Aquí cocinan Susi y Kamilla

Las mujeres empiezan a dejar ser una excepción en la alta gastronomia. Cuatro grandes cocineras reflexionan sobre su papel como pioneras

De izquierda a derecha, las cocineras Kamilla Seidler, Susi Díaz, Elena Arzak y Duangporn Songvisava.

La alta cocina ha sido un mundo dominado por los hombres. Hasta ahora. “Se puede hablar de un antes y un después”, dice Susi Díaz, chef al frente del restaurante La Finca. A pesar de que las mujeres han ocupado un papel relevante en las cocinas de los hogares, su protagonismo en la alta gastronomía no ha gozado de la misma repercusión. Algo que, poco a poco y desde diferentes lugares del mundo, está cambiando. Ellas además de cocineras también son chefs.

“La realidad es que siempre hemos estado en la cocina”, dice Duangporn Songvisa...

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La alta cocina ha sido un mundo dominado por los hombres. Hasta ahora. “Se puede hablar de un antes y un después”, dice Susi Díaz, chef al frente del restaurante La Finca. A pesar de que las mujeres han ocupado un papel relevante en las cocinas de los hogares, su protagonismo en la alta gastronomía no ha gozado de la misma repercusión. Algo que, poco a poco y desde diferentes lugares del mundo, está cambiando. Ellas además de cocineras también son chefs.

La danesa Kamila Seidler en Madrid Fusión.J. J. Guillén

“La realidad es que siempre hemos estado en la cocina”, dice Duangporn Songvisava, la mejor chef tailandesa que, junto a su marido Dylan Jones, dirige el restaurante de Bangkok Bo.Lan. “Pero ahora empiezan a escucharnos”. El innegable vínculo de las mujeres con la cocina no se había visto reflejado en una eclosión de mujeres cocineras con menciones, estrellas o soles.

La interminable jornada laboral es la principal razón que estas mujeres, en la cúspide de la cocina internacional, aducen cuando hablan sobre la escasa presencia femenina en los ranking globales. “No creo que se trate de machismo. Los hombres no pueden salirse de la cocina para parir. Si pudieran, estaríamos al mismo nivel”, asegura Kamilla Seidler, chef del restaurante Gustu, en La Paz. De origen danés, pero afincada desde hace más de un año en Bolivia, se ha convertido en un referente femenino de la gastronomía global.

Duangporn Songvisava, chef tailandesa, en Madrid Fusión.

Elena Arzak es otra figura en el panorama culinario. “Tradicionalmente, como ha ocurrido en otras profesiones, ha habido menos mujeres punteras en la gastronomía. Poco a poco, vamos ganando posiciones", dice la chef, una de las máximas representantes de ese músculo femenino y que, como Díaz, Seidler y Songvisava, ha presentado una ponencia en Madrid Fusión.

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Hace bastantes años, cocinar era casi una obligación para la mujer. “Es una mentalidad que nos inculcaron nuestras abuelas”, cuenta Díaz. “De esa situación, que llevó a muchas grandes cocineras a quedarse en sus hogares, hemos pasado a lo opuesto: mucha gente joven, chicos y chicas, no saben ni freírse un huevo”, añade. Quizás el boom catódico de la gastronomía (la propia Díaz fue jurado de la pasada edición de Top Chef) puede cambiar eso y animar a chicos y chicas a lanzarse a los fogones. “Al final, ser buen cocinero no es una cuestión de género”, sentencia Elena Arzak.

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