Nigel, el alcatraz que hizo su vida acompañado por pájaros de cemento

El ave ha vivido hasta su muerte en la isla Mana, en Nueva Zelanda, rodeado de figuras

El ave Nigel junto a pájaros de concreto, en la isla de Mana, en una imagen de archivo.afp

Solo quedan aves de cemento en la isla Mana, en Nueva Zelanda. Nigel, el último alcatraz de este territorio, ha muerto rodeado de una colonia de plumíferos falsos que las autoridades colocaron como señuelo para atraer más fauna. Los ambientalistas neozelandeses le llamaban no-mates Nigel (Nigel, el sin amigos) y lo habían bautizado entre ellos como "el ave más solitaria del mundo", ya que era el único de carne y hueso que vivía en el territorio. 

Nigel, cuyos restos fueron hallados la semana pasada, llevaba años viviendo junt...

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Solo quedan aves de cemento en la isla Mana, en Nueva Zelanda. Nigel, el último alcatraz de este territorio, ha muerto rodeado de una colonia de plumíferos falsos que las autoridades colocaron como señuelo para atraer más fauna. Los ambientalistas neozelandeses le llamaban no-mates Nigel (Nigel, el sin amigos) y lo habían bautizado entre ellos como "el ave más solitaria del mundo", ya que era el único de carne y hueso que vivía en el territorio. 

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Nigel, cuyos restos fueron hallados la semana pasada, llevaba años viviendo junto a una veintena de figuras de alcatraces pintados de blanco y amarillo que fueron colocados en esta isla de tres kilómetros situada en el centro del país.

El ave incluso había encontrado una pareja entre sus compañeros de cemento, según comentan los ambientalistas de la ONG Amigos de la Isla Mana. Había intentado copular con ella y se le había visto empollando en un nido. Junto a esa figura fue hallado muerto. Los veterinarios creen que murió de viejo, aunque todavía no se conocen los resultados de la autopsia.

El pájaro falleció justo cuando la colonia de aves falsas estaba consiguiendo atraer nuevos plumíferos: tres alcatraces comenzaron a visitar la isla el pasado diciembre, según ha señalado Chris Bell, oficial del Departamento de Conservación este miércoles.

"Nigel eligió vivir en Mana y sabemos que estaba feliz allí porque podría haberse ido y no lo hizo", ha indicado Bell. "Era un comportamiento extraño para un alcatraz, pero todo grupo tiene sus excepciones", ha aclarado y ha añadido que son aves "extremadamente sociales". El oficial ha explicado que los alcatraces australianos, como Nigel, no son una especie amenazada, pero buscan lugares seguros donde anidar, donde no haya pestes ni predadores.

Los señuelos eran una forma de indicar a los verdaderos alcatraces que la isla es un territorio seguro, sin depredadores y donde podría instalarse una colonia. "Somos conscientes de que sin Nigel los otros tres alcatraces [que visitaron la isla en diciembre] podrían no elegir vivir allí", ha dicho Bell. "Pero solo el tiempo lo dirá. Somos optimistas", ha destacado.

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