Sánchez advierte de que llega la “ola más dura”y pide fortaleza y unidad
El presidente asume toda la responsabilidad de la gestión y dice que hay que ganar tiempo para que el sistema sanitario resista
La crisis del coronavirus va a empeorar esta semana en España, y Pedro Sánchez ha comparecido para tratar de preparar a la ciudadanía para una situación durísima en los próximos días. “Dentro de la estrategia de la Organización Mundial de la Salud, España ha adoptado las medidas más drásticas dentro del entorno europeo”, ha explicado el presidente. “Pero desgraciadamente España se encuentra entre los países más afectados del mundo. Ya han fallecido 1.326 compatriotas. Lamentablemente los casos diagnosticados van a aumentar en lo...
La crisis del coronavirus va a empeorar esta semana en España, y Pedro Sánchez ha comparecido para tratar de preparar a la ciudadanía para una situación durísima en los próximos días. “Dentro de la estrategia de la Organización Mundial de la Salud, España ha adoptado las medidas más drásticas dentro del entorno europeo”, ha explicado el presidente. “Pero desgraciadamente España se encuentra entre los países más afectados del mundo. Ya han fallecido 1.326 compatriotas. Lamentablemente los casos diagnosticados van a aumentar en los próximos días. Lo peor está por llegar y pondrá al límite nuestras capacidades. Queda la ola más dura, que pondrá contra las cuerdas a nuestro sistema", ha avanzado, y por eso ha pedido fortaleza y unidad a todos los ciudadanos y responsables políticos. “Tenemos que llegar al final de la próxima semana muy fuertes. El riesgo está en todas partes, pero el daño se concentra en algunos lugares. Hemos logrado que no sea uniforme en todo el territorio español. Es en Madrid donde mayores tensiones existen para soportar la avalancha que sufre el sistema sanitario ”. Por eso el confinamiento, ha asegurado, es una medida para “ganar tiempo para preparar al sistema sanitario”, esto es, para evitar que miles de enfermos lleguen a la vez y colapsen todos los hospitales.
Sánchez ha hecho un balance de la situación del coronavirus, tras una semana de aislamiento casi total de la población. Y ha tratado de conectar con los ciudadanos encerrados en sus casas. “Es una catástrofe para la que la humanidad no estaba preparada. Estos siete días nos han cambiado. Observamos toda vida cercana como una vida amenazada. Hemos cambiado nuestra forma de ver a los vecinos, a quienes ya no vemos como desconocidos. Esta crisis está sacando lo mejor de nosotros mismos".
El presidente, sin embargo, ha evitado cualquier optimismo con los datos o certezas absolutas, porque las cifras que llegan son muy malas para España, ya epicentro mundial de la crisis, solo por detrás de Italia. "Estamos luchando contra un enemigo al que vamos conociendo progresivamente. En la medida en que lo conocemos cambiamos nuestra forma de combatirlo. España ha seguido los consejos de los expertos internacionales. Venimos aplicando la estrategia de la OMS para conseguir tiempo, el necesario para mejorar la resistencia de nuestro sistema de salud y para que la ciencia encuentre la vacuna”, ha asegurado.
Poco antes de que hablara el presidente, hubo cacerolazos en algunas ciudades, en especial en Madrid, para criticar la gestión del Gobierno. El presidente ha justificado su decisión de tomar las medidas poco a poco, hasta decretar finalmente el estado de alarma. “En todo momento hemos procurado aplicar medidas eficaces con las menores consecuencias posibles para la sociedad. Preservar la economía y nuestros derechos han marcado las medidas que se han tomado escalonadamente. El decreto de alarma se hizo para ganar tiempo para preparar nuestro sistema sanitario”, ha insistido. “España ha tomado las medidas más duras del mundo, créanme”, ha insistido cuando le han preguntado si se han planteado parar por completo la producción de bienes no básicos como hicieron en China. “Confinar a la ciudadanía es una medida de extraordinaria gravedad en nuestra cultura", ha rematado. El presidente asegura que lo importante no es solo el confinamiento, sino multiplicar los test. “Lo importante ahora es extender al mayor número posible de población los tests rápidos”, ha asegurado.
Ante una pregunta específica sobre la responsabilidad de las decisiones que se tomaron en enero, febrero y principios de marzo, cuando los ciudadanos aún hacían vida normal y pudo extenderse el virus, Sánchez ha sido claro. “Las [decisiones de] marzo, abril, mayo... yo soy el presidente del Gobierno de España y asumo toda la responsabilidad. No estamos descansando, estamos trabajando intensamente. Los españoles serán los que en un futuro tendrán que evaluar lo que hemos hecho las distintas administraciones por defender su salud”, ha contestado.
También ha defendido que el confinamiento casi total es la mejor opción ahora. “Nuestra estrategia no es la única posible. Otras naciones han decidido no frenar como forma de inmunizar a la población, pero eso se ha demostrado insostenible por el enorme coste de vidas humanas”, ha dicho en clara referencia al Reino Unido. “La respuesta de la ciudadanía está siendo modélica”, ha asegurado Sánchez. Y también ha reivindicado cómo están aguantando las infraestructuras del país, por ejemplo la de los datos, en estos días en que se multiplica su uso. “Permítanme que exprese en estos momentos la satisfacción por el funcionamiento de los servicios básicos, como el de telecomunicaciones”.
Sánchez ha criticado a quienes, en momentos de incertidumbre, se dedican a “consumir bulos que provocan alarma y pánico, a acaparar bienes frenéticamente”, y ha pedido a todos que busquen fuentes fiables. Y también ha contestado indirectamente a las críticas de las comunidades autónomas, que le reprochan que no llegan las mascarillas. Sánchez ha anunciado que se está trabajando para garantizar el suministro de forma equitativa entre todas las comunidades y para ampliar la producción nacional. “Nadie de mi Gobierno va a polemizar con ninguna comunidad autónoma. El enemigo es el virus. Si alguien polemiza, nosotros conciliaremos. Si alguien elude su responsabilidad, nosotros la asumiremos”, ha señalado para evitar entrar al choque con los presidentes de Madrid y Cataluña que le han criticado.
En el Gobierno nadie disimula la enorme preocupación que hay entre todos los responsables por los datos que les llegan en todo momento tanto de la emergencia sanitaria como de la crisis económica que la acompaña. Los ministros saben que esta semana los números van a empeorar mucho, pero confían, según los datos que les llegan, en que poco a poco el aislamiento de millones de personas en sus casas hará su efecto y las cifras de contagiados irán bajando. Nadie se atreve a dar fechas concretas, pero los altos cargos consultados en estos días confían plenamente en las previsiones de los técnicos, que insisten en que las medidas tomadas hasta ahora van a funcionar. El paso siguiente, el que el Gobierno aún no ha decidido dar, es la paralización completa de toda la producción salvo la de primera necesidad –alimentos, material sanitario, energía–. Algunos ministros señalan que se está parando casi todo de forma natural, y de hecho la gran preocupación de los ministerios económicos es cómo hacer frente a la oleada de parados temporales que se está produciendo en estos días y va a ir a más.
Los técnicos consultados por el Gobierno no recomiendan la paralización completa de la producción y de momento no se ha llegado a ese punto. Pero nadie lo descarta si la curva no empieza a bajar como tienen calculado los técnicos. Lo que más inquieta a los ministros es ver la situación italiana, donde a pesar de un aislamiento similar al español pero que empezó mucho antes, las cifras de muertos siguen creciendo cada día. Solo hoy fueron 793. La idea de que España llegue a ese punto aterra a todos, pero desde La Moncloa insisten en transmitir que ese no es el escenario con el que trabajan los expertos.
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