Cartas al director

Vuelven los nacionalismos

Tras la crisis financiera de 2008 y con la tragedia humanitaria de los refugiados, se ha abierto una peligrosa brecha en las democracias occidentales y los políticos nacionalistas usan el miedo y sentimientos xenófobos como herramientas electorales. Mientras en Latinoamérica parece ser que los ciclos populistas se vienen cerrando, en Europa y EE UU recién empieza su apertura. El populismo no es una ideología política, sino una receta que tiene como único fin el acceder al poder y mantenerlo el mayor tiempo posible bajo cualquier coste, y para dicho fin puede vestirse de derecha o izquierda, se...

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Tras la crisis financiera de 2008 y con la tragedia humanitaria de los refugiados, se ha abierto una peligrosa brecha en las democracias occidentales y los políticos nacionalistas usan el miedo y sentimientos xenófobos como herramientas electorales. Mientras en Latinoamérica parece ser que los ciclos populistas se vienen cerrando, en Europa y EE UU recién empieza su apertura. El populismo no es una ideología política, sino una receta que tiene como único fin el acceder al poder y mantenerlo el mayor tiempo posible bajo cualquier coste, y para dicho fin puede vestirse de derecha o izquierda, según la ocasión lo amerite. Usa el discurso que convence a las masas sin otro objetivo que no sea el de seguir al líder mesiánico destinado a refundar la patria y devolverle su grandeza. En Europa han florecido ambas formas de populismo nacionalista, aquel que usa el discurso de izquierda como en el caso de Podemos en España, y el que prefiere la retórica de derecha como el UKIP en Reino Unido. Estas fuerzas, aparentemente antagónicas, presentan a los extremos como las únicas soluciones, buscando desplazar a las tendencias de centro.— Giuseppe Cabrera Villacís. Ambato (Ecuador).

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