La exnovia del príncipe Enrique debuta como actriz

Cressida Bonas participa en una obra de teatro durante el festival literario de Hay-on-Wye Tras la ruptura con el nieto de Isabel II, la joven se ha volcado en su vocación

Cressida Bonas, exnovia del príncipe Enrique.CORDON

La de princesa no es una posición tan deseada como insinúan los cuentos. A pesar del sueldo de por vida, la adulación y las comodidades, también implica falta de privacidad, renuncias y fastidios. Las jóvenes del ambiente privilegiado donde se mueven los royals hoy se piensan muy mucho eso de ponerse una corona. Para Cressida Bonas, los inconvenientes superaron a las ventajas, y tras dos años de relación tomó ...

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La de princesa no es una posición tan deseada como insinúan los cuentos. A pesar del sueldo de por vida, la adulación y las comodidades, también implica falta de privacidad, renuncias y fastidios. Las jóvenes del ambiente privilegiado donde se mueven los royals hoy se piensan muy mucho eso de ponerse una corona. Para Cressida Bonas, los inconvenientes superaron a las ventajas, y tras dos años de relación tomó la decisión de romper con Enrique de Inglaterra. Justo cuando los británicos ya daban por sentado que se casaría con él.

La exnovia del nieto de Isabel II, licenciada en danza por la universidad de Leeds y el conservatorio Balan de Londres, soñaba con probar suerte en los escenarios, pero las formalidades requeridas por su relación con el príncipe se lo impedían. Tras la separación no ha perdido el tiempo y se ha volcado en su vocación. Esta semana ha debutado como actriz profesional en el festival literario Hay-On-Wye.

A pesar de compartir nombre con una heroína de Shakespeare, la joven de 25 años ha elegido una producción poco convencional para su estreno. Es una de las protagonistas de There is a Monster in the Lake, un cuento de hadas surrealista sobre un anciano con demencia ingresado en una residencia dirigido por Lily Ashley, la nieta de la diseñadora Laura Ashley. Bonas interpreta a un lobo retirado, que cansado de hacer fechorías, decide reciclarse en guía turístico. En una tienda de campaña y frente a su familia y a un público de unas 50 personas, actuó y cantó blues a capella, sorprendiendo favorablemente a muchos de los asistentes por la calidad de su trabajo. Su aparición no fue publicitada, pero la compañía teatral Spoken Mirror tiene previsto representar la obra hasta el 19 de julio, comenzando la gira en Londres.

Se trata de la primera vez que aparece oficialmente en público después de la ruptura con el príncipe Enrique el mes pasado, lo que apunta a que Cressida va en serio con sus aspiraciones artísticas. Ya en el colegio despuntaba como actriz y fue elegida para interpretar a Desdémona en una producción de Otelo que también se representó en el prestigioso festival de artes escénicas de Edimburgo. Sin embargo, tras graduarse en el conservatorio en 2013 aceptó un puesto fijo como asistente en una empresa de marketing en Londres. Esta decisión, unida al hecho de que acompañó a Enrique a una serie de actos semioficiales, disparó las especulaciones sobre un inminente compromiso. La repentina atención no hizo más que aumentar las dudas de Cressida sobre su futuro como parte de La firma, como se conoce popularmente a la familia real británica.

El desencadenante de la ruptura fue una discusión por el precio de un billete de avión. Enrique se disponía a viajar a Memphis para la boda de su amigo Guy Pelly y pidió a Cressida que fuera con él. La joven, que recibía un sueldo equivalente a unos 24.000 euros al año y comparte piso en Londres con una amiga no podía asumir los 800 euros que costaba el billete de avión. Salir con un miembro de la realeza, y no todas las familias son como los Middleton, que sufragaron el tren de vida de su hija Catalina para que estuviera a la altura del de su novio el príncipe Guillermo.

Los amigos de Cressida declararon a la prensa que la joven se sentía frustrada y descontenta desde hacía una temporada, y que la cobertura del viaje oficial de Guillermo y Catalina a Australia a Nueva Zelanda le había hecho darse cuenta de lo difícil que le resultaría aguantar semejante presión mediática.

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