Los famosos contra el estigma de las enfermedades mentales

La hija de Kurt Cobain reabre el debate sobre los tabúes alrededor de la depresión y las adicciones casi 25 años después del suicidio de su padre

La hija de Kurt Cobain, Frances Bean Cobain, en la inauguración de la exposición sobre su padre en el Museo de Iconos de Estilo en Newbridge, Irlanda.REUTERS

Paz, amor y empatía. Kurt Cobain firmó su última carta con esas palabras, antes de quitarse la vida a los 27 años en 1994. Había sido honesto en ocasiones sobre sus pensamientos suicidas y su depresión. Aún así, su último tratamiento se enfocó en su adicción. “Es un tabú. Creo que en Europa un poco menos, en Estados Unidos está muy, muy mal visto", dijo esta semana su hija, Frances Bean Cobain, quien también ha luchado contra la adicción.

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Paz, amor y empatía. Kurt Cobain firmó su última carta con esas palabras, antes de quitarse la vida a los 27 años en 1994. Había sido honesto en ocasiones sobre sus pensamientos suicidas y su depresión. Aún así, su último tratamiento se enfocó en su adicción. “Es un tabú. Creo que en Europa un poco menos, en Estados Unidos está muy, muy mal visto", dijo esta semana su hija, Frances Bean Cobain, quien también ha luchado contra la adicción.

Ella estaba en Irlanda para la apertura de la exhibición Growing up Kurt Cobain (Creciendo como Kurt Cobain) del Museo de Iconos de Estilo. Junto a su tía y su abuela, la hija del cantante de Nirvana dijo que no se debería asociar la salud mental ni el abuso de sustancias con algo vergonzoso, justo cuando ella misma está a punto de cumplir dos años y medio de sobriedad.

Nadie sabía de su lucha hasta el pasado 13 de febrero, cuando lo hizo público en Instagram en un mensaje en el que decía que, a pesar de ser un problema íntimo, entendía que su experiencia podía ser informativa e incluso útil para otros que estuviesen pasando por algo similar. Y lo firmó Paz, amor y empatía, como la carta de su padre. “Voy a regenerar esa frase y redefinirla como algo que está lleno de esperanza, bondad y salud, porque quiero”.

Estas patologías, que pueden afectar a cualquier ser humano, han sido el centro de una reciente ola de aceptación liderada por figuras públicas. Siempre han existido famosos dispuestos a hablar de sus encuentros con las drogas, de su estrés y su ansiedad, e incluso de sus épocas depresivas, como hacía Cobain o como lo hizo Angelina Jolie en su juventud.

Demi Lovato durante su actuación en Rock in Rio Lisboa, en Portugal, el 24 de junio de 2018.PEDRO GOMES REDFERNS

Recientemente, sin embargo, la meta es eliminar la vergüenza. La actriz y cantante Demi Lovato, por ejemplo, ha dicho públicamente que sufre de episodios maníacos y depresión bipolar. Su diagnóstico llegó después de una pelea con una de sus bailarinas durante una gira junto a los Jonas Brothers en 2010. Al día siguiente de una fiesta en la que hubo drogas, pastillas y alcohol, Lovato se enteró de que Alex Welch la había acusado con el padre de los Jonas y la golpeó mientras estaban en un avión.

Después de varios meses internada en un centro de tratamiento, Lovato volvió a casa y al trabajo, pero siguió automedicándose y tomando cocaína. No fue hasta que su equipo de trabajo amenazó con dejarla en 2012, que se mudó a una residencia para adictos en recuperación y consiguió mejorar. Se saben todos estos detalles porque los cuenta sin tapujos. En 2015, incluso habló ante el congreso de los Estados Unidos como parte de su trabajo con la iniciativa Be Vocal: Speak up about Mental Health (Se vocal: Habla sobre la Salud Mental).

En 2016, Guillermo y Enrique de Inglaterra y Kate Middleton lanzaron la campaña Heads Togethercon el objetivo de reducir el estigma, invitando a las familias a hablar del tema. “Está bien tener esas conversaciones. Aunque sea incómodo o embarazoso. Pero solo es empezar”, dice la duquesa de Cambridge en un vídeo en el que aparecen los tres promocionando el proyecto que para mayo de 2017 había conseguido que 1.500.000 personas más hablaran sobre salud mental en Reino Unido, en comparación con tres meses antes; y que 800.000 hombres más hablaran con un profesional sobre su bienestar mental.

“Luché durante mucho tiempo solo por saber expresarme. Porque como tíos, tenemos a veces una masculinidad tóxica. Queremos aferrarnos a sentimientos y emociones, como lo hice yo durante años”, dijo Dwayne La Roca Johnson, el actor mejor pagado de Hollywood, a Associated Press en abril. Su encuentro con la depresión fue desde adolescente, y llego a su punto álgido justo antes de que se hiciera luchador profesional.

La actriz Kristen Bell en los premios Movie and TV Awards el 16 de junio, en Santa Monica, Estados Unidos.GTRESONLINE

Pero más allá de la conciencia, muchos dicen que la solución está en el conocimiento y la educación. Kirsten Bell, la actriz de la serie Veronica Mars y la película Forgetting Sarah Marshall, ha tomado antidepresivos desde joven, pero afirma que nunca sintió vergüenza porque su madre le enseñó a reconocer los síntomas y a lidiar con ellos. “Ella es enfermera y sabía reconocerlo en ella misma. Y cuando yo cumplí 18 me dijo: ‘Si empiezas a sentir que estás retorciendo las cosas, o como que no sale el sol, o que te paraliza el miedo, te puedes ayudar a ti misma’. Así que siempre tuve diálogos honestos sobre esto”, manifestó a The Off Camera Show en 2016. “En la comunidad médica nunca le negarías a un diabético su insulina. Sin embargo, cuando alguien necesita un inhibidor de serotonina, están locos inmediatamente o algo así. Es una doble moral interesante”, añadió.

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