Análisis

Madrid, de la mano

La candidatura de Carmena y Errejón representa la conjunción de experiencia y juventud que puede renovar la esperanza y la confianza en mucha gente

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.Vídeo: Fernando Alvarado (EFE)

Imaginemos a cualquier persona de las miles que han paseado estas navidades por la Gran Vía madrileña. Allí habrá podido vivir una experiencia ambivalente. Por un lado, más espacio, aire más limpio, más movilidad. Pero, ay, si a esa persona se le ocurrió moverse en Metro o en cualquier transporte gestionado por el PP, probablemente se haya encontrado aglomeraciones, retrasos y caras largas. El Ayuntamiento probaba soluciones nuevas, miraba al futuro buscando ideas, modernizando la ciudad, llevando la ilusión navideña a cada distrito: es decir, gobernaba. Mientras tanto, su comunidad protestaba...

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Imaginemos a cualquier persona de las miles que han paseado estas navidades por la Gran Vía madrileña. Allí habrá podido vivir una experiencia ambivalente. Por un lado, más espacio, aire más limpio, más movilidad. Pero, ay, si a esa persona se le ocurrió moverse en Metro o en cualquier transporte gestionado por el PP, probablemente se haya encontrado aglomeraciones, retrasos y caras largas. El Ayuntamiento probaba soluciones nuevas, miraba al futuro buscando ideas, modernizando la ciudad, llevando la ilusión navideña a cada distrito: es decir, gobernaba. Mientras tanto, su comunidad protestaba, bloqueaba, frenaba el cambio y sumía al transporte y el resto de servicios públicos en una dejadez que hacía la vida de las madrileñas y madrileños un poco más difícil.

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Su Ayuntamiento gobernaba para toda la ciudadanía, también para los que nunca votaron, que quizá nunca voten, a Manuela. Su comunidad no realizaba una sola acción de gobierno significativa, sino que se comportaba como una oposición (desde el Gobierno, algo inaudito) tramposa y chillona, buscando dividir a la gente y enfrentarla. Esta imagen que cualquiera en Madrid ha podido tocar con sus propias manos es una de tantas: mientras que el Ayuntamiento acababa con el lastre de la deuda que dejó el PP, la comunidad seguía aumentándola. Mientras el Ayuntamiento invertía más en la gente, o construía escuelas infantiles para cuidar a las familias madrileñas, la comunidad continuaba con la parálisis y la retórica. En suma, unos gestionaban, otros achicaban agua entre escándalos, corruptelas, robos, presidentes interinos y cábalas electorales.

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Pues bien, ha llegado la hora de que eso acabe. Madrid necesita un proyecto integral, que vaya de la mano. Por eso este jueves ha sido un gran día, Manuela Carmena e Íñigo Errejón se han dado la mano y nos la han tendido a la ciudadanía madrileña y a las fuerzas progresistas, en un abrazo abierto y esperanzador. Un abrazo intergeneracional que es una magnífica noticia, y que representa la conjunción de experiencia y juventud que (ya se está notando mientras escribimos estas líneas) puede renovar la esperanza y la confianza en mucha gente.

Cuanto mejor vaya en Madrid, mejor será para las esperanzas de cambio en España

No podíamos seguir así. Estaba claro que hacía falta un revulsivo. Lo que ocurrió en Andalucía en diciembre fue un serio toque de atención que teníamos la obligación de escuchar. El problema no son 400.000 votos, no hay 400.000 fascistas en Andalucía: el problema es el desánimo y por tanto el reto es que la mayoría progresista renueve la esperanza en horas bajas. Ahora bien, no nos confundamos: esa mayoría es real y en Madrid pide que alguien se active, que alguien la convoque, que alguien le tienda la mano. Esta primavera las madrileñas y madrileños nos jugamos mucho, pero también es mucho lo que España se juega en Madrid. Cuanto mejor vaya en Madrid, mejor será para las esperanzas de cambio en España y por tanto mejor nos irá a Podemos y el resto de fuerzas progresistas.

Hace cinco años nació Podemos como una herramienta flexible, sin esencias rígidas, sin agitar grandes banderas ni patriotismos de partido. Una herramienta abierta a toda la ciudadanía, cuya lealtad está a pie de calle, con la gente, con los problemas y anhelos reales de las personas. Poco después ese espíritu generoso de Podemos llevó a Manuela Carmena a la alcaldía de Madrid. Es eso lo que necesitamos, nada más y nada menos: más apertura, más generosidad, más cintura: “Más Madrid”. En esta plataforma cívica no sobrará nadie: personas, organizaciones, partidos, colectivos, no son solo bienvenidos: son necesarios.

Madrid es una joya, y en la próxima primavera tiene que ser la piedra de toque de un nuevo ciclo esperanzador. Como dicen Manuela e Íñigo en su carta: cuidemos Madrid, cuidémonos.

Clara Serra es Portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid.

Rita Maestre es Portavoz de Ahora Madrid en el Ayuntamiento de Madrid.

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