El vertedero
En unos días, tal vez cuando las brigadas de rescate, debidamente uniformadas y protegidas, encuentren (o no) a los trabajadores desaparecidos en el vertedero de Zaldibar, informativamente se dará por cerrado este asunto. Lamentablemente se confirmará que la mejor acción con los residuos inertes, contaminantes o no, es taparlos, esconderlos, amontonándolos sin hacer nada. Eso es un vertedero o para eso sirve. Ensuciamos el aire, las aguas, el suelo, y producimos olores infectos que degradan el hábitat. Y cuando surge una crisis, tranquilizamos a la gente del entorno y hasta la próxima. La impr...
En unos días, tal vez cuando las brigadas de rescate, debidamente uniformadas y protegidas, encuentren (o no) a los trabajadores desaparecidos en el vertedero de Zaldibar, informativamente se dará por cerrado este asunto. Lamentablemente se confirmará que la mejor acción con los residuos inertes, contaminantes o no, es taparlos, esconderlos, amontonándolos sin hacer nada. Eso es un vertedero o para eso sirve. Ensuciamos el aire, las aguas, el suelo, y producimos olores infectos que degradan el hábitat. Y cuando surge una crisis, tranquilizamos a la gente del entorno y hasta la próxima. La impresión es que este no es un caso aislado. Nuestra clase política sigue implicándose cada día en ambiciosos proyectos: en la transición ecológica o en la Agenda 2030; pero no debería olvidarse de lo cotidiano. Sin dejar de pensar en estrategias, hay que afrontar el presente trabajándolo.
Joan V. Llàcer Mont. Algemesí (Valencia)