Cartas al director

Octogenarios

Quiero rendir homenaje a las personas que actualmente tienen entre 80 y 89 años. Nos han enseñado a valorar las cosas, el espíritu de sacrificio, su sentido de la responsabilidad, la motivación por el trabajo bien hecho. Su niñez y adolescencia transcurrieron entre la Guerra Civil y la posguerra. Fueron años difíciles, de escasez y penuria, de autarquía, de mucho analfabetismo. A pesar de ello, salieron adelante con esfuerzo y dedicación. Vivieron el nacimiento de la televisión, que les ayudó a sobrellevar la profunda depresión económica y social en la que se encontraban inmersos. La industria...

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Quiero rendir homenaje a las personas que actualmente tienen entre 80 y 89 años. Nos han enseñado a valorar las cosas, el espíritu de sacrificio, su sentido de la responsabilidad, la motivación por el trabajo bien hecho. Su niñez y adolescencia transcurrieron entre la Guerra Civil y la posguerra. Fueron años difíciles, de escasez y penuria, de autarquía, de mucho analfabetismo. A pesar de ello, salieron adelante con esfuerzo y dedicación. Vivieron el nacimiento de la televisión, que les ayudó a sobrellevar la profunda depresión económica y social en la que se encontraban inmersos. La industrialización y modernización de los años sesenta significó un gran avance en los aparatos eléctricos para la realización de las tareas domésticas. Los coches se fueron haciendo cada vez más importantes en los desplazamientos. Llegó la democracia, la universalización de las pensiones, los viajes del Imserso. Intentaron, con orgullo, dar estudios a sus hijos. Ahora disfrutan de sus nietos e intentan adaptarse a las nuevas tecnologías. Han visto la evolución desde una España rural y atrasada al Estado de bienestar que hoy conocemos. Desde una sociedad de tintes autoritarios a otra de derechos y libertades. Va por ellos.— Javier Cordero Ruiz. Madrid.

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