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El estigma de una enfermedad milenaria

La lepra es epidémica en el sur de Nepal a causa de la ignorancia, el hacinamiento y la falta de higiene

Lalgadh Leprosy Hospital & Services Centre (LLSC) está considerado uno de los más visitados del mundo. Más de 300 pacientes son atendidos diariamente en sus instalaciones.
El hospital se esconde entre hectáreas de jungla, infestada de animales salvajes y malaria para no alarmar a la población sana con una enfermedad que causa mucho rechazo.
El doctor Krishna Bahadur Tamang nació en una leprosería y ahora es coordinador médico del hospital. Repite que la ignorancia perpetúa la enfermedad más antigua del mundo.
Según el equipo médico del hospital, cinco o seis son nuevos casos de lepra son detectados cada día. Esto eleva la cifra a 2.000 nuevos leprosos cada año.
Nepal es uno de los países donde hay más nuevos casos de lepra. Keshav Kumar Yogi, especialista de la OMS, considera que la falta de información, la pobreza, la ignorancia y el estigma son los elementos que hacen que el país asiático esté entre los primeros.
Además de las curas, el equipo médico de Lalgadh ofrece cirugía reconstructiva a los leprosos. Las malformaciones son la causa mayor de su aislamiento y marginación.
La Federación Internacional de Asociaciones Anti-Lepra denuncia leyes discriminatorias en Nepal y otros países, donde se les prohíbe trabajar, viajar, estudiar y casarse.
El hospital de Lalgadh también organiza campañas de concienciación y teatro callejero para informar a las familias de la zona. Los principales estigmas de la lepra, pese a ser una enfermedad tan antigua, están ligados a la falta de conocimiento de la misma.
La localización del hospital, en la frontera sur de Nepal, hace que reciba a muchos leprosos de India como Pratap Sah. Los paupérrimos estados indios de Bihar y Uttar Pradesh son foco de esta enfermedad.
Manoc Gharti Magar, de 27 años mendigaba en la calle hasta que le trajeron a Lalgadh, donde vive desde hace años. Nacido en una región cercana al Everest, nunca habría podido sobrevivir de no ser por la atención y cuidados recibidos en el hospital de los leprosos.
Además de los cientos de pacientes que el hospital recibe a diario, una docena de enfermos internos afectados de lepra viven en Lalgadh hasta que su enfermedad se estabiliza.
Lalita Devi Yadab, de 18 años, contrajo lepra en Bihar, su estado natal indio. Tras meses en Lalgadh, sigue pensando que la causa de su enfermedad es una maldición de los dioses.
Shoba Kumari Yadab, también 18 y de Bihar, vuelve con su padre a su localidad natal después de medio año en Lalgadh. Ahora ya sabe las curas que necesita y, sobre todo, las condiciones de higiene y salubridad necesarias para evitar contagios.
Purnawshi Mahato, de 12 años, agradece la educación ofrecida por Lalgadh. Nunca ha ido al colegio y ha perdido a sus amigos por culpa de su 'cara de luna llena' y de la lepra.