Entrenamiento físico para afrontar el parto

Nadie puede enseñarte lo que significa ser madre, pero si estás embarazada sí que puedes prepararte lo mejor posible para el alumbramiento

Luis sevillano

Quedan poco menos de tres semanas para que nazca Martín.

Si llevas por aquí un tiempo sabrás que seré madre primeriza este mes de mayo y la ilusión, las ganas y los nervios hacen turnos en mi estado de ánimo, sin darme tregua.

El día que supe que estaba embarazada parecía que mayo de 2017 estaba a años luz, pero por fin estamos a las puertas del parto y la cuenta atrás ha comenzado oficialmente.

Aunque el tiempo ha pasado volando entre pruebas, ecografías, montaje de la cuna y compra de su...

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Quedan poco menos de tres semanas para que nazca Martín.

Si llevas por aquí un tiempo sabrás que seré madre primeriza este mes de mayo y la ilusión, las ganas y los nervios hacen turnos en mi estado de ánimo, sin darme tregua.

El día que supe que estaba embarazada parecía que mayo de 2017 estaba a años luz, pero por fin estamos a las puertas del parto y la cuenta atrás ha comenzado oficialmente.

Aunque el tiempo ha pasado volando entre pruebas, ecografías, montaje de la cuna y compra de sus primeros pijamitas… llevo preparándome físicamente para este momento durante meses.

Nadie puede enseñarte lo que significa ser madre, pero si estás embarazada sí que puedes prepararte lo mejor posible para el parto.

Porque, ¿te animarías a hacer una maratón sin haber corrido antes más de cinco kilómetros seguidos? o ¿crees que Fernando Alonso llegó al circuito de Mónaco por azar o casualidad?

Soy de las que piensa que para conseguir grandes éxitos siempre necesitamos una preparación adecuada.

En los casos anteriores, lo llamamos entrenamiento aeróbico o entrenamiento para la Fórmula 1, pero en el mundo de la maternidad lo llamamos Educación Maternal.

¿Estoy hablando de la preparación al parto de toda la vida? ¡No, mejor! Son clases de preparación a la maternidad pero que se completan con entrenamiento físico para afrontar el parto.

Con una buena preparación, pondrás a tono tu cuerpo y lo conocerás mucho mejor, adquirirás mayor resistencia y además, con la movilidad pélvica, la matronatación y los masajes perineales acondicionarán de una forma integral todo el camino que tendrá que recorrer tu bebé hacía la vida exterior.

Hay una amplia variedad de ejercicios que facilitan el paso del bebé por el canal del parto y su práctica durante el embarazo es fundamental para, por ejemplo controlar, nuestro peso, adquirir fuerza y flexibilidad, permitir un fácil acceso del bebé por los estrechamientos de la pelvis durante el parto, reducir el estrés cardiovascular fetal que supone el parto, e incluso favorece la recuperación durante el posparto.

Como futura mamá, lo que más me preocupa es qué ejercicios pueden beneficiar a mi hijo y cómo practicarlos.

Sé que estos ejercicios me ayudarán a reforzar músculos que quedan inactivos para prepararlos para el momento del parto, pero durante el embarazo deben de realizarse con connotaciones especiales como la suavidad articular, la reducción en el tiempo de estiramiento y sin forzar la musculatura.

Estas últimas semanas en las que cada vez me cuesta más moverme, practico, sobre todo, ejercicios posturales como sentarme cruzando las piernas, con la espalda recta mientras intento cerrar ano y vagina, manteniendo la presión durante unos segundos.

El ejercicio lo realizo al menos 10 veces, sin perder de vista la respiración. Respiro 3 o 4 veces con el abdomen y a continuación muevo la cabeza hacia la derecha y hacia la izquierda describiendo un semicírculo. Esta práctica tonifica a mi bebé y relaja mi cuello, abdomen y hombros.

Otra postura que me ayuda a relajar y estirar la espalda, que en estos momentos está sometida al esfuerzo de cargar varios kilos extra, es la de colocar la pelvis a la altura de los talones y a la vez, llevar las manos hacia delante estirando la espalda lo máximo posible.

Para mejorar la flexibilidad y los calambres en las piernas, suelo tumbarme de lado, levanto la pierna que queda encima flexionada con suavidad. Mientras realizo este ejercicio, inspiro cuando levanto la pierna y espiro mientras la bajo.

Por supuesto, estos ejercicios los complemento con otras prácticas orientadas a fortalecer el abdomen durante el embarazo (sí, pueden hacerse abdominales, eso sí, no los tradicionales), ejercicios más complejos de movilidad pélvica, gimnasia con pelotas o ejercicios en el agua (matronatación).

Sin embargo, uno de los momentos que más nos preocupa a las futuras mamás, sobre todo a las primerizas, es la temida dilatación.

¿Hasta cuántos centímetros tengo que llegar? Es una de las preguntas que más me hacen en la consulta.

La respuesta es hasta 10 centímetros, y… ¿en cuánto tiempo?

Siento decirte que para eso no tenemos una respuesta tan directa y acertada, pues depende de muchísimos factores, entre ellos la preparación previa.

Muchas mamás tememos no ser capaces de dilatar lo suficiente o no hacerlo con el ritmo adecuado.

Durante la fase de dilatación se aconseja respirar profundamente a un ritmo acorde a la intensidad del dolor que se sienta y adquirir una serie de posturas favorecedoras para este proceso, de manera que se oxigene bien al bebé durante la contracción ya que esta que le está comprimiendo su espacio y respirando profundamente amplías tu canal de parto.

Pero respirar no es tan fácil como parece. Tiene mucha ciencia.

Yo, en mis 36 semanas de embarazo, estoy trabajando mucho en ello, sobre todo en adaptar esas respiraciones a los ejercicios y posiciones que favorecen la dilatación, ¡y ya casi lo controlo a la perfección!

El objetivo es conseguir que la dilatación sea lo más rápida posible ya que las estadísticas dicen que de media en madres que se enfrentan al parto por primera vez (o primíparas) la dilatación ronda las 10 horas, pero con estos recursos y esfuerzo previo se reduce el tiempo de dilatación hasta entre una y seis horas.

Soy consciente de que durante el parto será difícil estar tranquila, y más cuando ya empiezan los dolores; pero estoy aprendiendo a mantener la calma, a respirar rítmica y profundamente, a mantener una movilidad suave adaptada y a tratar de vivir el momento de la dilatación y del parto sin temores.

Caminar, sobre todo en los inicios de la dilatación, es decir, cuando empezamos a tener las primeras contracciones, y aunque estés muy cansada o te duelan mucho los riñones, ayudará a que el bebé se insinúe por el canal vaginal, favoreciendo la apertura del cuello uterino y una dilatación más rápida; también facilita la circulación de retorno al corazón y el intercambio fetoplacentario y además, el caminar o estar de pie, entretiene a las mamás y hace que la percepción del dolor sea menor.

Nunca sabemos cómo va a ser nuestro proceso de dilatación, ni cuánto va a durar, si vamos a dilatar completamente en menos de 10 horas o si la cabecita bajará correctamente por todo el canal, lo que sí sabemos es que tenemos medios para prepararnos para ello.

No lo dudes, hazte capaz y empodérate. Martín, te estamos esperando.

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