Los blogueros centrafricanos quieren unas redes sin odio

Los activistas intentan que los medios sociales sean una herramienta de reconstrucción de la convivencia

T. Chick McClure (Unsplash)
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“Hoy, Internet nos da la posibilidad de ser una generación sin prejuicios. Pero, si no usamos esta herramienta en el sentido adecuado, se convertirá en el mercenario que destruirá nuestra civilización”. Esta es una de las preocupaciones de Rosmon Zokoué, presidente de la Asociación de los Blogueros Centroafricanos (ABCA). Se trata de una organización que, entre otras actividades, se ha conjurado en contra de que las noticias falsas circulen por las redes en un país que desde hace seis años es un auténtico avispero.

En el contexto de milicias que se alían y se enfrentan, de violencias que estallan y se aplacan, los blogueros y usuarios comprometidos de las redes sociales en la República Centroafricana se han propuesto un ambicioso objetivo. Lo explica Zokoué: “En nuestro país, más de la mitad de la población no tiene acceso a la educación cívica. Así que para nosotros era una cuestión de responsabilidad encargarnos de pacificar las redes sociales para evitar lo que yo llamo la digitalización del extremismo violento a través de estas, porque al fin y al cabo fueron pensadas para reforzar la cohesión y el encuentro entre las personas”.

En este sentido, los miembros de ABCA se embarcaron durante 2018 en una campaña contra los mensajes de odio difundidos en el entorno digital en colaboración con la ONG Internews. Hay experiencias en el continente de las fatales consecuencias de unos medios de comunicación entregados a los discursos incendiarios. Aquellos medios del odio de Ruanda ya han pasado a la historia como los responsables de alimentar el clima social que propició el genocidio y han sido investigados con la esperanza de encontrar un antídoto eficaz. Pero la vertiginosa implantación del entorno digital y de los medios sociales ha vuelto a despertar unos fantasmas que se pensaban superados. En Sudán del Sur, las redes han sido acusadas en varias ocasiones de estar, de nuevo, aportando el combustible para un encarnizado enfrentamiento social.

No es una moda lo que ha llevado a estos usuarios habituales de internet, profesionales, expertos y apasionados, a tratar de plantar cara a las noticias falsas, los rumores y los mensajes que alimentan el odio. Ya hace tiempo que otro bloguero centroafricano llamado Johnny Vianney Bissakonou advertía del potencial constructivo y destructivo de estas herramientas en el país. Recientemente, diferentes medios han atribuido a un bulo difundido por Internet el origen de un ataque que el 1 de mayo de 2018 provocó el asesinato de 26 personas, entre ellas, un religioso. La campaña, además del compromiso de los propios blogueros en su uso de las redes, puso en marcha la etiqueta #StopFakeNewsRCA. No es extraño que se compartan imágenes extremadamente violentas asegurando que se trata de episodios ocurridos en la República Centroafricana y que en realidad se correspondan con otros conflictos. Tampoco es inusual que estos contenidos vayan acompañados de mensajes en los que se señala a una comunidad concreta como responsable de la violencia.

Los blogueros han dado este paso por las amenazas que aparecen en las redes pero también por las carencias que detectan en los medios de comunicación

Ante esas amenazas, los blogueros centroafricanos han dado un paso al frente. Son apasionados de esos medios sociales y, lejos de arrugarse, han decidido asumir la responsabilidad. El presidente de la asociación de blogueros advierte de que esas bitácoras pueden ser “el último refugio de la estabilidad” de un maltrecho panorama mediático centroafricano. Evidentemente, el mundo de los medios ha sufrido de manera muy particular y muy directa la trayectoria de atropellos de las autoridades, primero, y los cinco años de crudos y extendidos enfrentamientos entre grupos armados que se han cebado, especialmente, con los civiles.

La de la República Centroafricana ha sido considerada como una de las crisis más olvidada y más invisibilizada por los medios en los últimos años. Lo dicen las agencias internacionales como ACNUR y también algunas de las ONG, como el Norwegian Refugee Council (NRC), Oxfam o Médicos Sin Fronteras. Desde que se inició el enfrentamiento civil en 2012, la situación no ha vuelto a estabilizarse, ni con la toma de los combatientes de la milicia Seleka de Bangui, la capital del país, en 2013; ni con el baile de grupos armados de diferentes orientaciones, los acuerdos de paz parciales y las facciones que se escinden. La disolución de la Seleka, por ejemplo, no supuso el final de los enfrentamientos, sino el surgimiento de nuevos grupúsculos armados. Solo las últimas elecciones en 2016 generaron una esperanza de pacificación momentánea, según los análisis del International Crisis Group. Pero en los últimos tiempos han vuelto los episodios violentos. Los desplazados superaban el millón de personas, entre internos y externos, más de un 20% de la población que no llega a los cinco millones de habitantes. Este mismo centro de estudios considera que la estabilización del país es uno de los retos del continente en este 2018.

En este entorno, los blogueros pretenden desempeñar un papel protagonista en la construcción de un futuro espacio de convivencia o, más bien, pretenden que el entorno digital lo juegue. “El mundo del blog y del mundo digital, en general, facilitan hoy la comunicación en un país en el que todavía se tienen que reconstruir las infraestructuras”, explica Rosmon Zokoué. El representante de esos autores de bitácoras y de los ciudadanos más familiarizados con el uso de los medios sociales explica la función que atribuyen a su labor: “Lo que hacemos con nuestros blogs es periodismo ciudadano. Esta herramienta nos permite diversificar los temas de los que se habla y acercarlos a las inquietudes de los ciudadanos. Así es como podemos conseguir que cada centroafricano y cada centroafricana se sienta interpelado por la situación del país”.

Han sido demasiados años de crisis para recuperar la normalidad de la noche a la mañana y es evidente que en todo este tiempo se han ido acumulando los agravios. Por eso, Zokoué considera que ese intento de que los ciudadanos vean reflejadas sus preocupaciones en los medios sociales “es la manera más discreta y más eficaz de apaciguar las frustraciones y de dirigirnos hacia una paz duradera”.

Los blogueros han dado este paso por las amenazas que aparecen en las redes pero también por las carencias que detectan en los medios de comunicación. “En la mayor parte de los casos, los medios convencionales en la República Centroafricana no han comprendido la estrategia de acercamiento a la ciudadanía, ni las ventajas que ofrece el entorno digital a los profesionales de los medios para asumir su papel en la sociedad. Esa es una responsabilidad que siempre han tenido los medios convencionales, pero hoy la comparten”.

En todo caso, ellos también saben que el mundo de esos medios sociales no es completamente inocente y que es necesario hacer un trabajo de sensibilización y de educación. "Con nuestra asociación tenemos la responsabilidad de hacer entender los retos a los que se enfrenta la blogosfera centroafricana, por un lado, las ventajas de este canal de comunicación, pero sin olvidarnos de las consecuencias negativas de un mal uso de la web y, también, de mostrar hasta qué punto internet y las herramientas que pone a nuestra disposición la web ciudadana pueden ser una de las vías hacia la libertad y la convivencia".

Los datos oficiales apuntan que apenas uno de cada 20 centroafricanos tiene acceso a Internet. Así que el impacto de los medios sociales y de las redes parece limitado. Además, como señalaba el propio Rosmon Zokoué, las infraestructuras todavía están esperando a ser reconstruidas, los desplazados son legión y las organizaciones de ayuda humanitaria se concentran en cubrir las necesidades más básicas. Sin embargo, el presidente de la asociación de blogueros advierte que esas condiciones no deben limitar las aspiraciones de la ciudadanía: “No, al contrario, la República Centroafricana es un país que mantiene vivos grandes sueños y las necesidades de su población no se limitan a las necesidades básicas. El joven centroafricano, venga de la capa social de la que venga, tiene una fuerte atracción por Internet, las redes sociales y el entorno digital, en general. Es en esa situación en la que ABCA intenta sensibilizar sobre el uso adecuado de esas redes, por eso hemos empezado el programa de lucha contra las noticias falsas y contra los mensajes de odio”.

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