Editorial

Llegar a acuerdos

Los partidos deben oír a los electores y consensuar proyectos de gobierno

Llevamos meses hablando del supuesto cambio de modelo político en España por el que transitamos del bipartidismo a un sistema con cuatro partidos compartiendo las preferencias de los electores. Y llevamos meses escuchando a los políticos decir que están dispuestos a hablar, porque han captado el mensaje de los ciudadanos. Pero estamos asistiendo a un diálogo de sordos para negociar la investidura de la candidata a las elecciones al parlamento andaluz que más votos ha obtenido, mientras unos y otros aseguran que tienen voluntad de alcanzar pactos cuanto antes. Una cosa es predicar y otra dar tr...

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Llevamos meses hablando del supuesto cambio de modelo político en España por el que transitamos del bipartidismo a un sistema con cuatro partidos compartiendo las preferencias de los electores. Y llevamos meses escuchando a los políticos decir que están dispuestos a hablar, porque han captado el mensaje de los ciudadanos. Pero estamos asistiendo a un diálogo de sordos para negociar la investidura de la candidata a las elecciones al parlamento andaluz que más votos ha obtenido, mientras unos y otros aseguran que tienen voluntad de alcanzar pactos cuanto antes. Una cosa es predicar y otra dar trigo.

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Para llegar a acuerdos hace falta más que palabras o buenas intenciones. Los pactos requieren voluntad, convencimiento y renuncia mutua; algo que brilla por su ausencia en las negociaciones en Andalucía, y que puede marcar la tendencia a los procesos que obligatoriamente tendrán que iniciarse el próximo 25 de mayo para poder formas gobiernos autonómicos y locales. De nada vale acusar a Susana Díaz de haberse equivocado en la convocatoria de elecciones anticipadas y negarse a cualquier diálogo, como hacen el PP andaluz e Izquierda Unida; o endurecer las condiciones para el pacto como plantean Ciudadanos y Podemos; o, por supuesto, exigir el voto o la abstención sin nada a cambio para ser investida como hace la propia presidenta en funciones. Pactar es otra cosa; es compartir y plantearse la política como algo grande, generoso y a largo plazo.

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Parece como si las cuatro fuerzas políticas a las que las encuestas dan la mayoría de los votos (PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos) pensaran que esos electores que se están decantando por un modelo político de poder compartido vayan a castigarles por llegar a acuerdos en plena campaña electoral. Y ese es claramente un planteamiento erróneo, a juzgar por lo que están diciendo los españoles en las encuestas.

Después de más de 35 años en los que los dos partidos mayoritarios se han repartido entre el 75% y el 80% de los votos en todas las elecciones, hemos entrado en una etapa en la que, a juzgar por los sondeos, ese porcentaje se limitará a un 50% o un 60%. Lo que quiere decir que se han acabado, en líneas generales, las mayorías absolutas en los gobiernos autonómicos, los ayuntamientos y, por supuesto, en el Gobierno de la nación. O, lo que es lo mismo, que la gobernabilidad requiere acuerdos.

Escuchar el mandato de los ciudadanos exige cambiar de actitud frente a los adversarios políticos en el mismo momento en que se se cierran las mesas electorales, y sentarse a dialogar para fromar gobiernos de acuerdo con las preferencias de los electores. Eso no quiere decir que estemos abocados a formar gobiernos de coalición, con reparto de sillones y una cohabitación que muchas veces paraliza la acción del ejecutivo. Es posible, y deseable, alcanzar acuerdos programáticos que permitan gobernar en solitario a la fuerza más votada, o a la que consiga más apoyos postelectorales, asumiendo algunos sus planteamientos.

El ejemplo que están dando los cuatro partidos más votados en Andalucía no es el mejor para los millones de españoles aún indecisos sobre su voto el próximo 24 de mayo. Hacer política es elegir escuchando lo que piden los electores; y pactar es, hoy por hoy, un activo para ganar votos en ese amplio caladero que va del centro-derecha al centro-izquierda, el espacio por el que pugnan PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos. Hay que pactar.

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