Migrados
Coordinado por Lola Hierro

¡La edad sí importa!

AUTOR INVITADO: MARCELA PESANTEZ

Mujeres en el taller de costura. Kheel Center (CC)

La semana pasada me toco ir, como a todas las desempleadas a sellar el paro. Allí, tras una larga fila y mientras esperaba mi turno, me fije en una característica bastante notoria: la edad de las mujeres de la fila. Mujeres españolas y de origen ecuatoriano, colombiano, peruano, boliviano y otras que no distinguí de dónde eran pero todas ellas, incluida yo, pasábamos de los 40.

Aprovechando semejante filón de tema de investigación, me puse a hablar con ellas. Algunas hablaban más, otras menos, pero enseguida conectamos en el universo triste y desesperado de la situación de desempleo y anote algunos comentarios de estas mujeres dignos de leer y que quiero compartir.

  • "Cuando dejo el currículo en un almacén de venta al público y delante de mí hay alguien más joven, ya ni tengo esperanza de que me llamen".
  • "A mí me pasa al contrario: cuando hay alguien más joven que yo que se ofrece para cocinar, limpiar y atender a un mayor, sé que me llamarán a mí, lo que pasa es que me pagarán menos".
  • "Aquí en la oficina he preguntado y dicen que cuando hay cursos de formación prefieren llamar a gente joven para que se forme: Dicen que es una orden del Gobierno: primero van las de menos de 35 años".
  • "Cuando hay una española de nuestra misma edad en la fila, ella entra primero a la entrevista pero luego, como a nosotras nos pagan menos, al final a veces sí nos cogen; yo he tenido trabajitos de un mes, de dos..."
  • "Lo que pasa es que la edad importa para cuando se valora la paciencia, la experiencia... Pero cuando se quieren mostrar las carnes ya no, por eso yo no dejo nada para trabajar en venta al público".
  • "Yo siento que son dos cosas distintas pero iguales al final: la edad y ser migrantes nos tiene bien jodidas; nos pagan menos y trabajamos más".
  • "Yo soy trabajadora social y mi amiga estudió aquí integración social. Antes nos contrataban para trabajar en temas de servicios sociales porque somos de fuera y les interesaba, ahora ya sólo cogen a españolas, pero el trabajo en lo social ya no es el mismo. ¡Ellos se pierden!".
  • "Lo que me causa indignación es que a las chicas jóvenes les piden experiencia que no tienen y a nosotras nos piden juventud, o sea que a las dos al final nos falta algo".
  • "A mí lo que me pasa es que me indigna ver cómo hace poco se peleaban por contratarme por mi cercanía con mi colectivo rumano y ahora ya ni me miran".
  • "Con esto del paro, muchos hijos e hijas de los viejitos a los que cuidaba se hacen cargo ellos y ellas mismas de cuidarlo porque, si me pagan, se quedan sin comer. Es triste, a mí me da mucha pena, pero lo entiendo".

Creo que a un buen entendedor no hace falta contarle más: ¡la edad sí importa! Lo que no se entiende, sin embargo, es que entidades que trabajan con temas de migración, de derechos sociales o de exclusión social también prefieran a las jovencitas y no a gente como algunas de nosotras, que tenemos experiencia para regalar, ganas de trabajar y que, sin embargo, tengamos muchos días que arrastrar los pies cansados para seguir dejando nuestros currículos con la esperanza de que se valore en primera línea nuestra experiencia y no nuestras patas de gallo.

Marcela Pesantez pertenece a la Red Mujeres Latinoamericanas y del Caribe en España

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