Un acuerdo para el crecimiento
El pasado 28 de enero Patricia Rodríguez Olalla, en su carta El tratado (TTIP) o la vida,comparaba el ATCI (en sus siglas en español) con el tratado NAFTA y decía que supondrá consecuencias pésimas para Europa.
Nada más lejos de la realidad. Además de la comparación errónea con un tratado, NAFTA, diferente y ya antiguo, se trata en realidad de un acuerdo que fomentará el crecimiento, la democracia y el mercado libre a ambos lados del Atlántico, y traerá el progreso de nuestra sociedad.
Las negociaciones sobre el ATCI se llevan a cabo con absoluta transparencia y esta sem...
El pasado 28 de enero Patricia Rodríguez Olalla, en su carta El tratado (TTIP) o la vida,comparaba el ATCI (en sus siglas en español) con el tratado NAFTA y decía que supondrá consecuencias pésimas para Europa.
Nada más lejos de la realidad. Además de la comparación errónea con un tratado, NAFTA, diferente y ya antiguo, se trata en realidad de un acuerdo que fomentará el crecimiento, la democracia y el mercado libre a ambos lados del Atlántico, y traerá el progreso de nuestra sociedad.
Las negociaciones sobre el ATCI se llevan a cabo con absoluta transparencia y esta semana acaba de comenzar la octava ronda de negociaciones. La idea es crear un área entre EE UU y Europa en la que no solo desaparezcan los aranceles de aduana —que en algunos sectores son todavía muy altos—, sino otras barreras no arancelarias.
El acceso al mercado implicará también la mejora del acceso a la contratación pública, e incluirá nuevas oportunidades para las empresas europeas, sobre todo pymes. No obstante, ni los servicios públicos como la sanidad o la educación se verán afectados, ni habrá entrada masiva de transgénicos ni de sustancias perjudiciales actualmente prohibidas, ni se implantará el fracking, y ni mucho menos habrá cambios en nuestra legislación laboral.
En conclusión, en vez de “El tratado o la vida”, más bien es “El tratado que le dará vida a Europa”.— Francisco Fonseca Morillo. Director de la Comisión Europea en España.