Cómo una fábrica familiar lleva décadas vistiendo a varias generaciones de españoles
Mirto demuestra que la clave está en la moda hecha con paciencia y pensada para durar
Primero, la camisa. Después, el armario completo. La evolución de Mirto, la firma de moda fundada en Madrid en 1956, es la demostración de que se puede llegar muy lejos haciendo las cosas con cuidado. Y, sobre todo, sin alejarse demasiado de las raíces. La fábrica familiar, ubicada a poca distancia del centro de Madrid, lleva décadas produciendo camisas que han vestido a varias generaciones de españoles.
Y, en los últimos años, a ella se han sumado fábricas colaboradoras en España y Portugal de donde salen las líneas de ...
Primero, la camisa. Después, el armario completo. La evolución de Mirto, la firma de moda fundada en Madrid en 1956, es la demostración de que se puede llegar muy lejos haciendo las cosas con cuidado. Y, sobre todo, sin alejarse demasiado de las raíces. La fábrica familiar, ubicada a poca distancia del centro de Madrid, lleva décadas produciendo camisas que han vestido a varias generaciones de españoles.
Y, en los últimos años, a ella se han sumado fábricas colaboradoras en España y Portugal de donde salen las líneas de sastrería, de prendas de punto y de complementos que respiran una misma filosofía: la de la moda hecha con paciencia, pensada para durar y con un pie en el clasicismo y otro en las tendencias del presente.
Su colección de moda masculina para este otoño respira esa sana ambivalencia. Por un lado, camisas impecablemente confeccionadas que van desde lo formal (por ejemplo, de traje o esmoquin) a los microestampados, los colores atrevidos o los cortes rejuvenecidos de temporada. Por otro, trajes, americanas, pantalones y jerséis que declinan una ponderada versión del estilo español de hoy: relajado y formal, sobrio pero con guiños a la moda. Un reconfortante ejercicio de realismo inteligente.