Batucadas

Y violines. Violas, cellos, contrabajos. Un director de orquesta que da la espalda a sus músicos para dirigir a un coro multitudinario en una plaza pública. Canciones con letra y música. Mucho flamenco, cante, baile, palmas y arte, tantísimo arte. Ensayos de una ópera por estrenar, sin más vestuario que la ropa de cada cantante ni otra escenografía que los muros de una casa ocupada. Teatro en plena calle, ante los muros de un Centro de Internamiento de Extranjeros, el público que no puede verlo pero lo celebra desde el interior de los muros. Coreografías improvisadas por bailarinas de...

Y violines. Violas, cellos, contrabajos. Un director de orquesta que da la espalda a sus músicos para dirigir a un coro multitudinario en una plaza pública. Canciones con letra y música. Mucho flamenco, cante, baile, palmas y arte, tantísimo arte. Ensayos de una ópera por estrenar, sin más vestuario que la ropa de cada cantante ni otra escenografía que los muros de una casa ocupada. Teatro en plena calle, ante los muros de un Centro de Internamiento de Extranjeros, el público que no puede verlo pero lo celebra desde el interior de los muros. Coreografías improvisadas por bailarinas de todas las edades cortando las calles para celebrar la paralización de la reforma de la ley del aborto. Raps, rimas, gritos, aplausos, sobre todo aplausos, una ensordecedora marea de aplausos de todos los colores. Y las sirenas de la policía. Esta es la banda sonora de No estamos solos, el documental de Pere Joan Ventura cuyo contenido anticipó el libro del mismo título firmado por El Gran Wyoming, uno de los productores de la película. El argumento es simple, un retrato fiel de los españoles de ahora mismo, de los que se movilizaron masivamente y siguen movilizados contra los recortes, la austeridad y la especulación, en defensa de los derechos que el poder pretende arrebatarnos. Aquí están los que no se han cansado, quienes ganaron su batalla y quienes siguen luchando, por ellos y por los demás. Parece que no hemos hecho nada, pero hemos hecho tantas cosas que ni siquiera caben en esta película asombrosa, emocionante, imágenes y palabras que conocen nuestro nombre porque no son otra cosa que nuestro reflejo. Si no les gusta la cara con la que se levantan por las mañanas, vayan a verla. No encontrarán un espejo que les favorezca más.