El ‘efecto Winfrey’ en Wall Street

El sueño de cualquier pequeño emprendedor en Estados Unidos es que Oprah Winfrey se fije en su producto. El efecto que puede tener la empresaria de medios de comunicación en su negocio puede ser abrumador, en el buen sentido. La fuerza de una de las celebridades más poderosas del país se hace notar incluso en Wall Street. La cotización de Weight Watchers se disparó hasta casi doblarse minutos después de conocerse que la también pre...

El sueño de cualquier pequeño emprendedor en Estados Unidos es que Oprah Winfrey se fije en su producto. El efecto que puede tener la empresaria de medios de comunicación en su negocio puede ser abrumador, en el buen sentido. La fuerza de una de las celebridades más poderosas del país se hace notar incluso en Wall Street. La cotización de Weight Watchers se disparó hasta casi doblarse minutos después de conocerse que la también presentadora y actriz se hace con un 10% del capital de la compañía.

Winfrey se reserva el derecho de adquirir otro 5% en esta sociedad que ofrece productos y servicios para la pérdida de peso. La compañía, que cotiza en el New York Stock Exchange, tenía un valor bursátil de 388 millones de dólares (345 millones de euros) cuando se anunció la inyección de liquidez a una hora de abrirse la negociación en el parqué neoyorquino. Un tamaño insignificante cuando se compara con los 272.000 millones que vale el gigante del consumo Johnson & Johnson.

Lo importante no es solo la apreciación de las que se beneficiaron de golpe sus dueños. La maniobra de Oprah da a la compañía una visibilidad internacional sin igual, porque Wall Street actúa en estos casos como una caja de resonancia que replica por todo el planeta. La empresaria tiene una fortuna de 3.000 millones de dólares (2.600 millones de euros), lo que la coloca en el puesto 211 de las personas más ricas en EE UU y la 603 del mundo. Es la décimo segunda entre las mujeres más influyentes, según la revista Forbes.

La reina de la televisión sigue manteniendo su poder años después de abandonar el programa que la hizo célebre. Con su palabra es capaz de arrastrar a millones de personas a comprar libros y a elegir, incluso, al presidente de EE UU. Su mayor apuesta la hizo hace cuatro años cuando creó su propia cadena de cable, OWN. Esa plataforma la pone ahora a disposición de Weight Watchers para que puedan promocionar sus productos y servicios.

Winfrey va a destinar 43 millones de dólares (38 millones de euros) a su inversión. En concreto adquiere 6,4 millones de títulos por 6,79 dólares la acción, de acuerdo con la información entregada al regulador bursátil. Como dicen los gurús de Wall Street al común de los inversores, hay que poner el dinero en las empresas que a uno le gusta. En su caso, dice que le ayudó a hacer frente al problema que arrastraba con el sobrepero. “Creo en su programa y por eso quiero participar en su evolución”, explica.

Jim Chambers, el consejero delegado de Weight Watchers, añade que hay un “tremendo alineamiento” entre las intenciones de Oprah Wienfrey y la misión que guía a la compañía desde que se fundó en 1963. Entre las celebridades que abrazan su popular programa para la pérdida de peso se encuentran Jennifer Hudson y Jenny McCarthy, que hacen las veces de portavoz. La compañía de Brooklyn tiene una cifra de negocio anual de 1.725 millones, que le aporta un beneficio de 205 millones.

La inversión de Oprah Winfrey va más allá que decir algunas palabras y mostrar la figura en la pantalla. Se entiende como un rescate. Las ventas de Weigth Watchers cayeron un 22% en la primera mitad de este año y gana un 50% menos cuando se compara con el rendimiento del mismo periodo de 2014. El negocio en el que fue pionero hace medio siglo está ahora repleto de competidores. Esto provocó que sus títulos cayeran más de un 70% este 2015 antes de que la empresaria anunciara su oportuna inyección de liquidez.