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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Paraguay: el acoso de la soja

Segundo capítulo del reportaje"Paraguay"que publicamos a lo largo de la semana. PorLaura Hurtado(@laurtado).

-¿Cuántas veces os han querido comprar la tierra?

-Muchísimas.

-¿Y os ofrecen mucho dinero?

-Sí, demasiado. Lo que pasa es que el dinero se termina. Si vendemos nuestra tierra nos quedamos sin nada.

-¿Y vuestros vecinos qué han hecho?

-Aquí todo el mundo ha vendido o alquila su tierra para cultivar soja. Les dan semillas, créditos y apoyo para la mecanización. Solo resistimos 60 familias.

Lamentablemente, la historia de este matrimonio campesino es muy común en Paraguay donde el 80% de la superficie destinada a la agricultura está ocupada por soja. Un monocultivo que crece a un ritmo frenético y que convierte a este pequeño país del cono Sur (que tiene la misma extensión que España) en el sexto productor mundial de soja y el cuarto exportador. El PIB del país aumenta (un 13% el año pasado) pero no la calidad de vida de sus habitantes (1 tercio de la población, casi 2 millones de personas, pasan hambre).

Este modelo de desarrollo produce grandes beneficios para una pequeña minoría mientras expulsa a los campesinos que se ven obligados a emigrar a la ciudad. Las empresas sojeras apenas generan empleo, destruyen el medioambiente y casi no pagan impuestos (contribuyen con el 1% a las arcas del Estado mientras que la mayoría de los paraguayos pagan un 13%).

Para acabar de arreglarlo, la soja que se produce en Paraguay no alimenta al país sino que se exporta al extranjero, sobre todo a China y a Europa, donde se usa en gran medida para dar de comer al ganado y para producir agrocombustibles. Nosotros estamos al otro extremo de la cadena. A miles y miles de kilómetros, somos cómplices de lo que pasa en Paraguay.

-¿Nunca han tenido la tentación de vender sus tierras?

-Muchas. La presión es muy fuerte. Hace unos días nos cortaron el agua. Hay vecinos que no quieren comprarnos lo que producimos. También sufrimos por nuestra salud, nos da miedo el efecto de las fumigaciones.

-¿Y no estarían mejor en la ciudad?

- Nosotros no nos iremos de acá. Acá lo tenemos todo.

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