablando con el Gobierno de las cuentas públicas. La negociación, aseguran las mismas fuentes, aún no ha comenzado.

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