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Ser niño en tiempos del ébola

Durante el último año y medio, miles de niños sierraleoneses han tenido que enfrentarse a una enfermedad que ha matado sin piedad

Mameth sostiene en sus manos los certificados que aseguran que tanto ella como su hija son supervivientes y están sanas. Ambas vencieron al ébola. Sin embargo, su bebé está ahora sufriendo algunas de las terribles secuelas de este virus. Como muchos otros niños que sobrevivieron, la hija de Mameth está quedándose sorda.

Ser niño en Sierra Leona nunca ha sido una tarea fácil. Según UNICEF, se trata del país con mayor mortalidad infantil de todo el mundo (1). Uno de cada cinco niños muere antes de cumplir los 5 años. Pobreza, malnutrición, explotación infantil, violencia doméstica, falta de educación, mutilación genital femenina, matrimonios forzados y múltiples enfermedades infecciosas como la malaria, fiebre tifoidea o la fiebre de Lassa son endémicas en Sierra Leona.

Raquel Medialdea

“¿Y tú qué quieres ser de mayor?”. Eso pregunté a Ali Bangura, cuyo padre falleció hace unos meses por el ébola. Sin atisbo de duda, nos dijo con una mirada esperanzadora: “Yo voy a ser el Presidente de Sierra Leona”.

Durante el último año y medio, miles de niños sierra leoneses han tenido que enfrentarse a un enemigo aún más dañino que todo lo anterior: el ébola. El efecto de esta epidemia ha sido terrible no sólo por las miles de personas que han muerto por este virus (ya que muchos miles más mueren de malaria cada año en Sierra Leona, sino por el miedo, trauma, estigma y desamparo que se ha extendido entre la población del que es uno de los países más pobres del mundo. Y, como en casi todas las guerras, los niños siempre son las primeras víctimas y también las más vulnerables.

Raquel Medialdea

Estos niños viven en uno de los pueblos más afectados por el ébola de todo el distrito: Pate Bana. De los 500 habitantes de este poblado, más de 130 fueron infectados y tan solo 40 sobrevivieron al letal virus. Es un poblado de agricultores en el que todos los habitantes fueron aislados en cuarentena y perdieron su única fuente de ingresos: las cosechas. Hoy viven orgullosos por haber conseguido “echar al ébola de sus tierras”.

La vida de los niños en Sierra Leona cambió radicalmente cuando la epidemia del ébola estalló en el país: las escuelas cerraron, las reuniones sociales se prohibieron, igual que todo partido de fútbol o de cualquier otro deporte.

Raquel Medialdea

Esta alegre niña del poblado de Pate Bana vino corriendo hacia nosotros a la par que nos gritaba: “Ten Ki Opoto”, que significa “Gracias hombre blanco”. En su familia murieron más de diez personas y los únicos blancos que han visto en su vida fueron cooperantes internacionales que trataron de ayudar a las víctimas del ébola.

Decenas de miles de niños fueron aislados en cuarentena cuando algún miembro de su familia fue infectado de ébola y fueron encerrados durante un mínimo de veintiún días en sus humildes casas privándolos de su libertad. Esta epidemia también significó que millares de niños se quedaran huérfanos (2). Y a los afortunados que consiguieron sobrevivir al ébola, las secuelas les persiguen: miles de niños se están quedando ciegos, sordos, sufren continuos dolores de cabeza y de músculos e incluso problemas neurológicos.

Raquel Medialdea
Durante los últimos meses, la estación de lluvias ha dañado y destrozado numerosas casas del poblado de Pate Bana, donde los niños han sido las víctimas más damnificadas. Cristianos y musulmanes conviven puerta con puerta y se ofrecieron refugio y apoyo mutuo. Organizaciones como Street Child han hecho una increíble labor luchando para que ningún niño “se quede en la calle”.Raquel Medialdea
La explotación infantil está a la orden del día en las zonas rurales de Sierra Leona, especialmente tras la presente epidemia de ébola que tanta pobreza ha traído al país. Es normal ver niños cargando agua desde los pozos que a veces se encuentran a kilómetros de distancia de sus casas, vendiendo productos en el mercado, trabajando los cultivos o limpiando los productos de los campos. La explotación infantil significa robar la infancia a estos niños que son privados de jugar, estudiar o de simplemente disfrutar de su niñez.Raquel Medialdea
Tras más de nueve meses en los que las escuelas se cerraron debido a la epidemia, en abril reabrieron sus puertas. Ser profesor es una ardua tarea en este país: clases con más de 50 alumnos, falta de material escolar para los niños o profesores, absentismo escolar, niños malnutridos incapaces de concentrarse... Las escuelas carecen de sistemas de ventilación y el intenso calor característico de este clima hace más difícil aún su tarea como maestros. Los profesores tienen un salario de tan sólo 50 dólares al mes (35 euros) y trabajan más de 45 horas a la semana.Raquel Medialdea
En esta escuela del área rural de Makeni, Sierra Leona, la situación es particularmente espeluznante. ¿Podéis imaginaros 350 niños de 6 a 12 años estudiando en una habitación dividida por unos paneles de madera que sirven a su vez de pizarra?Raquel Medialdea
Mohammed vive en una escuela para sordos donde estudia con otros niños que han sobrevivido al ébola. Es especialmente duro porque en este país se creía que cuando alguien pierde la audición es porque un demonio se ha metido en su cuerpo. En la escuela les enseñan no sólo matemáticas, lectura y ciencias sociales, sino también oficios como los de costurero, cocinero o carpintero.Raquel Medialdea
Niños jugando en Pata Bana. La niña de la derecha lleva una camiseta de Dora la Exploradora y su madre nos explica que la mayoría de la ropa que tienen es de segunda mano, donaciones de diferentes organizaciones. Sin embargo, cuando la epidemia empezó, la mayoría de organizaciones concentraron sus esfuerzos en atender a las víctimas y las ayudas al resto de la población se redujeron.Raquel Medialdea
Otro grave problema al que se enfrenta un alto porcentaje de niñas en el país es la ablación. Se estima que la mutilación genital femenina se practica en un porcentaje de entre el 30 y el 90% de las niñas del país. La OMS ha condenado la práctica de esta tradición por los innumerables riesgos para la salud que la circuncisión conlleva.Raquel Medialdea
La ablación es una práctica sexista practicada (curiosamente) por mujeres. Por tradición, son las mujeres de las familias las que se encargan de esta práctica para asegurar que las jóvenes estén “limpias y puras” para su futuro marido. Durante la peor parte de la epidemia del ébola, la práctica de este ritual tan sangriento fue prohibida, pero el Gobierno ha retirado ya la limitación.Raquel Medialdea
Pese a que el Gobierno alardee de proveer educación gratuita para todos, escolarizar a cada alumno cuesta entre 45€ y los 70 € al año para el pago de uniforme y gastos de matriculación varios. Teniendo en cuenta que la mayoría de familias viven con menos de 100 euros al mes, acceder a la escuela es imposible para miles de niños en todo Sierra Leona.Raquel Medialdea

¿Qué fue lo peor de la epidemia del ébola? “Fue terrible porque no nos dejaban jugar al fútbol. Yo quiero ser como Messi y jugar en el Madrid”.

Aunque ser niño en Sierra Leona no es tarea fácil) he visto con mis propios ojos niños luchadores, niños con ilusión que sueñan con llegar lejos, niños que quieren seguir estudiando para ir a la universidad y convertirse en doctores, enfermeros, empresarios, ingenieros o abogados.

Raquel Medialdea
Esta tímida sonrisa de Abby esconde una historia única. Su marido, hermana y cuñado murieron durante la epidemia del ébola dejando a la joven al cargo de 13 niños. Esta increíble mujer está consiguiendo sacar adelante a toda la familia realizando lo que ella llama “multitud de trabajos”.Raquel Medialdea

Y a pesar de las dificultades a las cuales estos niños sierra leoneses se enfrentan diariamente, su esperanza y su sonrisa no desvanecen. Son jóvenes marcados por la pobreza, hambruna y el ébola. Estos jóvenes representan el futuro de Sierra Leona y no cabe duda de que lucharán con todas sus fuerzas por mantener este letal virus lejos de África.

He conocido tantos niños felices y con las mismas ilusiones que la mayoría de niños en España, pero con la diferencia de que han nacido en medio de la pobreza más extrema, han crecido entre los escombros que la guerra civil dejó y han sobrevivido a la peor epidemia de ébola de la historia. Estos niños para mí ya son héroes.

Raquel Medialdea