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Los 12 lagos más espectaculares de España para pasear, bañarse y observar aves

La península Ibérica está plagada de acuíferos sorprendentes llenos de historias y leyendas, animales que los escogen como hogar y senderos que recorrer

ASTURIAS. LAGOS DE SALIENCIA. Un conjunto de lagos salpica el valle de Saliencia, en el parque natural de Somiedo. Su característica forma en U delata su origen glaciar. Saliencia alberga uno de los mayores conjuntos lacustres que dejaron las lenguas de hielo que hace miles de años cubrían la Cordillera Cantábrica. Al llegar al Alto de la Farrapona, acceso natural a estos lagos, uno cree que podría estar en los Alpes o en cualquier otra cadena montañosa de 4.000 metros de altura, aunque el paso de montaña queda a solo 1.708 metros. Desde el aparcamiento de ese alto sale una pista de tierra hacia el lago de la Cueva, hasta el que espera media hora a pie. En la ladera se ven restos de una explotación minera de hierro, cuyos escombros llegaban a colorear de rojo las aguas. La pista sigue en pronunciado ascenso para salvar un collado que antecede a los otros depósitos de agua: la laguna de la Almagrera, el lago Calabazosa y el lago Cerveriz. El lago de Valle, el más grande Asturias, residuo de la actividad glaciar del Cuaternario, y al que se accede por la población de Valle de Lago, completa este magnífico conjunto de lagos de alta montaña donde practicar senderismo o deleitarse con sus paisajes. Svetlana Zhukova (Alamy / CORDON PRESS)
ZAMORA. LAGO DE SANABRIA. Los glaciares que cubrían el norte de la Península tallaron valles gigantescos en la sierra zamorana de La Segundera. Cuando los hielos se retiraron, las aguas se apoderaron de aquellas enormes cubetas abiertas en el negro granito de la meseta para dar vida, entre otros, al lago de Sanabria, el más grande de España de origen glaciar. El azul inquietante de sus aguas contrasta con el verde de los bosques que lo rodean. Es una maravilla de la naturaleza, protegida bajo la figura de parque natural desde 1978. En torno a su forma ovalada se orquesta una de las mejores representaciones de vida salvaje de la comunidad castellanoleonesa. Es famosa la alta concentración de lobos, que se trasladan desde su hábitat natural en la sierra de la Culebra para pasar los estíos. Sus aguas, extraordinariamente frías durante todo el año, no impiden que el número de barbos y truchas que en ellas viven sea casi tan elevado como el de leyendas que esta zona lacustre alimenta. Basotxerri / Alamy / CORDON PRESS
SORIA. LAGUNA NEGRA. Este es un lugar único para dar pábulo a todo tipo de leyendas. El verde oscuro de las aguas de la Laguna Negra y lo tétrico de los bosques y roquedos que la ocluyen dieron rienda suelta a la imaginación popular: que si su fondo no se conoce, que si está conectada con el mar, que si en ella se ahogó un vecino tras dar muerte a su hermano y sus gritos aún se oyen en las noches de invierno. Una de ellas fue romanceada por Antonio Machado en La tierra de 'Alvargonzález'. Situada en el extremo norte de la provincia de Soria, es la más grande cubeta de origen glaciar que queda en los Picos de Urbión. Todo en ella, desde la quietud de los árboles al rumor de una cascada, incita a creer en la magia y en lo sobrenatural para explicar su encanto. Visitarla resulta fascinante en cualquier época del año, pero quizá sea durante el invierno, cuando la nieve pinta de blanco el telón negro de los pinares y una costra de hielo cubre su superficie, cuando muestra su más enigmática belleza. beavera / GETTY IMAGES
LLEIDA. ESTANY DE SANT MAURICI. Circos de paredes escarpadas, valles en forma de U, un gigantesco esturreo de piedras de todo tipo como producto de las morrenas y dos centenares de lagos convierten al parque nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici en un ecosistema único. Fue creado en 1955 y alberga dentro de sus 14.119 hectáreas dos zonas diferenciadas, que condicionan la morfología y el acceso. Aigüestortes (aguas retorcidas) es la parte más occidental y se enhebra en torno al río Sant Nicolau. Por el lado oriental, subiendo desde Espot, la morfología es diferente, pero no menos espectacular. Aquí las grandes cresterías de granito, afiladas como la hoja de una daga, sirven de envoltorio a decenas de lagos. El más famoso, el Estany de Sant Maurici, contribuye con la segunda parte del nombre de este entorno natural. Xavier Fores Y Joana Roncero (Alamy / CORDON PRESS)
TERUEL Y ZARAGOZA. LAGUNA DE GALLOCANTA. Un gigantesco aeropuerto intermedio para miles de aves migradoras en su camino entre Europa y África. Y una de las mayores manchas de agua salobre del interior de la península Ibérica. Gallocanta es una de las joyas de la red de humedales españoles. Está repartida entre el sur de la provincia de Zaragoza y el norte de la de Teruel. Ánades, grullas, avutardas, fochas, correlimos y hasta 200 especies de aves se dan cita en este gran humedal. Gallocanta vive del aporte de agua de lluvia y de algún pequeño arroyo que desagua en ella. En un año con buena pluviometría, la mancha de agua puede alcanzar una extensión de 1.400 campos de fútbol, con una profundidad máxima de dos metros y medio. Los habitantes de su entorno aguardan cada año con impaciencia las lluvias de otoño para que la cubeta esté en óptimas condiciones cuando tenga lugar el gran acontecimiento anual: la llegada de las grullas procedentes del norte de Europa. Hacia noviembre, miles de ellas invaden sus cielos en un espectáculo único. Javier Fernández Sánchez (GETTY IMAGES)
ASTURIAS. LAGOS DE ENOL Y ERCINA. Sus nombres van siempre unidos, como los de los personajes de Zipi y Zape o el Gordo y el Flaco. Pero son dos realidades bien distintas. Tampoco los construyeron para que terminara allí la etapa reina de la Vuelta a España. Estos dos hermosos lagos asturianos, referencia clave de la montaña de Covadonga y, por tanto, del parque nacional de los Picos de Europa, existían desde varios miles de años antes de que naciera el ciclista Perico Delgado. Ambos son de origen glaciar y se puede acceder a ellos en coche en temporada baja y en autobús lanzadera en temporada alta. El primero que aparece es el de Enol, a unos 1.070 metros de altitud. Tiene 23 metros de profundidad. El de arriba es el Ercina, que llega a tener hasta 30 metros de fondo. En sus cercanías anidan distintas aves, entre las que destacan las fochas, los ánades, las cercetas, las garzas… Además, ambos son el lugar ideal para iniciar buenas marchas a pie por el macizo del Cornión, al bosque de Pome y las majadas de Moroñes, Fana y Soñín. ALBERTO MENÉNDEZ CERVERO (GETTY IMAGES)
HUESCA. PANTICOSA Y SUS IBONES. Aunque el de Panticosa es el más grande y famoso lago de la zona del valle pirenaico de Tena, sobre todo por el histórico balneario que se levanta en sus riberas, hay otros más bellos y auténticos aún. Se accede a ellos por la senda que sale junto al balneario y asciende hacia el puerto de Marcadau, frontera con Francia. Un camino exigente y con fuerte desnivel, pero muy transitado por senderistas, con grandes praderas y ausencia de arbolado, si exceptuamos algunos ejemplares de pino negro, enebro, acedera y helecho. El primero que aparece es el ibón de Baños, una hondonada donde confluían varios glaciares procedentes de los picos que rodean el valle. Conforme se va ascendiendo se dejan a un lado los dos embalses de Bachimaña, situados a 2.200 metros, para llegar, por fin, a los ibones Azules, al pie del circo de Piedrafita, y al ibón de Bramatuero, una zona casi virginal donde se pueden contemplar aún ejemplares de marmota y sarrio. Tolo Balaguer (Alamy / CORDON PRESS)
GIRONA. ESTANY DE BANYOLES. El nombre de este municipio gerundense está ligado al del lago junto al que se asienta. Es el más grande de Cataluña: Banyoles tiene 1,18 kilómetros cuadrados de superficie y una profundidad máxima de 62 metros. Sus orillas son el lugar perfecto para ir a pasear, descansar o bañarse en una jornada veraniega. Hay un carril bici y un paseo con bancos y grandes árboles, además de un buen número de hoteles y restaurantes con terrazas. Entre los juncos nadan patos y cisnes y en las orillas se despliegan aún les pesqueres, con su viejo encanto decimonónico. Existen tres zonas de baño autorizadas: la del Club Natació Banyoles y el bar Banys Vells son de pago. El área pública de la Caseta de Fusta, más al norte, es la única gratuita. Eloi Omella (GETTY IMAGES)
CIUDAD REAL Y ALBACETE. LAGUNAS DE RUIDERA. En puridad del término, las 15 cubetas de agua que forma el río Guadiana a su paso por esta zona de Castilla-La Mancha no son lagos, sino remansos del cauce, separados por tobas calizas y otros fenómenos kársticos. Solo dos de las lagunas de Ruidera, la Blanca y la Taza, son verdaderas lagunas. Pero más allá de los tecnicismos, el común de los mortales disfruta de este humedal que rompe la imagen tópica de secano y cereal de las provincias de Ciudad Real y Albacete. Son en total 30 kilómetros de conjunto lagunar donde oficialmente nace el río Guadiana. Las 15 lagunas que lo forman se inundan unas a otras, formando singulares saltos y cascadas debido a las barreras travertínicas. El parque tiene una superficie de 3.772 hectáreas en total, y alberga una importante colonia de anátidas, porrones comunes, porrones moñudos, patos colorados, fochas, patos cuchara, cormoranes, garzas reales, aguiluchos laguneros, aguiluchos ratoneros y águilas perdigueras, entre otras aves que se pueden avistar. Juanje Perez (GETTY IMAGES)
MÁLAGA. LAGUNA DE LA FUENTE DE PIEDRA. A 20 kilómetros de Antequera por la A-92 en dirección a Sevilla aparece uno de los mayores complejos lagunares endorreicos de España, con una superficie total en época húmeda de 1.365 hectáreas. La laguna de Fuente de Piedra, en la que drenan los arroyos Charcón y Santillán, está sujeta al régimen de lluvias, por lo que su perímetro es muy variable y en verano se seca, dejando una capa de sal que fue utilizada para su extracción desde época romana. Este uso industrial ha provocado muchos cambios en su superficie y riberas, sobre todo por la construcción de diques y canales. Un mirador junto al centro de visitantes José Antonio Valverde permite apreciarla en su totalidad, pero sin unos buenos prismáticos será muy difícil ver aves, más allá de puntitos en la lejanía. Se calculan en 170 las especies que usan este espacio a lo largo del año. De ellas, el flamenco es el rey y puede verse en grandes bandadas en primavera, durante la estación de cría. Carrizos, eneas, tarajes y plantas halófilas rodean la laguna. Jose Antonio moreno (GETTY IMAGES)
ÁVILA. LAGUNA GRANDE DE GREDOS. Rodeada por imponentes moles de granito, la laguna Grande de Gredos es el ejemplo perfecto de charco de aguas cristalinas que dejaron los glaciares de Würm al retirarse hace unos 10.000 años de estas elevaciones del Sistema Central de la Península. Es un sitio bien conocido por los montañeros porque es parte de la ruta clásica para llegar al circo de Gredos y al refugio Elola. Se puede acceder a ella desde Navarredonda de Gredos y Hoyos del Espino. Ambos con unos cascos urbanos sencillos, con más construcciones modernas que tradicionales, pero es que su encanto reside en su ubicación. La carretera asfaltada llega hasta la Plataforma, a 11,5 kilómetros de Hoyos del Espino. Debido a la masificación de visitantes, en temporadas altas y vacacionales esta ruta está regulada por horas, hay un número máximo de vehículos permitidos y se cobra por el acceso. Desde el aparcamiento de la Plataforma esperan siete kilómetros y 750 metros de desnivel. ADDICTIVE STOCK CREATIVES / Alamy / CORDON PRESS (Alamy Stock Photo)
MALLORCA. LAGO MARTEL, CUEVAS DEL DRACH. Sin ponerlo nunca en duda, cuando pensamos en lagos o lagunas imaginamos una cubeta de agua al aire libre. Pero existen también lagos subterráneos. Son de origen kárstico, es decir, que son producto de la disolución del agua sobre rocas solubles como calizas y yesos. Pero en este caso, la geología quiso que quedaran ocluidos en cuevas y simas. Hay muchos lagos subterráneos accesibles en grutas turísticas españolas, aunque quizá el más famoso, tanto por su gran belleza como por su increíble tamaño, sea el lago Martel, uno de los que esperan en las cuevas manacorenses del Drach. Tiene entre 115 y 170 metros de largo —según sea la fuente— y unos 12 metros de profundidad, y debe su nombre al espeleólogo que lo surcó por primera vez, Édouard Alfred Martel. Se recorre en barca durante la visita y está considerado uno de los lagos subterráneos más grandes conocidos hasta hasta el momento. Frente al Martel está el auditorio donde escuchar un evocador concierto en directo. Erberto Zani (Alamy / CORDON PRESS) (Alamy Stock Photo)
Una mujer camina cruzando la presa de la Laguna de los Peces en Sanabria, Zamora, España.Basotxerri / Alamy / CORDON PRESS