Cartas al director

La sublimación del carbónico

Leo asombrado la receta del gin-tonic excelso de un famoso coctelero. Se prepara en vaso de cristal alto y ancho, en homenaje al vaso de sidra (?), lo que es una de las claves del G&T.

Se sirven seis o siete (qué precisión) cubitos de hielo diamantinos —busquen, busquen, en Internet: el hielo diamantino, el agua diamantina que ha descubierto un francés a base de proporcionarle un rate vibratorio con un ciclotrón—. Espero que el artículo no se refiera a cubitos hechos con esa agua esotérica. ¿A qué se refiere? ¿Al brillo del hielo? ¿Eso mejora el ...

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Leo asombrado la receta del gin-tonic excelso de un famoso coctelero. Se prepara en vaso de cristal alto y ancho, en homenaje al vaso de sidra (?), lo que es una de las claves del G&T.

Se sirven seis o siete (qué precisión) cubitos de hielo diamantinos —busquen, busquen, en Internet: el hielo diamantino, el agua diamantina que ha descubierto un francés a base de proporcionarle un rate vibratorio con un ciclotrón—. Espero que el artículo no se refiera a cubitos hechos con esa agua esotérica. ¿A qué se refiere? ¿Al brillo del hielo? ¿Eso mejora el G&T?

Se escurre el agua con un “colador de gusanillo” (?) y escanciamos (¿homenaje a la sidra?) seis centilitros, seis, de Bombay Sapphire, no otra.

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Es importante que el vaso y la ginebra estén bien fríos, para así evitar (¡atención!) la sublimación del carbónico. Esto es lo que más me ha gustado: el carbónico disuelto... sublima. Qué romántico.— Olav Mazarrasa Mowinckel

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