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Cuando lo más seguro es tener un lugar donde drogarse

Insite, la única narcosala en Norteamérica, ha conseguido reducir la transmisión de enfermedades y el gasto sanitario

Vancouver - 14 ago 2015 - 11:00CEST

Para hacer uso de las instalaciones, los drogodependientes no tienen más que llegar, dar un nombre (aunque sea falso), lavarse las manos y usar el material que tienen a su disposición. Si no lo piden, no les asesoran ni dan consejos.Colin Askey / INTERNATIONAL AIDS SOCIETY

En Insite hay 13 puestos de consumo separados por pantallas para que los consumidores tengan cierta intimidad.BCCfE

Pancarta de apoyo al centro. El Gobierno Federal de Canadá ha intentado cerrarlo sin éxito y no se plantea llevar este ejemplo para reducir los contagios a otros lugares del país.BCCfE

Está demostrado que consumir en estos puestos reduce drásticamente el riesgo de contraer enfermedades como sida y hepatitis. Además, suele decrecer la delincuencia y aumentar el porcentaje de adictos que ingresan en programas de desintoxicación.BCCfE

Esta era una de las calles donde los drogadictos solían pincharse antes de que existiese Insite, en un barrio cercano al centro de Vancouver.BCCfE

Un usuario se inyecta droga en uno de los puestos de consumo. Si lo requiriese, el personal sanitario le ayudaría para que el consumo sea lo más seguro posible.BCCfE