Una predicción histórica (y II)

El panorama del tiempo en la reunión definitiva para determinar el día del ataque en las playas de Normandía no podía ser peor: lluvia, viento y abundante nubosidad sobre el canal de la Mancha

El presidente de EE UU Barack Obama habla ante veteranos del 'Día D'. C. D.

Ayer comentábamos cómo el comandante supremo Eisenhower se rodeó de un experto grupo de meteorólogos para poder elegir el día definitivo del ataque aliado sobre las playas de Normandía aquel histórico 6 junio de 1944. De entrada, se consideró elegir junio como el mejor mes para plantear el ataque, pero la presión que tuvieron que soportar los meteorólogos responsables (Krick, Pettersen y Stagg) fue extrema, puesto que se requería seleccionar un día que tuviera luna llena, poca nubosidad, poco oleaje para desembarcar en condiciones a los soldados y el material y poco viento para los paracaidist...

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Ayer comentábamos cómo el comandante supremo Eisenhower se rodeó de un experto grupo de meteorólogos para poder elegir el día definitivo del ataque aliado sobre las playas de Normandía aquel histórico 6 junio de 1944. De entrada, se consideró elegir junio como el mejor mes para plantear el ataque, pero la presión que tuvieron que soportar los meteorólogos responsables (Krick, Pettersen y Stagg) fue extrema, puesto que se requería seleccionar un día que tuviera luna llena, poca nubosidad, poco oleaje para desembarcar en condiciones a los soldados y el material y poco viento para los paracaidistas. No fue posible.

Mayo acabó muy estable, pero, para desgracia del Ejército aliado, junio empezó muy inseguro. De hecho, tras unos primeros días de mucha incertidumbre, puesto que el tiempo no mejoraba, la reunión definitiva para determinar el día del ataque entre los altos mandos militares y el equipo de meteorólogos se celebró el 4 de junio, domingo, por la noche. En ese momento, el panorama no podía ser peor: lluvia, viento y abundante nubosidad sobre el canal de la Mancha. Con estas condiciones no se podía afrontar un desembarco anfibio y ataque aéreo con garantías, pero los expertos predijeron que, desde la tarde del lunes 5 hasta el anochecer del 6, una vez se retirara el frente frío que tenían encima, las condiciones serían más estables. El 5 de junio a las cuatro de la madrugada, todavía había viento y lluvia para iniciar el ataque, pero Montgomery y Eisenhower decidieron confiar en el acertado pronóstico de Stagg, que resultó clave para el éxito de la operación.

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