Por un futuro sostenible

Yo digo no a la mina de oro en Tapia porque cuando un organismo como la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) por tres veces la rechaza, no hay duda de que tiene graves deficiencias ambientales y no garantiza el futuro de la comarca. A las multinacionales no les importa flora, fauna, contaminación ni habitantes. En los últimos 25 años se registraron más de 30 gravísimos accidentes en el mundo, todos relacionados con el cianuro, con el proceso de lixiviación y almacenamiento. Roturas de balsas de decantación de lodos tóxicos que devastaron ríos, manantiales, acuíferos, ganade...

Yo digo no a la mina de oro en Tapia porque cuando un organismo como la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) por tres veces la rechaza, no hay duda de que tiene graves deficiencias ambientales y no garantiza el futuro de la comarca. A las multinacionales no les importa flora, fauna, contaminación ni habitantes. En los últimos 25 años se registraron más de 30 gravísimos accidentes en el mundo, todos relacionados con el cianuro, con el proceso de lixiviación y almacenamiento. Roturas de balsas de decantación de lodos tóxicos que devastaron ríos, manantiales, acuíferos, ganadería, agricultura, playas, pesca y vidas. Porque es incompatible el modo de vida sostenible que mantiene el empleo en la zona con la extracción del oro. Según Asturgold, dos centenares de empleos, limitados a 10 años, siempre que no baje el precio del oro y cierren, contra centenares en existencia en lácteos, ganadería, agricultura, pesca y turismo. Esto, sin contar el riesgo que conllevan este tipo de minas para contraer cáncer. La sensibilidad medioambiental de los Gobiernos ha convertido el país en un páramo; multinacionales sin crédito ni futuro entran invocando cuatro puestos de trabajo.— Alberto Carlos Polledo Arias.