Pensionistas indignados

Varios son los motivos de peso para estar indignados. Se lleva la palma el injusto IRPF que se aplica a las pensiones. Las retribuciones contributivas son un derecho adquirido a lo largo de toda una vida laboral cotizando a la Seguridad Social. Las cantidades percibidas no corresponden a prestación de trabajo o rendimiento alguno; por tanto, no proceden ser gravadas con el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF).

En cuanto a pagar un porcentaje de los medicamentos precisos para sobrevivir —la mayoría somos crónicos—, no deja de ser otra injusticia. Un Gobierno sensible qu...

Varios son los motivos de peso para estar indignados. Se lleva la palma el injusto IRPF que se aplica a las pensiones. Las retribuciones contributivas son un derecho adquirido a lo largo de toda una vida laboral cotizando a la Seguridad Social. Las cantidades percibidas no corresponden a prestación de trabajo o rendimiento alguno; por tanto, no proceden ser gravadas con el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF).

En cuanto a pagar un porcentaje de los medicamentos precisos para sobrevivir —la mayoría somos crónicos—, no deja de ser otra injusticia. Un Gobierno sensible que dice trabajar y velar por el Estado de bienestar, no debería cometer semejantes abusos. Más bien tendría que cuidar con mayor exquisitez a un colectivo de más de ocho millones de personas que en su día lo dieron todo, pero que ahora viven las limitaciones propias de la edad. En el nuevo Portal de Transparencia del Gobierno se pueden ver las irregularidades y despilfarros en indemnizaciones, salarios de altos cargos y subvenciones a partidos políticos y otros, algunos desleales con la unidad de España.

Anomalías que aumentan nuestra indignación y desencanto en quienes depositamos nuestra confianza. Está bien acordarse y beneficiar a las familias numerosas y con discapacitados, pero está mal olvidarse de ocho millones de pensionistas.— Pascual Borredá Ramírez.