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De Marivent a la villa de George Clooney, las casas de vacaciones donde no podrás irte a descansar

Palacios renacentistas, mansiones frente al mar o casonas de estilo hippie . Familias reales, diseñadores y actores de Hollywood pasan así sus semanas de descanso en estas joyas de la arquitectura

Quién pasa las vacaciones aquí. El escritor italiano Curzio Malaparte la concibió no para veranear, sino para vivir durante todo el año en el lugar más inaccesible de Capri, la isla de veraneo elegante por excelencia. Vivió allí durante apenas dos décadas, desde 1937 hasta 1957.
Por qué nos gustaría veranear aquí
. Porque es el lugar perfecto para huir de todo. Llegar a ella implica una caminata desde el centro de Capri o desplazarse en barco hasta el pie del acantilado y subir después una escalera. Todo en Casa Malaparte es misterioso: desde su forma definitiva, forjada a medias entre el arquitecto Adalberto Libera y el propio Malaparte, hasta su azaroso destino. Malaparte, que fue primero fascista y luego comunista, la dejó en herencia a la República Popular de China. Su familia litigó y durante décadas este monumento racionalista fastuoso y enigmático permaneció abandonado. Si quiere conocer cómo era su aspecto al poco de fallecer Malaparte (incluida su fabulosa estufa cerámica), vea 'El desprecio' (1969) de Godard. En la escalinata, el interior y la azotea de Casa Malaparte se encuentran y desencuentran Michel Piccoli y Brigitte Bardot en una de las escenas de desamor más bellas de la historia del cine.

Massimo Vicinanza/Unimedia/Sipa

Quién pasó las vacaciones aquí. Karl Lagerfeld en sus veranos en el Principado y Carolina de Mónaco cuando estuvo casada con Ernesto de Hannover.
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Uno de los palacios neoplatinos más imponentes de todo Mónaco se alquila, aunque no se facilita el precio a cualquiera. Esta villa, levantada en 1902 por Sir William Ingram, un lord inglés que dirigía el semanario Illustrated London News y fue miembro del Parlamento británico, es hoy el lugar donde las nuevas generaciones de Los Grimaldi llevan a cabo sus puestas de largo –la última fue Alejandra de Hannover en 2017, antes su tía Carlota–. La adquirió y renovó el diseñador Karl Lagerfeld en 1990, escogiéndola como destino vacacional para estar cerca de su musa la princesa Carolina. El modisto terminó vendiéndosela (sin muebles) a ésta y a su por entonces marido Ernesto de Hannover. Ahora la alquilan para eventos de lujo, celebraciones nada austeras e incluso para la feria de diseño para grandes coleccionistas Nomad. 600 metros cuadros, 15 habitaciones y vistas a las bahías de Mónaco y Cap-Martin.

Quién pasó las vacaciones aquí. El escritor, cineasta y artista Jean Cocteau veraneó aquí a partir de 1950, invitado por la propietaria de la casa, Francine Weisweiller.
Por qué nos gustaría veranear aquí. Porque nunca unas vacaciones han sido tan fructíferas como las que Cocteau pasó aquí. En 1950, agobiado por el vacío de las paredes, pidió permiso a su propietaria para empezar a decorarlas con una técnica singular. Primero hendía la pared con una aguja y después remataba los trazos con pintura al fresco. El resultado fue una villa "tatuada" que aún conserva intacta la decoración que Cocteau ejecutó durante varios veranos con figuras mitológicas alusivas al mundo clásico que tanto fascinaba al artista francés. Hoy se puede visitar ocasionalmente (es propiedad privada), pero hay un modo de verla tal y como Cocteau la concibió: varias secuencias de 'El testamento de Orfeo' (1959), la última película del francés, tienen lugar en este prodigio de paganismo mediterráneo de vanguardia, y permiten apreciar en detalle objetos tan increíbles como un monumental tapiz que Cocteau dedicó a Judith y Holofernes.

FORGET Patrick/SAGAPHOTO.COM / Alamy Stock Photo

Quién pasó las vacaciones aquí. Michael Douglas y sus dos esposas, Diandra Luker y Catherine Zeta Jones.
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Lleva en venta desde 2014, pero el actor no consigue deshacerse de esta mansión de 1.000 metros cuadrados acodado sobre un solar de 100 hectáreas. Comenzó a venderla por 50 millones de euros –la compró por cuatro– y ahora ya pide 36,5. Fue el archiduque Luis Salvador de Habsburgo el que recuperó esta mansión en 1867 y la convirtió en lo que es hoy, después, Michael Douglas se hizo con ella en 1989. Su construcción está inspirada en las edificaciones del noreste de Sicilia y tiene acceso directo al mar desde el corazón de la Sierra de Tramuntana. Incluye cinco apartamentos, diez dormitorios, diez baños, un loft, dos casitas para el servicio y su propio cine, según informó la inmobiliaria en su momento. Pero de lo que más saca pecho Douglas es de su huerta y sus viñedos –tiene su propia bodega–, que tuvieron fama en el siglo XIX. Desde su divorcio con Diandra en 2000, el matrimonio se repartía seis meses al año el uso de la mansión.

Quién pasó las vacaciones aquí. La Duquesa de Alba, sus tres maridos y seis hijos.
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La casa más fotografiada de la familia Alba no es ninguno de sus palacios, es esta casa de Marbella a pie de playa desde la que la Duquesa y, después sus hijos, salían para darse un chapuzón en agua salada. Se trata de un edificio de dos plantas al estilo de las masías ibicencas con un amplio jardín con palmeras que la Duquesa adquirió en 1963. Lo inauguró con su primer marido, Luis Martínez de Irujo, y también lo visitó con el tercero, Alfonso Díez. Medio siglo de uso en el que Cayetana invitaba a toda la beautiful people marbellí. Su acceso directo al mar y parte de su zona exterior corrieron peligro en 2009, cuando la Demarcación de Costas abrió un expediente que finalmente fue desestimado. Hoy es propiedad de uno de sus hijos, Fernando Martínez de Irujo.

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Quién pasa las vacaciones aquí: George Clooney, su esposa Amal y todos sus mejores amigos.
Por qué nos gustaría veranear aquí:
12 millones de euros le costó, en 2002, al actor George Clooney esta villa que mira a las aguas del lago Como, en el coqueto pueblo de Laglio, en Lombardía. Los primeros registros de la casona son de 1720 y, tras pasar durante siglos por las manos de varias familias adineradas italianas, terminó como parte del patrimonio del millonario estadounidense John Heinz (el del kétchup), que fue el que la vendió al protagonista de Urgencias. Clooney se topó con él cuando daba un paseo en su Harley-Davidson y terminó cayendo rendido ante su gran jardín, sus tres plantas de claro estilo arquitectónico italiano y su embarcadero privado. Ha intentado varias veces venderla por los problemas con los paparazzis, pero al final se terminó comprando las casas de alrededor. Por sus habitaciones han pasado Cindy Crawford, Brad Pitt, Matt Damon, Catherine Zeta Jones o Michael Douglas.

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Quién pasa las vacaciones aquí. La Familia Real Española, aunque es la Reina Doña Sofía la que más disfruta de este palacio.
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Eran todavía príncipes Juan Carlos y Sofía cuando, en 1973, la Diputación Provincial de Baleares le cedió para uso vacacional esta finca de 32.000 metros cuadrados con cuatro grandes edificios –uno para los monarcas y los otros tres para Felipe, Cristina y Elena–. Fue construida entre 1923 y 1925 por encargo de Juan de Saridakis (1877-1963), un pintor y mecenas egipcio de origen griego. Su arquitecto fue Guillem Forteza Pinya, un liberal que, además de edificar numerosas escuelas en la isla, también llegó a ser alcalde de Palma de Mallorca. Desde el verano de 2017 se puede visitar parte del jardín, pero las pistas de pádel, la piscina o el interior, decorado con muebles de estilo mallorquín, es solo para el disfrute de la Familia Real. Eso sí, entre higueras, pinos, limoneros y rosales se puede uno cruzar con alguna de las 12 esculturas de bronce de Joan Miró.

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Quién pasa las vacaciones aquí. Hoy en día es sede de la Fundación César Manrique, pero durante varios años, desde 1968, fue la casa del arquitecto y artista lanzaroteño, que concibió aquí la más hedonista y veraniega de sus residencias, con espacios al aire libre, piscinas y sombra. Manrique, que había frecuentado los círculos artísticos de Nueva York, solía invitar aquí a muchos de sus amigos, que ayudaron a poner Lanzarote en el mapa internacional de la vanguardia.
Por qué nos gustaría veranear aquí.
Porque es la obra maestra de Manrique y, al mismo tiempo, una casa de verano perfecta, un ejemplo de land art y un reflejo del paisaje lanzaroteño. Solía contar Manrique que descubrió por casualidad una serie de burbujas de lava en un paraje volcánico de la isla, y decidió probar a convertirlas en estancias, comunicándolas entre sí. El resultado es una casa subterránea laberíntica que desde la superficie parece una construcción isleña tradicional. La mayoría de los detalles del interior (incluido el mobiliario y las obras de arte) fueron concebidos personalmente por Manrique, que posteriormente trasladó su residencia a otra casa (que también es increíble), y empezó a transformar el Taro de Tahiche en su Fundación hasta que falleció inesperadamente en 1992.

Quién pasó las vacaciones aquí. Felipe V lo mandó construir en 1720 para disfrutar de su jubilación, pero tuvo que tomar de nuevo la corona debido a la muerte de su heredero y solo pudo pasar aquí algunos veranos. A partir de entonces fue residencia estival ocasional hasta que Isabel II empezó a alternarlo con Miramar, en San Sebastián. La reina María Cristina, que detestaba La Granja, le dio el cerrojazo definitivo a principios del siglo XX. Desde entonces es un monumento gestionado por Patrimonio Nacional y se puede visitar con facilidad.
Por qué nos gustaría veranear aquí.
Por sus increíbles jardines, que conservan aún el trazado original y una colección escultórica sin comparación en España, y por su ubicación, en un pueblo formado por callecitas dieciochescas a una hora escasa de Madrid. También por sus interiores barrocos y porque alberga dos impresionantes colecciones de objetos artesanales: cristal (de la Real Fábrica de San Ildefonso, claro) y tapices. Y porque es, como todos los Reales Sitios, inmenso.

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Quién pasó las vacaciones aquí. Yves Saint Laurent y Pierre Bergé desde 1983 hasta 2009, cuando Bergé la vendió a una empresaria rusa que es su propietaria actual.
Por qué nos gustaría veranear aquí. Porque fue uno de los proyectos más personales de la pareja, que encargó al decorador Jacques Grange un proyecto de interiorismo inspirado en 'En busca del tiempo perdido' de Proust, el libro favorito de Saint Laurent. Cada habitación de esta casa del siglo XIX estaba decorada de acuerdo con el carácter y los gustos de los personajes principales de la novela, con antigüedades y obras de arte. Mención aparte merece su emplazamiento, con un jardín selvático en medio de un bosque digno de un cuento de hadas. Era tan complicado llegar por carretera que Bergé se sacó la licencia de piloto para poder ir en avioneta a pasar los fines de semana.

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