Los efectos en tu hijo del ‘rincón de pensar’ o por qué este castigo no siempre funciona

Tenemos muy arraigada la idea de la necesidad de hacer sentir mal a los niños para que aprendan de sus actos, en vez de enseñarles que es una oportunidad para crecer

Un niño está castigado contra la pared. getty

El rincón de pensar es uno de los métodos punitivos más utilizados por los padres y maestros cuando los niños tienen comportamientos inadecuados. Es empleado de manera recurrente en hogares y aulas con el objetivo de que los niños reflexionen acerca de los errores que han podido cometer. Incluso en ocasiones se usa en menores de tres años que ni tan siquiera han desarrollado la capacidad de comprender el concepto de causa y efecto.

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El rincón de pensar es uno de los métodos punitivos más utilizados por los padres y maestros cuando los niños tienen comportamientos inadecuados. Es empleado de manera recurrente en hogares y aulas con el objetivo de que los niños reflexionen acerca de los errores que han podido cometer. Incluso en ocasiones se usa en menores de tres años que ni tan siquiera han desarrollado la capacidad de comprender el concepto de causa y efecto.

Tenemos muy arraigada la idea de la necesidad de hacer sentir mal a los niños para que aprendan de sus actos, en vez de enseñarles que cometer errores es una oportunidad para aprender. Entender el error como oportunidad de aprendizaje les estimula a tomar responsabilidad por lo que hacen.

Pongamos el ejemplo de un niño o una niña que se enfada y acaba agrediendo a su hermano u otro compañero y, como consecuencia de ello, lo mandamos al rincón de pensar. ¿Qué es lo que realmente les estamos transmitiendo con este castigo?

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  • Ser aislado puede ser percibido por el niño como un rechazo, pueden pensar que no es buena persona o lo suficientemente bueno.
  • Trasladamos el mensaje de que no queremos que estén cerca cuando están disgustados. La falta de acompañamiento de sus emociones hará que tomen distancia. El día de mañana seguro que agradeceremos que si se encuentran en algún apuro no se aíslen del mismo modo que reiteradamente fueron aislados sin poder contar con nosotros.
  • Nuestro hijo o alumno aprenderá a hacer las cosas a escondidas para no ser pillado y tener que pagar por ello. Los niños que no son castigados tienen menos miedo a sumir lo que han hecho.
  • El niño, probablemente, sentirá más ira, enfadado y mayor deseo de revancha centrándose en el castigo mismo. Estará más preocupado por defenderse de nosotros que de reflexionar sobre cómo superar el problema.
  • Podemos dar a entender al niño que pensar es un castigo. Un momento de reflexión puede ser positivo pero si lo llevamos cabo juntos y en los momentos en que estemos calmados.

Uno de los principios que sustentan la base de Disciplina Positiva es el enfoque en soluciones analizando, cuál es el problema y cual la solución. Una de las herramientas que nos propone es el Tiempo Fuera Positivo o Rincón de la Calma. Su objetivo es trasladar a los niños la idea de que una vez calmados, es el mejor momento para responsabilizarse de una situación.

El rincón de pensar puede detener la conducta en un determinado momento, pero no será efectiva a largo plazo, ni proporcionará habilidades para la solución de conflictos en un futuro.

El objetivo del Rincón de la Calma es obtener un tiempo de reflexión positivo que permite que ambas partes se calmen hasta poder volver a acceder a la parte racional del cerebro que los permita pensar con claridad. Bajo el autocontrol, los niños aprenden a tomar mejores decisiones.

Algunas consideraciones a tener en cuenta sobre el Rincón de la Calma:

  1. Se trata de un espacio para lograr recuperar la calma, cuando nos sintamos desbordados por las emociones y no un castigo. Es importante que los niños entiendan esto.
  2. Se deben establecer reglas para un uso adecuado del mismo.
  3. NO debe ser empleado en menores de tres años, dado que a esta edad son incapaces de vincular causa, efecto.
  4. Debemos permitir a los niños crear su propio espacio fijo (en su habitación, algún lugar del salón) con aquellos materiales que le hagan sentirse mejor o le ayuden a calmarse, como música, plastilina, cuentos, plumas, cojines, palos de lluvia o mándalas.
  5. Los niños no son obligados a ir ni a permanecer un tiempo determinado. Podemos recordarles que lo tienen a su disposición siempre que lo necesiten.
  6. Tener nuestro propio espacio como adultos para controlar nuestra propia rabieta y mostrarles con el ejemplo la necesidad de tener nuestro cerebro integrado en los momentos de conflicto.

¿Por qué no quererles cuando menos se lo merezcan? Será cuando más lo necesiten. Es importante que sepan, que nuestro amor es incondicional y no solo dura mientras se comportan como nosotros exactamente queremos o esperamos.

*Ruth Alfonso Arias, Educadora Certificada de Familias de Disciplina Positiva. Educadora Infantil Jane Nelsen y Cheryl Erwin, Disciplina Positiva para Preescolares: Educar niños respetuosos y capaces

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