Cartas al director

Al fin, la identidad

Si la historia del País Vasco y de Cataluña no es ni más ni menos importante que otras, me pregunto por qué la palabra “identidad”, tan cara a los nacionalismos, suena más intensa en los casos vasco y catalán. ¿Será por tener un idioma propio? No lo creo; los idiomas propios no te obligan a ser independiente, o a tener un pacto fiscal distinto; no son entes caprichosos. Además, en el País Vasco el idioma más hablado es el castellano y, sin embargo, la “identidad” vasca suena más potente que la catalana; al menos en tiempo de paz.

Les explicaré cómo es mi identidad: yo nací en un país l...

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Si la historia del País Vasco y de Cataluña no es ni más ni menos importante que otras, me pregunto por qué la palabra “identidad”, tan cara a los nacionalismos, suena más intensa en los casos vasco y catalán. ¿Será por tener un idioma propio? No lo creo; los idiomas propios no te obligan a ser independiente, o a tener un pacto fiscal distinto; no son entes caprichosos. Además, en el País Vasco el idioma más hablado es el castellano y, sin embargo, la “identidad” vasca suena más potente que la catalana; al menos en tiempo de paz.

Les explicaré cómo es mi identidad: yo nací en un país llamado España, y dentro de ella, en un país o región llamada Galicia; más aún: dentro de Galicia nací en una comarca llamada Rías Baixas, etcétera. Mi identidad, pues, no tiene estructura cerrada, como de ladrillo, sino de capas, como las cebollas; quitas una capa y aparece otra: Europa, España, Galicia, Rías Baixas; cada una con sus virtudes y defectos. Además hablo castellano y gallego; pero no son mis “idiomas propios”; son mis idiomas habituales: no soy tan pedante como para creer que son de mi propiedad. Más independiente, imposible.

El arte románico, cristiano, es parte de la identidad de la mitad norte de España, y el arte musulmán, Mezquita, Alhambra, etcétera, es parte de la identidad de la mitad sur; ambos se dan la mano y se comunican; un ejemplo para la xenofobia que nos acosa por todas partes, Europa incluida.— Ignacio Rodríguez.

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