Oleiros, una joya escondida en A Coruña
Un viaje con inicio en el castillo de Santa Cruz, una fortaleza enclavada en un islote de la ría, que lleva hasta el coqueto puerto de Lorbé para comer mejillones, y las idílicas playas de Mera
Calle de Dolores Ibárruri, Rúa Simón Bolívar, avenida de Salvador Allende o una enorme estatua del Che Guevara dan la bienvenida. Aunque parezca mentira, nos encontramos en Oleiros (A Coruña), uno de los municipios con mayor renta per cápita de España. Acantilados, playas de ensueño, parques, chiringuitos y un ambiente surfero y cool han hecho de esta zona de Galicia una de las más deseadas para pasar el verano o, simplemente, acercarse a comer y darse un chapuzón en alguna de sus playas. Sus arenales son apreciados ...
Calle de Dolores Ibárruri, Rúa Simón Bolívar, avenida de Salvador Allende o una enorme estatua del Che Guevara dan la bienvenida. Aunque parezca mentira, nos encontramos en Oleiros (A Coruña), uno de los municipios con mayor renta per cápita de España. Acantilados, playas de ensueño, parques, chiringuitos y un ambiente surfero y cool han hecho de esta zona de Galicia una de las más deseadas para pasar el verano o, simplemente, acercarse a comer y darse un chapuzón en alguna de sus playas. Sus arenales son apreciados por propios y foráneos y además, cuatro de ellos gozan de bandera azul.
Oleiros designa en gallego el oficio de alfarero y, aunque no existe vestigio alguno de actividad alfarera en la zona, en homenaje a la historia del municipio se ha promovido el Museo Os Oleiros en Santa Cruz y la fiesta de Alfaroleiros. Esta se celebra en la misma localidad durante el mes de agosto —del 2 al 6 de agosto celebró su 29ª edición—. Se considera la feria de alfarería más importante de España.
Uno de los sitios que no se pueden dejar de visitar en Oleiros es el castillo de Santa Cruz, del siglo XVI y de los más especiales de esta comunidad autónoma. Enclavado en un islote de la ría de A Coruña, se accede a él por una pasarela de madera. Tras perder su función defensiva, pasó a ser residencia de la hija de la escritora coruñesa Emilia Pardo Bazán en el siglo XIX. Tras su muerte, fue donado al Ejército en 1938 para acoger a huérfanos de la guerra. Finalmente, en 1989 fue declarado Bien de interés Cultural y hoy acoge exposiciones y actividades relacionadas con el medio ambiente. A los pies del castillo están la playa urbana y el paseo marítimo.
Justo en frente, se encuentra Noa Boutique, un hotel inaugurado en 2019 con 32 habitaciones que ya están casi llenas hasta final de septiembre. Tiene una piscina en la terraza superior y las mejores vistas de la zona. Cuenta con dos restaurantes, OLAS, especializado en arroces y pescados a la brasa, y un gastrobar, QOMO, abierto todo el día. Cantantes como Rosalía se han alojado aquí, así que parece que Oleiros es el nuevo place to be.
Otra de las playas de la zona, y más si se es aficionado a los deportes acuáticos, es la de Bastiagueiro, ideal para aquellos que se están iniciando en el surf, ya que está bastante recogida y en los días de mucho mar aquí las olas apenas tienen fuerza. After Surf ofrece clases, alquiler de material, hostel y una terraza perfecta desde la que ver el oceáno y el atardecer disfrutando de la comida o un buen cóctel. Los mayores de la zona cuentan que la playa de Bastiagueiro era la preferida por la familia Franco. A ella venía el dictador con sus nietos desde el pazo de Meirás —a menos de 10 kilómetros de distancia— y la cerraban para que el caudillo pudiese disfrutar de un día familiar en privado.
Otro de los sitios de moda en la zona es el club gastronómico La Panadería by Sarah, situado, como su nombre dice, en una antigua panadería. Su dueña, una australiana afincada en Oleiros, abrió este espacio hace apenas dos años. En él, organiza principalmente cenas para grupos por encargo, utilizando siempre producto de cercanía pero con resultados exóticos y muy diferentes. Aprendió a cocinar en sus viajes por el mundo en los mercados locales asiáticos, además de trabajar como chef durante 35 años y abrir el primer club gastronómico en Barcelona en una antigua fábrica de paraguas. Por 45 euros (sin incluir bebidas; cerveza y vinos gallegos y australianos) se puede probar esta experiencia que no dejará a nadie indiferente.
Otro imprescindible en el concello de Oleiros es el puerto de Lorbé, una pequeña aldea pesquera famosa por sus mejillones. Las bateas, distribuidas a lo largo de la ría, producen 15 millones de kilos de este molusco tan apreciado y que se ha convertido en el producto estrella de la zona. Si hay un buen momento para probar los mejillones es durante las Festas do Carme de Lorbé (del 3 al 6 de agosto). En ellas, además de la misa, la procesión marítima y la verbena, tiene lugar la XXXI Festa do Mexillón. En cualquier momento del año, si buscamos un sitio de toda la vida en el que comer bien y a buen precio, habrá que ir al restaurante Puerto de Lorbé a probar este sabroso molusco. Lo cocinan de varias formas: gratinados al horno, en escabeche, rellenos y, por supuesto, al vapor. Aunque el mejillón sea la estrella de su carta, ofrecen también calamares, chipirón, zamburiña, vieiras, almejas a la plancha, pulpo y todo tipo de pescados y mariscos, con la garantía de sus más de 35 años dando comidas y cenas en el puerto de Lorbé.
Otra de las visitas obligadas es Mera. Esta pequeña localidad cuenta con una playa urbana y familiar con forma de media concha. En su parte izquierda hay un pequeño espigón con rampa por el que se pueden bajar pequeñas embarcaciones. Desde aquí, y con buen tiempo, se divisa perfectamente la bahía de A Coruña. Desde Mera sale un paseo marítimo que llega hasta el arenal de Espiñeiro, de algo más de 300 metros de longitud y que cuenta también con bandera azul. Sus aguas son claras y tranquilas, perfectas para el baño. Si se quiere picar algo, a pie de playa se encuentra el chiringuito Espineiro, perfecto para tomar una caña acompañada de alguna de sus raciones mientras se disfruta de unas vistas y un entorno inmejorable.
Si por la noche nos queremos dar un homenaje es cita obligada visitar el restaurante El Refugio, situado frente al Ayuntamiento de Oleiros. El plato estrella de este clásico de la localidad gallega —lleva abierto desde 1975— es el salpicón de bogavante, aunque también hay otros mariscos que en temporada siempre son un acierto, como los percebes, la centolla o las nécoras. Especialistas en carnes y pescados, cuentan con una magnífica bodega con más de 700 referencias, entre las que Alfredo Castelo, copropietario del establecimiento, destaca los vinos gallegos. Por unos 80 euros uno se va más que satisfecho.
Aunque Oleiros sea una joya escondida, conocida principalmente por el turismo gallego, últimamente ha tenido algún vecino célebre, como el actor Richard Gere. Este visita Oleiros algunos veranos, ya que la familia de su mujer tiene propiedades en la zona. Y es que famosos por esta zona, como las meigas, haberlos haylos.
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