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Así se vuela en primera: caviar a 10.000 metros

Comodidad, lujo y dispendio en la primera clase de las aerolíneas

Lo más de lo más en el aire son las suites. Cabinas de lujo que recuerdan a compartimentos de tren, tipo Orient Express, con puertas para no ver, ni oír, ni oler a los demás. En Singapore Airlines un Londres-Hong Kong en suite cuesta 9.810 euros; en turista, 830 euros.
Al otro lado de las compuertas de una suite de Singapore Airlines hay un asiento de 88.9 centímetros de ancho que se convierte en una cama de más de dos metros de largo. En el espacio que ocupa esta señorita se apelotonan unos seis pasajeros de clase turista.
...Así que en esta suite doble de Singapore hasta doce turistas podrían celebrar una fiesta.
En la chilena LAN los asientos “full flat 100% horizontal” tienen una memoria que graba la posición que el usuario ha elegido, así como sus opciones de masaje lumbar.
Los menús de primera clase no se parecen a las bandejitas de turista, y los neceseres de regalo son de marcas de lujo. En 'premium business' de LAN dan todo esto; eso sí, un Madrid-Santiago de Chile cuesta 6.161 (674 euros en turista).
En la brasileña TAM la idea es que la primera clase recuerde a la comodidad de un salón. Uno que muchos quisieran tener en su casa.
Lo de sentirse especial volando en primera clase empieza en el aeropuerto. Las salas Vip son un anticipo de la exclusividad que se vivirá en el aire. Esta de Cathay Pacific en el aeropuerto de Hong Kong está diseñada por el estudio de Norman Foster.
En Cathay Pacific cada pasajero de primera toca a tres ventanas. Y les ponen flores frescas.
En clase turista la gente viaja en chándal para ir cómoda, pero a los viajeros de primera las aerolíneas les obsequian con un pijama para que se cambien. En Cathay es de algodón orgánico y de la marca PYE, una camisería de Hong Kong en la que los modelos básicos arrancan en 100 euros y llegan a unos 3.000.
En una suite con puertas de la aerolínea Etihad de Emiratos cabe una pantalla LCD de 23 pulgadas, armario, mini bar personal y una lujosa cama con masaje incorporado. El edredón y las sábanas son de seda.
En Etihad (Emiratos Árabes Unidos) las clases se denominan de menos a más: Coral, Perla y Diamante. En la clase Diamante hay dos menús gastronómicos para elegir, se puede comer a la carta y además tienen el servicio Anytime Kitchen, disponible en cualquier momento. Porque el chef cocina en directo. Y como la suite tiene mesa y un asiento extra, se puede invitar a alguien a comer.
Así es el baño de primera clase de Lufthansa, donde usar el retrete, cambiar un pañal o incluso tener una aventura no tienen ni la mitad de mérito que hacerlo en el baño de turista.
La crisis no afecta a los ricos. Lufthansa aumentó en un 10% la venta de billetes de primera tras incorporar estas suites que incluyen un asiento y una cama, por separado. Se ve cómodo.
Esto es lo que ve un pasajero de primera ante sus pies. De los 200.000 que la alemana Lufthansa transporta cada día, solo 700 disfrutan de estas vistas porque son los que viajan en primera.
Tele, consola de juegos, minibar, champán... ¡y hasta un libro! En la dorada suite de Emirates conviene que el vuelo sea largo para gozar de tanto entretenimiento.
Quizás nada impresiona tanto a un turista de la clase ídem como la ducha de primera de Emirates. Dura 5 minutos por persona, pero te dan toalla.
En Emirates, además de ducha hay un bar, el Onboard Lounge, donde los pasajeros de primera pueden tomar copas con otros pasajeros de primera y ser así de felices.