23 fotos

Barcelona, de terraza en terraza

Lugares donde tomar una caña con vistas a la ciudad, de la playa a la montaña de de Montjuïc

Las escultóricas formaciones iluminadas de la Pedrera de Gaudí refulgen ante la terraza de este cinco estrellas. Buen ambiente en el chill out junto a la piscina para ocasiones especiales con unas ostras y una copa de cava o champagne, lo que más apetezca.
La playa del Bogatell, que renació a raíz de la Barcelona Olímpica, fue animada con modernos chiringuitos como el Escribá 92, cuyo propietario abrió décadas después La Guingueta (chiringuito en catalán), mucho más informal para tomar desayunos, aperitivos, tapas y platillos frente al mar.
La ciudad se extiende a los pies de este restaurante situado en lo alto de la montaña de Montjuïc, junto al funicular. Su terraza panorámica puede jactarse de tener las mejores vistas de Barcelona, así que se puede disfrutar de una cena al aire libre mientras se juega a adivinar cuáles son los edificios más destacados de la ciudad.
En la sexta y última planta del hotel ubicado en un antiguo palacete del siglo XVI, se halla la terraza-solarium con su pequeña piscina donde tomar un cóctel y tapas y disfrutar de las vistas al puerto de Barcelona y al Moll de la Fusta. Abierta de 9 de la mañana a las 7 de la tarde.
La marítima y marinera Barceloneta está repleta de lugares históricos y terrazas que se esquinan en sus plazas. Una de ellas, con mucha solera, es la del restaurante Can Ganassa, que abrió sus puertas como bodega y tienda de ultramarinos a principios del siglo XX. Dicen que aquí se guisan las mejores “bombas” de la Barceloneta y que sus anchoas son insuperables. Hoy a sus especialidades de antaño, se suma una carta moderna, cien por cien mediterránea, que se sirve en las mesas de esta plaza castiza a la sombra de la iglesia barroca de Sant Miquel del Port.
Dicen que es uno de los secretos mejor guardados de Barcelona. Escondido en la montaña de Montjuïch, en el Mirador del Migdia, es un punto y a parte en materia de terrazas por su entorno natural y sus vistas prodigiosas a toda la ciudad. Otro de sus alicientes es contemplar la puesta de sol cerveza fría en mano.Carles Ribas
Un clásico de los años 90, posiblemente con las mejores vistas de Barcelona. Su ubicación en la falda del Tibidabo asegura la panorámica a cualquier hora del día. Abierto desde las 11 de la mañana, el Mirablau, con su decoración de otra época, seduce con sus cócteles y buena música. Bar, restaurante y discoteca, es el lugar al que seguro llevas a un amigo al que quieras mostrar Barcelona.
En la sede del Reial Cercle Artístic, justo en el vértice del Portal del Ángel, se aboca esta terraza agradable donde tomar algo a media tarde contemplando tranquilamente el bullicio de la mayor arteria comercial y turística de Barcelona. Merece la pena la subida a través del impresionante edificio gótico.
Como si de un antiguo terrado de barrio se tratara, el Terrat del DO con su cubierta de cañizo y sus luces de guirnaldas es un lugar veraniego y agradable para la cena y la copa. En este espacio único, ubicado en pleno barrio gótico sobre la emblemática Plaça Reial, se pueden degustar tapas, platillos y arroces, asistir a showcookings y eventos en los que la gastronomía siempre es la protagonista. La rehabilitación del edificio de 1856 en el que se ubica este cinco estrellas es obra del arquitecto Oriol Bohigas y el interiorismo de Lázaro Rosa Violán. Abierto de junio a octubre, a partir de las 19 horas.
De las muchísimas y agradables terrazas que hay en las plazas del barrio de Gràcia, la del Cafè del Sol es una de las más veteranas y populares. A su excelente ubicación se suman sus tapas caseras, con patatas bravas y croquetas, además de una surtida carta de cervezas. Buen ambiente a cualquier hora del día, desde el aperitivo hasta la última caña de la noche.Alfredo Arias
Su ubicación, en la falda de la montaña de Montjuïch es un privilegio. La ciudad se extiende ante este establecimiento de decoración retro y muy chic. La subida por la carretera de Miramar es de por sí una gozada. Buenos arroces y platos de marisco para degustar en su terraza con guirnaldas de luces que parece hecha aposta para el aperitivo (no perderse el Elixir Martínez). Abierto desde las 13 horas.
La nueva ordenanza de terrazas del Ayuntamiento de Barcelona amenaza la existencia de este emblemático espacio, a pesar que ha ocupado esta esquina de la Plaza Catalunya desde 1832, cuando se inauguró como cantina de la estación de tren de los Ferrocarriles Catalanes. Desde entonces ha sido testigo de mil y una reformas y remodelaciones de su entorno hasta convertirse en uno de los lugares de encuentro más recurrentes para barceloneses y visitantes. "¿Quedamos en el Zúrich?"
En una de las calles más carismáticas y emblemáticas de Gràcia se halla esta tienda de comercio justo en cuya parte trasera se abre un jardín arbolado que es una delicia. Unas cuantas mesas, silencio, aroma de flores y plantas son el marco perfecto para tomar un te eco, con un pedazo de tarta casera a ritmo pausado, a salvo del trajín de la ciudad.
Que una terraza de uno de los hoteles más glamurosos de Barcelona lleve por nombre Roba Estesa (ropa tendida) ya dice mucho de su carácter. Situado en pleno barrio Gótico, en un palacio medieval, el hotel Neri tiene en su cuarta planta esta terraza que huele a jazmín, rodeada de terrados por los que se asoman las agujas de la catedral. Abierta de mayo a octubre, sirven hamburguesas gourmet, bocadillos, cervezas y copas. No perderse tampoco su terraza a pie de calle que se halla en una de las esquinas de la bellísima plaza de Sant Felip Neri, ideal para el aperitivo.
Alejada del centro, como un retazo del pasado, esta antigua mansión de indianos tiene una terraza sombreada y encantadora en la que sirven cócteles, su especialidad, gin tonics y aperitivos desde 1987. Tiene también una zona chill out cubierta perfecta para las noches. Al frente, Cecilia Clavell y sus cuatro hijos. Abierto desde las 19 horas.
A la hora del aperitivo, el Calders es una de las citas ineludibles por su entorno y por la variedad y calidad de vermús y tapas que ofrece. Sus mesas bajo las sombrillas han encontrado el lugar perfecto en un callejón de la calle Parlament, llamado Calders. El local sirve platos mexicanos en honor al país de exilio del escritor Pere Calders y exquisiteces como las pizzetes de pera, gorgonzola y cebolla confitada.
Las paredes del antiguo Palau Reial dels Comtes de Barcelona arropan esta terraza que, como dice su nombre, solo está operativa en verano. Hay que imaginar la entrada gótica, con sus muros pétreos, sus bóvedas y la paz que respiran los antiguos edificios, para darse cuenta lo bien que se puede estar tomando algo en un lugar así. En el mismo edificio se halla el Museo Marés, perfecto complemento a la visita. Abierto de abril a septiembre, de 10 a 22.
Y de secreto en secreto, ya que encontrar este romántico jardín en plena Rambla de Barcelona no es fácil. Se trata de un espacio público al que se accede a través del Hotel Petit Palace Opera Garden –identificado por una placa- o por una pequeña entrada desde la calle Aroles. Setos, bancos a la sombra de lánguidos árboles y parterres forman este jardín que data de 1861 y que conserva su aire romántico. Hay máquinas expendedoras de bebidas, propiedad del hotel. Abierto desde las 10 hasta las 18 horas.Jordi Ferrer
Su piscina desbordante, las cómodas tumbonas y las deliciosas tapas son credenciales suficientes para subir hasta lo alto de este hotel y contemplar las magníficas vistas a Montjüich con el Palacio Nacional y las Torres Venecianas en primer término.
En el barrio de Pedralbes, en la parte alta de Barcelona, no abundan los locales en los que tomar un aperitivo o una copa a cualquier hora del día. El restaurante bar el Jardí de l’Abadessa tiene un bonito jardín con vistas al Monestir de Pedralbes, una de las joyas góticas de la ciudad. El restaurante sirve cocina mediterránea.
Los soportales de la plaza Vicenç Martorell, en pleno Raval, dan cobijo a este local súper agradable donde se comen unas tapas y platillos francamente buenos. Un lugar espléndido para disfrutar de una cerveza, bajo el fresco de los porches mientras se oyen a lo lejos las risas de los niños que juegan en la plaza. No perderse las patatas picantes marca de la casa y los desayunos con el pan hecho con levadura madre.
Uno de los lugares más plácidos de Barcelona es este jardín de ambiente literario, frondoso y arbolado, con pequeñas mesas de mármol situado en el corazón de l’Eixample, en uno de sus interiores de manzana. En la parte trasera de la librería La Central sirven suculentos desayunos y meriendas y un menú al mediodía sano y apetitoso. Abierto de 9 a 21 horas, de lunes a sábado.