La sonda ‘Hayabusa II’ está a punto de partir para tomar muestras a un asteroide

La misión científica japonesa intentará traer a la Tierra unos gramos de una roca celeste

Proyecto japonés Hayabusa 2.JAXA

Una nueva y atrevida misión espacial está lista para partir al encuentro de un cuerpo del Sistema Solar, el asteroide 1999JU3, una roca de unos 920 metros. El objetivo de la sonda japonesa Hayabusa II es estudiar de cerca ese pequeño objeto celeste con un sistema de minirobots que desplegará en su superficie e incluso tomar unos gramos de muestras allí para traerlas a la Tierra y ser analizadas aquí. La Hayabusa II está ya colocada en la punta de un cohete H IIA, en el centro espacial de Tanegashima, en la isla del mismo nombre en el suroeste de Japón, y el lanzamiento estaba...

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Una nueva y atrevida misión espacial está lista para partir al encuentro de un cuerpo del Sistema Solar, el asteroide 1999JU3, una roca de unos 920 metros. El objetivo de la sonda japonesa Hayabusa II es estudiar de cerca ese pequeño objeto celeste con un sistema de minirobots que desplegará en su superficie e incluso tomar unos gramos de muestras allí para traerlas a la Tierra y ser analizadas aquí. La Hayabusa II está ya colocada en la punta de un cohete H IIA, en el centro espacial de Tanegashima, en la isla del mismo nombre en el suroeste de Japón, y el lanzamiento estaba programado para mañana. Pero las condiciones meteorológicas adversas, previstas para el fin de semana, han obligado a retrasar la partida y finalmente se ha fijado el lanzamiento para el próximo lunes, 1 de diciembre, a las 13.22, hora de Tokio (las 21.22, hora peninsular española). La Hayabusa II, una misión de la agencia espacia nipona JAXA con la colaboración de Alemania y Francia, debe culminar con la llegada de las muestras del asteroide a finales de 2020.

A los pocos días del descenso de la sonda europea Philae en la superficie del cometa 67P/Churyamov-Gerasimenko, y con la misión científica Rosetta ya plenamente dedicada a estudiar a evolución de ese objeto de hielo y polvo en su camino hacia el Sol, esta otra misión, la Hayabusa II se dispone e iniciar el estudio de un tipo distinto de cuerpo celeste, un asteroide.

Su destino es un asteroide tipo C, que se considera apenas alterado por el entorno espacial y el calor y que debe contener minerales hidratados y orgánicos

El destino de Hayabusa II es un asteroide tipo C, que se consideran apenas alterados por el entorno espacial y el calor y que debe contener minerales hidratados y orgánicos. "Para profundizar en el conocimiento del origen y evolución del Sistema Solar es importante investigar los tipos básicos de asteroides, S, C y D", señala la agencia espacial japonesa. La misión Hayabusa I, de la que el heredera directa la que esta a punto de partir, se ocupó de un asteroide de tipo S, el Itokawa, y ahora los científicos japoneses van a por uno de tipo C, menos modificado.

"Los minerales y el agua que forman la Tierra, así como los materiales básicos para la vida, se cree que están directamente conectados con la nebulosa solar primigenia del inicio del Sistema Solar, y con esta misión esperamos ayudar a clarificar el origen de la vida analizando muestras de un cuerpo celeste primitivo como un asteroide de tipo C, estudiando materia orgánica y agua en el Sistema Solar, como coexisten y afectan mutuamente", explican los científicos de JAXA.

Recreación de la llegada de Hayabusa II al asteroide.JAXA

La Hayabusa II, una misión desarrollada y construida en cuatro años con un coste estimado de unos 275 millones de dólares (220 millones de euros), es una versión modernizada de la Hayabusa I, con importantes novedades, como sus antenas avanzadas planas, que mejorar la comunicación con la Tierra o los mecanismos de muestreo y las cámaras. La sonda pesa en la Tierra casi 600 kilos y mide 1x1,6x1,4 metros. Para llegar al asteroide 1999JU3, impulsada por motores iónicos, se pondrá en una órbita adecuada alrededor del Sol, cumplirá una maniobra gravitatoria alrededor de la Tierra a finales de 2015 para ganar velocidad y está previsto que llegue al asteroide a mediados de 2018. Estará allí un año y medio antes de emprender el regreso a finales de 2019 y llegar a las proximidades de la Tierra un año después. Soltará la pequeña cápsula con las muestras tomadas en el asteroide que debe caer en Australia. En total habrá recorrido 5.240 millones de kilómetros, debido a su ruta orbital, señala la JAXA, apuntando que en el mismo tiempo, la Tierra, girando alrededor del Sol habrá cubierto una distancia algo mayor, 5.640 millones de kilómetros.

Es una misión desarrollada y construida en cuatro años con un coste estimado de 220 millones de euros

También el robot Hayabusa I, lanzado en 2003, trajo muestras, en su caso del Itokawa, una roca celeste con forma de cacahuete y 540 metros de tamaño máximo. Fue en 2010. La nueva misión aporta avances importantes. Cuando llegue junto al asteroide dedicara un tiempo a estudiarlo de cerca y enviará al suelo unos pequeños robots para tomar datos: el Minerva II japonés y el Mascot, un artefacto de diez kilos (en la Tierra) desarrollado por las agencias espaciales alemana (DLR, la misma que hizo el Philae de la misión Rosetta) y francesa (CNES). Estos robots se deben desplazar a saltos por el asteroide para tomar datos en distintos puntos (se espera que, al menos, sean tres puntos).

De la toma de muestras del suelo se encarga directamente la Hayabusa II, con una estrategia de contacto y despegue inmediato, es decir, como si pellizcara la superficie de la roca 1999JU3. Pero ademas, la sonda lleva un pequeño impactador, un bloque de cobre fundamentalmente, que la Hayabusa II lanzara al suelo para que haga un cráter artificial de unos pocos metros de diámetro y aflore así el material del subsuelo, inalterado. Luego la sonda realizará otra maniobra de pellizcar la superficie precisamente en el cráter abierto para tomar muestras. En total serán pocos gramos de material los que deben llegar a la Tierra, pero serán gramos valiosísimos para los científicos.

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