Diez restaurantes baratos en México DF

De los tacos, tortas y enchiladas a las variantes mexicanas de los kebabs

Sole, Pizza e Amore solamente vende pizzas y lasañas.Jorge Tirzo

Aceptémoslo. Incluso los mexicanos tenemos problemas para comer en México. Si bien es cierto que el Distrito Federal es un lugar idóneo para disfrutar de los puestos callejeros de antojitos, para un viajero esto puede tener un alto grado de dificultad. Para aquellos que prefieren vivir la experiencia desde la comodidad de una mesa bajo techo, estos son diez restaurantes buenos, bonitos y baratos....

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Aceptémoslo. Incluso los mexicanos tenemos problemas para comer en México. Si bien es cierto que el Distrito Federal es un lugar idóneo para disfrutar de los puestos callejeros de antojitos, para un viajero esto puede tener un alto grado de dificultad. Para aquellos que prefieren vivir la experiencia desde la comodidad de una mesa bajo techo, estos son diez restaurantes buenos, bonitos y baratos.

La casa del Pan Papalotl

Justo a medio camino entre el centro de Coyoacán y los Viveros, se encuentra este pequeño restaurante especializado en pan de dulce recién horneado y desayunos completos: La casa del Pan Papalotl (México, 25, casi esquina con Xicoténcatl; metro Viveros). La mayor parte de los platos están preparados con ingredientes orgánicos. Es el combo perfecto: ir a correr o caminar por los senderos de los Viveros por la mañana y después quitarse el hambre con unos chilaquiles o un omelette.

Casa Club del Académico

Originalmente pensado para uso exclusivo de los docentes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Casa Club (Ciudad Universitaria, 301; estación Dr. Gálvez del Metrobús) ofrece un restaurante y una cafetería abiertos a todo aquel que quiera escapar del caos de la ciudad. En medio de rocas volcánicas, un extenso jardín sirve como paisaje para disfrutar del bufé o de los platos a la carta. Eso sí, hay que verificar los horarios antes de ir, pues en fines de semana y días festivos puede estar cerrado.

Café El Popular

Puede que hayas escuchado hablar del Café Tacuba. Es el lugar que dio nombre a la banda de rock más importante de México y que a su vez obtuvo su nombre de la calle en la que se ubica. ¿Cuál es el inconveniente? Que es un poco caro y casi siempre está lleno. Además, cierran antes de la medianoche. ¿Y qué pasa si a uno se te antoja un café lechero (café con leche) y unas enchiladas a las 3 de la madrugada? La solución está en caminar un par de cuadras rumbo al Zócalo en la calle paralela: 5 de mayo. El Café El Popular (5 de Mayo, 50; en la estación de metro Allende) ofrece básicamente la misma carta, pero a un precio bastante más bajo. ¿Lo mejor? Abre las 24 horas del día. Todos los días. Todo el año. Además se puede comprar pan de dulce para llevar, así se puede pasear por la Alameda a altas horas de la noche con una concha de chocolate.

Café La Pagoda

También en la misma calle 5 de Mayo, pero en el número 50, el Café ‘La Pagoda’ es otra alternativa barata con una carta llena de delicias mexicanas. En particular esta opción también es buena si uno lleva prisa y no hay tiempo para sentarse a la mesa, pues el local cuenta con una barra para servicio rápido (cosa que en México no es muy común). Recomendado especialmente para desayunar por sus paquetes todo en uno de café con leche, pan de dulce y plato principal.

Salón Corona

A los mexicanos nos encanta la ‘Vitamina T’: tacos y tortas, principalmente. Por taco entendemos casi cualquier cosa que vaya adentro de una tortilla de maíz. Una torta, en cambio, es un pan blanco (‘bolillo’ o ‘telera’) relleno de un montón de ingredientes que suelen ser alguna variedad de carne con varias verduras. El Salón Corona es un lugar para salir bien vitaminado. El local original, ubicado en el número 24 de la calle Bolívar (estación de metro Allende), todavía conserva ese aspecto de salón familiar a medio camino entre una cantina y un restaurante. Este restaurante tiene varias filiales en el Centro Histórico, lo cual está bien cuando alguno se llena. Sin embargo, destaca la que está ubicada en la calle peatonal de Filomeno Mata, casi esquina con Francisco I. Madero. Es el lugar idóneo para ir con los amigos a tomar una cerveza con una torta y varios tacos.

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

Café La Habana

Por fuera puede parecer una cafetería cualquiera, pero al entrar una placa pone en contexto a los visitantes: en sus mesas se han sentado personajes como Gabriel García Márquez, Carlos Monsiváis o Elena Poniatowska. El Café La Habana (Morelos, 62, esquina con Bucareli; estación Expo Reforma del Metrobús) está situado a dos calles de la llamada Esquina de la Información, donde se localizan las redacciones de algunos de los principales diarios del país: El Universal, Excelsior, Milenio, La Prensa y otros. Debido a ello, también ha sido sede de tertulias periodísticas como las del mítico Excélsior de Julio Scherer. Para los que gusten de la literatura, recordarán que en Los detectives salvajes, Roberto Bolaño escribe sobre un ficticio ‘Café Quito’ en la Avenida Bucareli donde se realizan las tertulias de los poetas realvisceralistas. ¿Demasiada coincidencia?

Además de su significado histórico, el Café La Habana destaca por tener un menú de comida muy barato. Por menos de 50 pesos (poco más de 3 euros) uno puede disfrutar de sopa, arroz, plato fuerte, postre y agua. También hay otras opciones poco más caras o se puede ordenar comida a la carta. Su especialidad son los antojitos mexicanos (tacos, enchiladas, sopes...), pero su café también es digno de probarse.

El relleno

La avenida Álvaro Obregón es un amplio bulevar lleno de fuentes y estatuas de figuras mitológicas. Es un paseo obligado, pero lleno de restaurantes caros como Sobrinos, Delirio o El Péndulo. ¿La solución? Caminar un par de calles hasta la esquina de Tabasco y Colima, donde se encuentra un pequeño local llamado El relleno. Su menú es limitado, pero uno acaba lleno. Como su nombre indica, solo sirven chiles o pechugas de pollo rellenas. En el relleno está la variedad: frutos secos, jamón, carne molida. El menú con sopa, plato principal y agua cuesta alrededor de 70 pesos (poco más de 4 euros), pero con un extra de 10 pesos te sirven incluso el postre. Una advertencia lingüística: en México la palabra "chile" puede tener muchos dobles sentidos, alguno bastante vulgar.

Frutos prohibidos

El nombre ya es tentador. En una colonia donde los productos orgánicos y alternativos son la norma, es imposible negarse. Frutos prohibidos (Orizaba, 125; estación de metro Insurgentes) está especializado en wraps, ensaladas y bebidas preparadas con frutas y verduras. Todos con nombre de pecado o de alguna figura seductora. ¿Cómo resistirse a pedir un Pecado Capital acompañado de Afrodita? También es una buena opción para pedir unas fresas o unos plátanos con crema para llevar y disfrutarlos en la cercana Plaza Luis Cabrera. También tienen una sucursal en la Colonia Condesa, en Ámsterdam, la popular calle circular.

Tacos El Greco

La mayoría de los restaurantes en la Condesa son caros. Mucho. Si bien el Azul Condesa, Primos y el Café Toscano valen la pena, pueden salirse del presupuesto. Para ello una solución mitad mexicana, mitad oriental. Tacos El Greco (calle Michoacán, 54; estación Campeche del Metrobús) vende tanto tacos árabes como tacos al pastor a precios muy accesibles. Un taco árabe es la interpretación mexicana de los kebabs: un rollo de pan pita que contiene carne preparada con especias. Un taco al pastor es la conversión definitiva de un taco árabe a la mexicanidad: Tortilla de maíz rellena de carne preparada con salsas poco picantes y piña. Los tacos al pastor pueden encontrarse prácticamente en cualquier parte del DF, pero los tacos árabes no son tan comunes. Una buena oportunidad para probar ambos.

Sole, Pizza e Amore

Caminando unas calles desde los jardines hacia Miguel Ángel de Quevedo se encuentra Sole, Pizza e Amore (Felipe Carrillo Puerto, 75, casi esquina con Alberto Zamora; metro Miguel Ángel de Quevedo). Este local lo lleva una familia de ascendencia italiana que solamente vende pizzas y lasañas preparadas al momento. Una lasaña cuesta alrededor de 70 pesos (unos 4 euros) y una pizza completa no pasa de los 150 (unos 10 euros). Pidiendo ambos platos pueden comer tres personas o probablemente hasta cuatro. Eso sí, el sabor es inversamente proporcional a su bajo precio. Un inconveniente: como un letrero lo advierte en la entrada, ellos no son amigos de los bancos, así que hay que llevar efectivo. Es recomendable ir con tiempo, pues el lugar suele estar lleno.

Más información

Archivado En