Nuevas industrias que pisan fuerte

Los sectores de la energía y los recursos naturales se unen al de automoción y alimentación para ampliar el tejido manufacturero

Fábrica de Quesos Entrepinares en Valladolid.

Castilla y León presenta un grado de industrialización elevado. Los datos lo demuestran, ya que la industria representa el 21,5% del valor añadido bruto (VAB) de la comunidad autónoma, mientras que la media nacional se sitúa en el 17,7%. El peso de las manufacturas también es importante: 16,7%, por encima del conjunto de España, donde es del 14%. Los porcentajes impresionan. Al igual que los datos de empleo de la encuesta de población activa (EPA), que informan de que en 2018 hubo en la región 182.800 ocupados en el sector industrial, el 18,6% del total, frente a la media nacional del 14%.
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Castilla y León presenta un grado de industrialización elevado. Los datos lo demuestran, ya que la industria representa el 21,5% del valor añadido bruto (VAB) de la comunidad autónoma, mientras que la media nacional se sitúa en el 17,7%. El peso de las manufacturas también es importante: 16,7%, por encima del conjunto de España, donde es del 14%. Los porcentajes impresionan. Al igual que los datos de empleo de la encuesta de población activa (EPA), que informan de que en 2018 hubo en la región 182.800 ocupados en el sector industrial, el 18,6% del total, frente a la media nacional del 14%.

Dos son los pilares de estas cifras: la automoción y el sector agroalimentario. Los dos copan casi la mitad de la facturación de la manufactura castellanoleonesa. El poderío de las tres fábricas ensambladoras de automóviles y de la de motores asentadas en la comunidad es tal que ha generado a su alrededor toda una industria auxiliar de componentes de caucho y metalúrgica y otros servicios. De hecho, Castilla y León fue en 2017 la primera en vehículos producidos, con el 20,36% del total de España, según consta en la última memoria de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). La automoción genera de forma directa en este territorio casi 19.000 empleos. El que la comunidad ocupe el séptimo puesto en la lista de las autonomías exportadoras es atribuible en buena parte a esta rama industrial. La principal empresa es Renault, con plantas en Valladolid y Palencia. El presidente del consejo de administración de Renault España, José Vicente de los Mozos, lo confirma: "El automóvil es un activo clave para la comunidad, representa el 25% de su PIB y, como tal, tiene que ser entendido por las Administraciones, agentes económicos y por la sociedad en general".

En cuanto al sector agroalimentario, este concentra el 26,1% de la cifra de negocios de la industria autonómica. En España, supone el 19,2% del total. Da empleo al 28,8% de los ocupados en la industria y el año pasado supuso el 5,5% del total de las exportaciones españolas. Como sucede con el sector de la automoción, "tiene un efecto arrastre en la agricultura y en la ganadería por su vinculación a un territorio eminentemente rural", señalan en la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta castellanoleonesa.

Las dificultades de una tierra

La evolución industrial de Castilla y León no está exenta de problemas. Uno de los principales es el de las comunicaciones. Roberto Arias, de Tvitec, resalta que "los aeropuertos de la comunidad autónoma no están operativos, el AVE no llega y las infraestructuras viarias de salida a los puertos son una gran desventaja, como es el caso del Bierzo". La falta de personal especializado es otro gran quebradero de cabeza. Así lo ve Rafael Guerrero, de Queserías Entrepinares, quien afirma que "en este campo es difícil competir con Madrid o Barcelona". Asimismo, echa en falta una colaboración más estrecha entre la multitud de empresas agroalimentarias, "que no se unen para competir". Algo en lo que está completamente de acuerdo el secretario general de CC OO porque "las pymes de este sector tienen un problema de colaboración y de aprovechamiento de sinergias".

Perspectivas de futuro

Ante la concentración de la producción en dos grandes actividades, es inevitable preguntarse por el futuro industrial de la comunidad, sobre todo teniendo en cuenta los nubarrones que acechan a la automoción. Nadie duda de que estas perspectivas existen y de que son importantes. En la Junta parten de lo siguiente: "Hay que tener en cuenta que las economías con mayor peso de la industria tienen un comportamiento más estable a lo largo del tiempo, manifestando mayor resistencia a las perturbaciones del ciclo económico". Y a la pregunta de si hay alternativa al predominio de automóviles y del ramo alimentario, responden con un rotundo sí. El Gobierno autónomo "está convencido de que prácticamente todos los sectores pueden ser considerados de futuro si incorporan tecnología y conocimiento en sus procesos y en sus productos o servicios". Para hacer frente al medio y largo plazo, una apuesta decidida y efectiva "por la innovación, la inversión en tecnología, la formación, la retención y atracción del talento y la internacionalización de las empresas" es la respuesta de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale).

Las empresas punteras en la región también creen que el futuro de la industria autonómica es innovar. "Estamos apostando bastante por la digitalización de procesos y por la automatización de nuestras fábricas. El que siga haciendo las cosas como siempre, lo va a pasar mal", declara Rafael Guerrero, director de tecnologías de la información de Queserías Entrepinares, compañía que da trabajo a 600 personas entre su centro logístico de Valladolid y sus tres fábricas repartidas en otras tantas localidades españolas. Roberto Arias, director de comunicación de Tvitec, dedicada al vidrio transformado y radicada en León, explica que hay que apostar por "la adaptación real de la industria al denominado Internet de las cosas". En esta empresa ven indispensable salir fuera y, por ello, han apostado por la internacionalización como base de su negocio de vidrio arquitectónico de altas prestaciones.

Digitalizar la industria es la clave igualmente para el máximo responsable de Renault España, José Vicente de los Mozos. Llevando la cuestión a su terreno, agrega: "Si pienso en los retos del sector que me ocupa, sabemos que el del automóvil va a evolucionar en los próximos 10 años lo mismo que lo ha hecho en los 50 anteriores. En 2019 debemos ser conscientes de que los retos industriales que afrontamos no son específicos de nuestra comunidad, hoy en día vivimos en un mundo global y nos enfrentamos a los desafíos de la industria 4.0: digitalización, conectividad o customización son algunos de ellos, en los cuales el cliente es el centro y los empleados son la base para conseguir un sistema de producción competitivo". Que el futuro industrial de la comunidad tiene que pasar por la innovación también es la idea de otro grande castellanoleonés, Galletas Gullón. "Nuestra compañía apuesta por el modelo de innovación colaborativa. En la última década, Gullón ha participado en más de 20 proyectos de I+D+i junto a otras empresas, Administraciones, centros tecnológicos y universidades. Una serie de iniciativas que han ido desde el desarrollo de alimentos con nuevas propiedades saludables hasta la puesta en marcha de un modelo de factoría del futuro según criterios de eficiencia energética y gestión sostenible de residuos", declara Juan Miguel Martínez Gabaldón, director general.

Negocios con potencial

Castilla y León tiene futuro más allá de sus sectores clave. Así lo ven en la organización empresarial de la comunidad, aunque señalan que, ante todo, hay que "poner en valor" el potencial de los recursos. Un nuevo modelo agrícola es lo primero que citan porque "Castilla y León debe aprovechar, además, sus recursos naturales y endógenos —minerales, metales, productos micológicos y forestales— cuyo empleo ha sido importante, pero que aún se ha de impulsar, al ser estos también motores de actividad en las zonas rurales, ejerciendo así un papel fundamental en la fijación de población.

Disparidad provincial

El sector industrial castellanoleonés presenta, además, otra característica propia. De las nueve provincias que forman la comunidad autónoma, la industrialización se asienta en cuatro de ellas: Burgos, Palencia, Valladolid y Soria. La fuerza del sector de la automoción es el responsable de que en Palencia y Valladolid el peso en el PIB de la industria sea de un 24% y un 23%, respectivamente. En Burgos, donde alcanza el 30% (el mayor porcentaje de cualquier provincia española), los motores son los activos polígonos industriales de la capital, Miranda de Ebro y Aranda de Duero, en donde prima de nuevo la agroalimentación. Y en Soria, los polígonos de Ólvega, Burgo de Osma y la fábrica de componentes para automóviles de la capital, que da empleo a casi 900 personas, explican una potencia industrial por encima de la media. En el otro lado de la balanza, se encuentran Salamanca, Ávila, Zamora, Segovia y León. En esta última provincia, el sector industrial supone solo el 7% del PIB. La explicación "es el cierre de las minas", dice Vicente Andrés, secretario general de CC OO de Castilla y León.

El sector energético es, asimismo, una vía que todos apuntan. A pesar del retroceso que esta área fundamental ha tenido en la región con la clausura de las minas de carbón y el cierre de centrales térmicas en Palencia y León, la energía sigue siendo un motor que hay que aprovechar. Cecale apuesta por un mix energético. "En el marco del diálogo social se ha propuesto el impulso de las energías renovables, mejorando las ayudas para inversión por parte de empresas, agricultores y ganaderos, y la promoción del autoconsumo compartido. En cuanto al ahorro y eficiencia energética, se promoverán mejoras en las desgravaciones fiscales y se impulsarán redes de calor. "Si se alinean las políticas autonómicas y estatales en energía eólica e hidráulica, podemos ser líderes", cree el secretario general de Comisiones Obreras (CC OO) de Castilla y León, Vicente Andrés.

La industria vinculada al turismo, la enología (aquí existen nueve denominaciones de origen) y la madera de primera y segunda transformación, dado que es la autonomía con mayor superficie arbórea de España, son otras de las grandes potencialidades en el sector industrial. Cecale añade: "El interés y vigor que está desplegando la biotecnología en sus distintos ámbitos, el sector químico-farmacéutico o la industria TIC, son muestra, además, del nivel de vanguardia que presentan las empresas de la región". La Junta también apuesta por la investigación biomédica, el patrimonio natural, cultural, la lengua española, los recursos endógenos, forestales y las materias primas minerales, entre otros. En este campo coinciden con CC OO, ya que Vicente Andrés destaca también los sectores forestal, cultural y de patrimonio como áreas industriales de futuro. En la Consejería de Economía agregan: "Es preciso subrayar la importancia que está adquiriendo el subsector de la ciberseguridad, que ha sabido aprovechar la ventaja de albergar en León la sede del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) y de la Agrupación Empresarial Innovadora (AEI) de Ciberseguridad para crear un polo tecnológico en torno a esta actividad".

Sectores estrella

No obstante, nadie pierde de vista a los dos sectores estrella de la comunidad. Para qué cambiar lo que funciona es la máxima en este asunto. Potenciar la automoción y la alimentación es la aspiración en lo que se refiere al sector industrial, y así lo manifiestan los agentes sociales, la Administración autónoma y las propias empresas. Estas lo saben y no quieren perder camino. José Vicente de los Mozos explica los planes de Renault: "La factoría de montaje y carrocería de Valladolid sigue produciendo Captur a tres turnos y se prepara para un nuevo vehículo, que es el único compromiso que queda por ver la luz dentro del Tercer Plan Industrial. La factoría de motores ha sido un ejemplo de transformación. El mercado ha experimentado un cambio brutal del mix gasolina y diésel y la factoría ha sabido adaptarse para responder a las peticiones del mercado".

El director general de Galletas Gullón afirma que el futuro de su empresa pasa por "mantener la apuesta por la I+D+i como fórmula de crecimiento, tanto para aumentar la capacidad productiva de las fábricas como para crear nuevos productos con características saludables e innovadoras". Queserías Entrepinares, empresa familiar convertida en interproveedor de Mercadona, no duda de que su sector va a seguir creciendo. "Si somos eficientes y damos calidad, seguiremos fabricando quesos y derivados lácteos, no necesitamos diversificarnos", dice Guerrero.

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