Cartas al director

El mundo al revés

Hace unos días me encontraba en la sala de espera del centro de salud. Otras personas también esperaban, entre ellas algún pequeño. Hasta aquí todo correcto, pero lo que me sorprendió fue el hecho de que en la misma sala del centro había dos máquinas expendedoras automáticas, una de ellas con un surtido bastante apetitoso para cualquier niño —y adulto también—, con bollería industrial, bolsas de patatas fritas y frutos secos salados, y también bebidas azucaradas y otras falsamente saludables con mensajes y colorines muy atractivos. Había botellitas de agua, pero menos llamativas. Me pregunto q...

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Hace unos días me encontraba en la sala de espera del centro de salud. Otras personas también esperaban, entre ellas algún pequeño. Hasta aquí todo correcto, pero lo que me sorprendió fue el hecho de que en la misma sala del centro había dos máquinas expendedoras automáticas, una de ellas con un surtido bastante apetitoso para cualquier niño —y adulto también—, con bollería industrial, bolsas de patatas fritas y frutos secos salados, y también bebidas azucaradas y otras falsamente saludables con mensajes y colorines muy atractivos. Había botellitas de agua, pero menos llamativas. Me pregunto quién es el responsable de que se permita semejante desatino. Precisamente en un centro que debería promover una alimentación saludable entre la población, se incita de ese modo, sobre todo a los más pequeños y vulnerables, al consumo excesivo de grasas y alimentos azucarados.

José Vicente Rodríguez Conejo. Monforte de Lemos (Lugo)

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