Casado rechaza unos nuevos Pactos de La Moncloa: “Son un señuelo”
El líder del PP afirma, como Aznar, que el Gobierno busca un “cambio de régimen encubierto”
El líder del PP, Pablo Casado dio este lunes el portazo definitivo a la participación de su partido en unos nuevos Pactos de La Moncloa. Dos días después de que la fundación de José María Aznar (FAES) alertara contra los riesgos de firmar un pacto de Estado con “el populismo chavista”, Casado lo presentó como “un señuelo” de Pedro Sánchez para instaurar un “cambio de régimen”. El Gobierno cree que el PP está convencido de que el coronavirus hará caer al Eje...
El líder del PP, Pablo Casado dio este lunes el portazo definitivo a la participación de su partido en unos nuevos Pactos de La Moncloa. Dos días después de que la fundación de José María Aznar (FAES) alertara contra los riesgos de firmar un pacto de Estado con “el populismo chavista”, Casado lo presentó como “un señuelo” de Pedro Sánchez para instaurar un “cambio de régimen”. El Gobierno cree que el PP está convencido de que el coronavirus hará caer al Ejecutivo, algo que La Moncloa no contempla. Sánchez busca esos acuerdos para dentro de unos meses, cuando llegue el momento decisivo de la reconstrucción económica.
El sábado, la fundación de José María Aznar, la FAES, difundió un editorial sobre la epidemia en el que mezclaba el coronavirus y ETA y en el que alertaba del peligro de firmar unos nuevos Pactos de La Moncloa. “Conviene tener en cuenta lo que son y representarían algunos de los posibles interlocutores en esa mesa”, advertía, en alusión a Podemos. Este lunes, dos días después, y tras haber hablado el sábado con Pedro Sánchez, Pablo Casado se pronunció en una línea similar. “Los Pactos de La Moncloa fueron un cambio de régimen hacia una democracia europea. Pero nosotros ya estamos en una democracia, ya estamos en la Unión Europea. Lo peligroso sería que esos pactos conllevaran un cambio de régimen encubierto”, señaló tras una videoconferencia con 199 parlamentarios del partido.
Como viene haciendo desde que el Congreso decidió reducir al mínimo la actividad por seguridad y tras el positivo de varios diputados por coronavirus, Casado reclamó que se recupere la actividad en la Cámara acusando al Gobierno de pretender “confiscar la democracia” al no celebrarse sesiones de control en las Cortes. Desde que estalló la crisis solo se reúne la comisión de Sanidad y únicamente hay plenos para informar y prorrogar el estado de alarma. El último duró 11 horas, hasta casi las dos de la madrugada.
El líder del PP condiciona su apoyo a una nueva prórroga a que se apliquen las medidas del primer decreto y no las del último, que restringió la producción a las actividades consideradas esenciales. Hace unos días, sin embargo, cuando el presidente de Murcia, Fernando López Miras, del PP, solicitó esas mismas medidas, Casado las respaldó con el argumento de que prefería “pecar por exceso” en la gestión de la epidemia.
Casado ha presentado un “plan de choque” en el que reclama, por ejemplo, una paga extra para sanitarios y la exención de impuestos para todos los empleados de actividades esenciales, medidas de estímulo más expansivas que las del Gobierno. El PP no aclara de dónde sacaría ese dinero en un momento en que el gasto público se ha disparado, tanto por las prestaciones de desempleo como, entre otras cosas, por las medidas para la contratación de más personal médico. El líder del PP reclama, además, que se garantice “liquidez inmediata e ilimitada” para evitar el cierre de empresas: el Ejecutivo ha abierto una línea de 100.000 millones.
Casado solicitó la condonación del impuesto de sucesiones y donaciones en toda España para los familiares de fallecidos por coronavirus. E informó este lunes de que el fondo común creado para que los parlamentarios del partido donen parte de los complementos que reciben se destinará a la compra de alimentos para personas mayores y vulnerables y de equipos de protección para hospitales.
El líder de la oposición volvió a afear “las manifestaciones y escraches” que sufrió su partido durante la gestión de la crisis del ébola. “Nosotros no somos así y tendemos nuestra mano al Gobierno”, dijo, antes de calificar la gestión de Sánchez con una mezcla de “arrogancia, mentiras e incompetencia”.
Casado insiste en que lo importante son las víctimas y ha pedido que se declare luto oficial por ellas. Mientras, acusa a la prensa de “acallar” la tragedia y “poner el foco en lo positivo”. También Vox ha adoptado una estrategia similar acusando a los medios de comunicación de “pretender ocultar el dolor”. El partido de ultraderecha ya ha dicho que no apoyará la prórroga del estado de alarma, informa Miguel González.
Al Gobierno le preocupa la posición de Casado, que ve cada día más dura. En La Moncloa se está instalando la idea de que el PP está jugando a un escenario de crisis política fortísima y posible caída del Ejecutivo en los próximos meses, algo que desde La Moncloa no contemplan. El Ejecutivo insiste desde el viernes en la idea de los Pactos de La Moncloa y llama al PP a incorporarse; a Vox lo dan por perdido después de que ni siquiera atendiera la llamada del presidente. Esos pactos se han convertido en un elemento central del discurso del Gobierno. José Luis Ábalos, hombre fuerte del PSOE y ministro de Transportes, señaló: “Si todos reclamamos que la UE actúe de manera solidaria, es lógico esperar la misma unidad en España. Los españoles necesitan vernos a los políticos trabajando hombro con hombro”. También el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, se pronunció sobre el asunto: “Después de vencer al virus, que lo haremos más pronto que tarde, necesitaremos una importante reconstrucción social y económica”. “Necesitamos unidad de acción. El Gobierno celebra que gran parte de los presidentes autonómicos quieran formar parte de esa reconstrucción. No va a ser fácil llegar a ese acuerdo: en 1977 tampoco fue fácil. Hubo momentos en que parecía que descarrilaba. Pero si se consiguió en 1977 se puede hacer en 2020”, añadió.
Reconstrucción
El Gobierno le da una especial relevancia a ese posible acuerdo no tanto ahora sino en los próximos meses, cuando empiece la reconstrucción de la economía. En ese momento habrá que tomar decisiones difíciles y el Ejecutivo querría que fueran consensuadas con la oposición, los empresarios y los sindicatos, y los presidentes autonómicos. El gabinete de Sánchez duda de que los independentistas quieran incorporarse. Ábalos sostuvo que los nacionalistas de 1977 tenían una actitud muy diferentes a sus “herederos actuales”, en clara referencia a los independentistas catalanes.
“Esta es una oferta abierta y todo el que sienta concernido puede responder, no hemos planteado exclusiones, pero hay algunos elementos que debemos compartir, estamos llamando a un proyecto de reconstrucción nacional”, dijo Ábalos para reforzar la idea de que los independentistas no querrán estar.
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