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La Arena de Verona, la Ópera de París y los otros 19 teatros más impresionantes del mundo, en imágenes

Los hay que impactan por su historia, por su acústica o porque sus edificios son tan bellos como los espectáculos que organizan. Milenarios, decimonónicos o contemporáneos, acogen grandes festivales; por sus escenarios pasan las mejores orquestas y compañías de ópera y danza del mundo, y todos ellos merecen un viaje

Teatro de Epidauro (Grecia). No se sabe exactamente cuándo subió alguien por primera vez a un escenario para interpretar un personaje, pero debió de ser en torno al siglo V antes de Cristo cuando apareció el 'theatron' griego, el “lugar donde se mira”. El gran teatro de Epidauro data del siglo IV a.C. y se considera uno de los mejor conservados de la Antigüedad. En sus gradas podían sentarse hasta 14.000 personas que, gracias a la extraordinaria acústica, oían los rumores en el escenario. En verano se sigue utilizando para festivales escénicos. Paul Panayiotou (Getty Images)
Shakespeare’s Globe (Londres, Reino Unido). Esta es una fiel réplica de The Globe, el teatro isabelino para el que Shakespeare escribió sus obras. Fue construida en 1997 en Southwark, en la orilla sur del río Támesis, a unos 200 metros de donde se encontraba el edificio original. A comienzos del siglo XVII, The Globe era el punto de encuentro social, es decir, ‘the place to be’. Daban igual las salidas de emergencia: lo importante eran los vistosos trajes, la potente música y, con el clímax del drama, los efectos especiales que incluían cañones de verdad. Como el que incendió este teatro en 1613, apenas 14 años después de su construcción en 1599. Destruido por el fuego, fue reconstruido en 1614. Para este escenario redondo, entre cuyos propietarios se contaba el propio William Shakespeare, aquello fue todo un golpe publicitario, y el negocio pronto volvió a abrir al año siguiente. Fue demolido en 1644, durante el Gobierno puritano de Oliver Cromwell. Oli Scarff (Getty Images)
Teatro de Pula (Croacia). Hace más de 2.000 años que los romanos llegaron a la península croata de Istria, dejando templos como el de Augusto, arcos de triunfo y un anfiteatro construido en el siglo I por los emperadores Vespasiano y Tito a orillas del Adriático. El de esta ciudad croata es uno de los seis mayores anfiteatros del mundo, con capacidad para 20.000 espectadores, y el escenario perfecto para los combates de gladiadores, espectáculos teatrales y conciertos que se celebran en el mes de junio durante el Festival Romano de Pula.Ratnakorn Piyasirisorost (Getty Images)
Arena de Verona (Italia). En una esquina de la bulliciosa Piazza Bra de Verona, ciudad romántica y trágica (se impone recordar a Romeo y Julieta), se alza un edificio romano de mármol rosa. Este anfiteatro, el tercero más grande que se conserva tras los de Roma y Capua, con aforo para 22.000 espectadores. En la arena todo es igualmente gigantesco: la escena, la música y las emociones. Fue construido en el siglo I; en el siglo XII sobrevivió a un terremoto y, años más tarde, se convirtió en el legendario teatro de ópera al aire libre que es actualmente. En él se celebra la temporada anual de ópera (junio y agosto), que incluye 50 espectáculos con las principales voces del mundo. Hay que esperar a que se enciendan las velas a su alrededor tras la puesta de sol. Las entradas para los escalones de piedra son la opción más económica para disfrutar de la ópera (alquilan almohadillas). Alamy Stock Photo
Ópera de Manaos (Brasil). ¿Un aria de Verdi en el corazón de la selva? Pues sí. Manaos es la ciudad más grande del Amazonas, un incongruente reducto de urbanización en medio de la jungla. Su famoso teatro de la ópera se inauguró en 1986, en pleno auge del caucho en la región, y simboliza la opulencia que en su día tuvo esta urbe brasileña. Los artesanos y la mayor parte de los materiales utilizados (mármol y vidrio italianos y hierro escocés) llegaron de Europa; la madera es brasileña, pero se talló en Portugal. La carretera de la entrada se hizo de goma para silenciar los vehículos que llegaran tarde a la función. El Festival de la Ópera del Amazonas dura tres semanas entre abril y mayo y lleva el 'bel canto' a las profundidades de la Amazonia. Paulo Fridman (Corbis via Getty Images)
Teatro-Museo Dalí (Figueres, Girona). Un taxi lleno de maniquís, una torre adornada con gigantescos huevos, un museo en cuyo sótano el pintor Salvador Dalí reposa bajo una discreta losa sepulcral… La visita a este espacio surrealista es como un viaje al espíritu de este genio de inconfundible caligrafía artística. El complemento perfecto para unas vacaciones de playa en la cercana Costa Brava.Gonzalo Azumendi (Getty Images)
Ópera de París (Francia). El legendario fantasma de la ópera ('Le Fantôme de l'Opéra') de la novela gótica de Gaston Leroux merodeaba por este teatro palaciego, uno de los dos que diseñó Charles Garnier (el otro está en la ciudad francesa de Tolón). Fue proyectado en 1860 para mostrar el esplendor de la Francia de Napoleón III. Por desgracia, cuando se terminó (15 años más tarde) el Segundo Imperio no era más que un recuerdo lejano del emperador, que llevaba dos años muerto. Aun así, se trata de uno de los monumentos parisinos más impresionantes del siglo XIX y, en una ciudad repleta de joyas arquitectónicas, eso es decir mucho. Se puede hacer una visita guiada o recorrer el museo anexo, lleno de trajes, telones, partituras y otros recuerdos. Los frescos que adornan el techo de la sala fueron pintados por Marc Chagall en 1964.Sylvain Sonnet (Getty Images)
Casa de la Ópera (Oslo, Noruega). Los escandinavos saben cómo acometer proyectos rompedores. La moderna y nívea Ópera de Oslo, parcialmente sumergida en un fiordo, es preciosa. Su diseño, obra del estudio noruego Snøhetta, se inspiró en la imagen de dos glaciares en colisión (en la lejanía, desde ciertos ángulos, parece un anguloso iceberg flotante). El interior es una sinfonía de roble en un cubo translúcido. No obstante, lo mejor quizá sea su tejado, en esencia un paseo urbano cuyos grandes e inclinados planos llegan hasta el agua. Desde el tejado se puede echar una ojeada dentro y admirar el fiordo. Parece un lugar de recreo para adultos que, además, acoge una ópera. En 2009, la ‘Operahuset’ ganó el premio Mies van der Rohe, el máximo galardón europeo de arquitectura contemporánea. Maremagnum (Getty Images)
Ópera de Viena (Austria). En una ciudad considerada por muchos como la capital mundial de la ópera y la música clásica, este es su principal escenario, construido entre 1861 y 1869. Sin embargo, al principio desagradó tanto a los vieneses y a los Habsburgo que enseguida se ganó el apodo de “tortuga de piedra”. Los dos arquitectos aceptaron mal las críticas: uno se ahorcó y el otro murió de un infarto dos meses más tarde. Con todo, se inauguró por todo lo alto con la obra ‘Don Giovanni’ de Mozart, y ya no ha bajado el listón. Los vieneses, que se toman la ópera realmente en serio, siempre se visten en concordancia con la excepcionalidad de este arte. Enfrente de la Staatsoper se halla el Café Sacher, famoso por su 'sacher torte' (deliciosa tarta de chocolate con mermelada de albaricoque). HELMUT FOHRINGER (APA/AFP via Getty Images)
Ópera de Sídney (Australia). Este es uno de los máximos estandartes del arte contemporáneo. Admirado, el famoso arquitecto Louis Kahn afirmó: “El sol no sabía lo bella que era su luz hasta que se reflejó en este edificio”. El proyecto ganador del concurso de 1956, del arquitecto danés Jørn Utzon, es el monumento más reconocible de Australia. Puede parecer un edificio con velas blancas desplegadas, pero dicen que Utzon se inspiró en los gajos de naranja, las hojas de palma y los templos mayas, y el edificio también ha sido comparado con una máquina de escribir rellena de conchas de vieiras. La construcción comenzó en 1959 y se inauguró oficialmente en 1973, tras una serie de choques de personalidad, dificultades técnicas y retrasos dignos de un culebrón. Recibe cada madrugada del 1 de enero al Año Nuevo con una lluvia de fuegos artificiales.Kokkai Ng (Getty Images)
Teatro Colón (Buenos Aires, Argentina). Es uno de los monumentos emblemáticos de Buenos Aires, fuente de orgullo nacional, que encuentra su fuente de inspiración en el estilo de los teatros europeos, aunque tiene un marcado carácter colonial. Este precioso e imponente edificio de siete plantas es un escenario de primera que acoge funciones de ópera, danza y música clásica. Inaugurado en 1908, fue el teatro más grande del Hemisferio Sur hasta que llegó la Ópera de Sídney. Ocupa una manzana entera y tiene aforo para 2.500 espectadores sentados y 1.000 de pie. Desde su inauguración con ‘Aída’ de Verdi, el público no ha dejado de maravillarse. El bailarín y coreógrafo Mijaíl Nikoláyevich Barýshnikov lo describió como “el más bello de los teatros”. Amilcar Orfali (Getty Images)
Festspielhaus de Bayreuth (Baviera, Alemania). Con el apoyo de Luis II de Baviera, Richard Wagner convirtió la población de Bayreuth en una meca de la ópera romántica alemana. Durante el nazismo fue el escenario favorito de Hitler y sus acólitos y familiares, que encontraron en la música wagneriana la mitología en la que apoyaban sus tesis supremacistas arias. Hoy, el Festival de Wagner atrae cada año a unos 60.000 devotos de su ópera. El peregrinaje finaliza en el teatro principal del festival, la Festspielhaus. Diseñado expresamente por el propio Wagner para acoger sus obras, se construyó en 1872 y es bastante sencillo. Aquí lo importante es resaltar la música del compositor, a lo que colabora el foso oculto de la orquesta y las tres plantas de maquinaria situadas debajo del escenario. Durante la visita a Bayreuth, se recomienda ver también la ópera del Malgrave, un 'bombón' barroco construido en 1750.Daniel Vogl (Picture Alliance via Getty)
Teatro de La Scala (Milán, Italia). Cual gran diva, la legendaria Ópera de Milán es más conocida como La Scala. Su austera fachada contrasta con el suntuoso interior, con seis plantas de 'loggias' (palcos y galerías) engalanadas en dorados y rojos. Existe una etiqueta en el vestir, y las entradas deben reservarse con mucha antelación. Otra alternativa, siempre que no haya representaciones o ensayos, es echar una ojeada al lugar como parte de la visita al Museo Teatrale alla Scala. La temporada de ópera comienza el 7 de diciembre, coincidiendo con la festividad de san Ambrosio, patrón de la ciudad.Pietro D'Aprano (Getty Images)
Casa de la Ópera de Guangzhou (China). En China la ópera es diferente, pero comprarte la obsesión por encargar espectaculares edificios a arquitectos de fama mundial. La Ópera de Guangzhou se empezó a construir en abril de 2002 y se inauguró en mayo de 2010. Está firmado por los reconocidos arquitectos Coop Himmelblau, Rem Koolhaas y Zaha Hadid, y cuenta con 1.800 asientos, así como una sala multifuncional para 400 espectadores con la tecnología acústica más avanzada. Los arquitectos se inspiraron en los valles de los ríos y en el proceso de transformación que tienen por la erosión. El edificio ha cambiado la fisionomía de la ciudad y fue el inicio de una transformación en forma de nuevas infraestructuras culturales, como bibliotecas o museos.CHRISTIAN RICHTERS (Universal Images Group via Getty)
Teatro Mariinsky (San Petersburgo, Rusia). Este teatro ha desempeñado un papel primordial en los ballets rusos desde su construcción en 1859, y sigue siendo una de las instituciones culturales más queridas y respetadas de Rusia. Su edificio verde y blanco, muy bien situado en la plaza del Teatro, es una visita obligada para los amantes de la danza. Se inauguró en 1860, y por él han pasado algunos de los grandes músicos, bailarines y cantantes del mundo. El Mariinsky II fue inaugurado en el 2013 tras más de una década en construcción, disputas legales, escándalos y rumores. Es una pieza principal para la compañía de ballet y ópera más famosa de San Petersburgo y uno de los auditorios más avanzados del mundo tecnológicamente, con una vista y una acústica magníficas desde sus 2.000 butacas. El exterior no resulta muy interesante, pero el interior es espléndido. Alamy Stock Photo
Casa de la Ópera Nacional de Budapest (Hungría). La preciosa y lujosa Ópera neorrenacentista húngara es uno de los edificios más bellos de Budapest. Situada cerca de la orilla del Danubio en la zona de Pest de la ciudad, el teatro abrió sus puertas en 1884 y exhibe uno de los interiores más elegantes de Europa. Es más que recomendable asistir a sus bailes, como la gala de Nochevieja o el prestigioso Opera Ball, todo un evento social, cuando el escenario y el auditorio se transforman en una gigantesca sala de baile que acoge a más de cien debutantes. Hugh Rooney (Eye Ubiquitous/Universal Images )
Semperoper (Dresde, Alemania). Inaugurado en 1841, es uno de los teatros de ópera alemanes más famosos y acogió estrenos de obras célebres de Richard Strauss, Carl María von Weber y Richard Wagner. Se organizan visitas guiadas de 45 minutos casi a diario, pero los horarios dependen de los ensayos y las actuaciones. El Semperoper original sucumbió al fuego apenas tres décadas después de inaugurarse. Tras su reapertura en 1878, vivió una época de gran esplendor hasta que los bombardeos aliados de la II Guerra Mundial truncaron la fiesta. La música no regresaría a su gran sala escénica hasta 1985. Photographer: Jorg Greuel (Getty Images)
Centro Nacional para las Artes Escénicas (Pekín, China). Los pekineses lo llaman el “huevo alienígena”, pero están orgullosos de esta espectacular construcción diseñada por Paul Andreu, que atrae tanto a los aficionados a la música como a la arquitectura. Sea como sea, es el mejor escenario para asistir a recitales de música clásica local y extranjera. También acoge ópera, ballet y danza china clásica. Fue inaugurado en 2007 y tiene capacidad para 6.500 espectadores. Está cerca de la Ciudad Prohibida y llama la atención poderosamente con su cúpula gigante de titanio y cristal rodeada por un lago artificial. Alamy Stock Photo
Teatro San Carlo (Nápoles, Italia). Disfrutar de una velada en el teatro de la ópera más grande de Italia es una experiencia mágica. Aunque el edificio original de 1737 se quemó en 1816, la reconstrucción del siglo XIX, obra de Antonio Niccolini, es un dechado de opulencia. De no poder asistir a uno de sus espectáculos, puede servir un circuito guiado que pasa por los vestíbulos, el elegante salón principal y el palco real. A su lado está el Memus, el museo y archivo histórico de San Carlo. El teatro está declarado patrimonio mundial por la Unesco, y es el teatro de ópera más antiguo en activo. ANDREAS SOLARO (AFP via Getty Images)
Gran Teatre del Liceu (Barcelona, España). La majestuosa Ópera de Barcelona, muy bien restaurada tras el incendio de 1994, es uno de los teatros tecnológicamente más avanzados. Está en plena Rambla y es uno de los grandes símbolos de la alta cultura catalana. Al sentarse en su platea, que ha recuperado todo su esplendor del siglo XIX pero con los últimos avances en acústica, los visitantes viajan a otra época. También se puede optar por el circuito guiado y descubrir su belleza arquitectónica y secretos. LLUIS GENE (AFP via Getty Images)
Metropolitan Opera House (Nueva York, EE UU). Es la referencia operística en Estados Unidos y una de las más importantes del mundo. Está en el complejo del Lincoln Center, que reúne los espacios escénicos más relevantes de Manhattan con una oferta impresionante de lo mejor en ópera, ballet y música sinfónica. La Metropolitan Opera House tiene las paredes del vestíbulo decoradas con los murales de saturados colores de Marc Chagall. Todas las noches hay actuaciones y espectáculos programados, así que lo único que uno puede hacer es consultar la cartelera en la web del Lincoln Center y disponerse a disfrutar de lo mejor de lo mejor.Alamy Stock Photo