La izquierda danesa critica a los príncipes Federico y Mary de Dinamarca por ocultar un chalé en Suiza

El Parlamento pide explicaciones a los herederos tras conocerse que poseen una casa en Verbier desde hace una década de la que la que no habían informado

Federico y Mary de Dinamarca, en Tokio, en octubre.Gtresonline
La Haya -

Federico y Mary, príncipes herederos de Dinamarca, tienen una villa en la localidad suiza de Verbier, conocida por sus pistas de esquí, y también tienen un problema. La compraron hace diez años, pero no dieron cuenta de ello al Gobierno, y la izquierda parlamentaria ha pedido explicaciones ahora. La pareja real ha desvelado su existencia porque sus cuatro hijos, los príncipes Christian, Isabella, Vincent y Josephine, ...

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Federico y Mary, príncipes herederos de Dinamarca, tienen una villa en la localidad suiza de Verbier, conocida por sus pistas de esquí, y también tienen un problema. La compraron hace diez años, pero no dieron cuenta de ello al Gobierno, y la izquierda parlamentaria ha pedido explicaciones ahora. La pareja real ha desvelado su existencia porque sus cuatro hijos, los príncipes Christian, Isabella, Vincent y Josephine, pasarán doce semanas en la escuela Lemania-Verbier International School, y su madre permanecerá cerca. Se ha instalado en la hasta ahora desconocida residencia familiar, mientras que Federico va y viene para no desatender sus labores oficiales. El arreglo no ha gustado al partido rojiverde Lista Unitaria, interesado en saber por qué “ningún ciudadano tenía idea de esta propiedad”. El servicio de información de la Casa Real se mantiene en silencio por considerarlo “un asunto privado”, pero ha aclarado algo que ha avivado aún más la polémica. La pareja alquilaba la casa a través de una inmobiliaria y se embolsaban el dinero. Ahora que todo ha salido a la luz, dejarán de hacerlo.

Los portavoces de la Casa Real han confirmado que el alquiler no se pedirá más, “porque al no tratarse ya de un inmueble anónimo, las condiciones han cambiado; sin olvidar el aspecto de la seguridad, que también varía”. Según el rotativo danés Ekstra Bladet, la renta pedida por los herederos de la reina Margarita de Dinamarca “oscilaba entre los 4.000 y los 11.600 de euros [al cambio de las coronas danesas], que se embolsaban libres de impuesto, cuando reciben, además, casi tres millones de euros del erario público”. “Muchos daneses piensan que está bien tener una familia real, pero deben comportarse de forma adecuada”, añade la publicación.

Federico y Mary han escolarizado a sus cuatro hijos en Dinamarca y allí regresarán, pero quieren que aprovechen “una experiencia normal en un entorno internacional”, tal y como aseguraron el pasado año, al anunciar la marcha a Verbier. El pasado lunes 6 de enero, toda la familia posó en Suiza, con los niños vestidos ya de uniforme escolar, y fue allí donde mencionaron la existencia de la villa. También dijeron que la nueva escuela será “como un regalo valioso para nuestros hijos para siempre”. Según su página web, la Lemania-Verbier International School “promueve el pensamiento crítico y la creatividad poniendo énfasis en el deporte para desarrollar la personalidad de cada niño y ayudarles a convertirse en líderes con conciencia social”.

La familia danesa durante un paseo por Verbier, el pasado 6 de enero. ROBINUTRECHT (GTRES)

Otras parejas reales han tenido también problemas con las villas de veraneo. Guillermo y Máxima de los Países Bajos tuvieron que vender en 2009 una casa situada en Mozambique que debía ser un refugio para ellos y sus tres hijas, Amalia, Alexia y Ariane. Situada en un complejo playero de lujo, fueron criticados por haber elegido un paraje tan alejado que obligaba a desplazarse a los servicios de seguridad. Y que generaba contaminación debido a los vuelos de largo recorrido. Hubo un encendido debate parlamentario, algo que no se ha producido de momento en Dinamarca, y los diputados mostraron su rechazo a que los intereses del entonces futuro rey pudieran mezclarse con las inversiones de los promotores inmobiliarios. Se deshicieron de ella y luego se supo que habían pagado una parte de la propiedad a una firma radicada en la isla de Jersey, un paraíso fiscal en el Canal de la Mancha. Tres años después adquirieron una propiedad en Grecia por 4,5 millones de euros.

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