La herencia maldita de la familia Suárez

Adolfo Suárez Illana es el quinto integrante del clan en enfrentarse al cáncer Se enteró de su enfermedad mientras agonizaba su padre en el hospital

Adolfo Suárez Illana, en el momento de ingresar para ser operado.EUROPA PRESS

Cuando Adolfo Suárez Illana compareció ante los medios de comunicación el pasado 21 de marzo para anunciar que la salud de su padre se había deteriorado y que el desenlace era “inminente”, ya sabía que estaba enfermo. Su cuerpo, entonces, no marchaba bien pero muy pocos eran conocedores de ello. Durante el ingreso hospitalario del expresidente del Gobierno, su primogénito aprovechó para hacerse un completo chequeo. Las pri...

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Cuando Adolfo Suárez Illana compareció ante los medios de comunicación el pasado 21 de marzo para anunciar que la salud de su padre se había deteriorado y que el desenlace era “inminente”, ya sabía que estaba enfermo. Su cuerpo, entonces, no marchaba bien pero muy pocos eran conocedores de ello. Durante el ingreso hospitalario del expresidente del Gobierno, su primogénito aprovechó para hacerse un completo chequeo. Las primeras pruebas dieron la voz de alarma y los especialistas le recomendaron que se sometiera a unos análisis complementarios para determinar el alcance de la enfermedad. Así que mientras él y sus cuatro hermanos asistían a la multitudinaria despedida que los españoles rindieron a Adolfo Suárez González, la sombra de la enfermedad se posó de nuevo en una familia que convive desde hace dos décadas con el cáncer.

Suárez Illana guardó silencio hasta el pasado lunes. Ese día cumplió 50 años y ese día decidió contar que estaba vez era a él a quien le había tocado, que tiene un tumor en el cuello. Decidió hacerlo con lo que él denomina “naturalidad” y un cierto sentido del humor. “Ser un Suárez y no tener un cáncer es como un huevo sin sal”.

Esta familia se sabe marcada desde que Amparo Illana, la matriarca, enfermó y a los 66 años, después de una lucha casi siete, murió. Era 2001. Tres años después Mariam, la hija mayor, fallecía a los 41 de la misma dolencia que su madre. La joven durante una época se convirtió en un símbolo de la lucha contra el cáncer, batalla en la que estuvo 11 años. Incluso escribió un libro, Diagnóstico: cáncer, mi lucha por la vida, en el que, con prólogo de su padre Adolfo Suárez, relató su experiencia a lo largo de 200 páginas. Después sus hermanas Sonsoles y Laura pasaron por lo mismo aunque ellas tuvieron más suerte y salieron victoriosas de la batalla. Solo Javier, el menor, se ha librado. De la misma manera que la familia cerró filas en los casos precedentes, lo ha hecho ahora alrededor de Adolfo hijo. Pocas horas antes de entrar en el quirófano, en la primera de las dos operaciones a las que se tiene que someter, atendió a este periódico.

“Estoy en manos de Dios y confío plenamente en él”, dijo Suárez Illana al abordar su estado de ánimo y su salud. Es una persona de fuertes convicciones religiosas y a su fe se ha agarrado para luchar. No se siente preso de la mala suerte, todo lo contrario: “No me puedo quejar de nada. De los 6.500 millones de paisanos que vivimos en el mundo, los españoles somos unos privilegiados y yo, especialmente, no me puedo quejar de nada”, reflexiona sobre la vida que ha llevado. Luego recuerda: “He tenido unos padres y una hermana maravillosos”. Y añade. “Ahora tengo al lado a unos hermanos y a una mujer espectacular”.

El matrimonio Suárez son sus hijos Mariam y Sonsoles.CÉSAR LUCAS

Suárez Illana está casado con Isabel Flores, hija del ganadero Samuel Flores. La pareja tiene dos hijos: Adolfo y Pablo. El matrimonio se casó en junio de 1998, en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Villahermosa (Ciudad Real), una boda a la que asistieron los Reyes de España, el Príncipe de Asturias y el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, y los por entonces ministros de Interior, Jaime Mayor Oreja, y de Trabajo y Asuntos Sociales, Javier Arenas, y José Bono, presidente en ese momento de Castilla-La Mancha, puesto al que él aspiró sin éxito en su breve incursión en la política. Ahora está dedicado al mundo de la abogacía.

Estos días el teléfono de los Suárez no para de sonar. “De todas las llamadas que he recibido la de la Reina me hizo especial ilusión por ser de las primeras y por su gran cariño”, confiesa Suárez Illana. Después llegaron otras desde La Zarzuela. La relación de la familia real española con los hijos del expresidente es muy estrecha.

En las últimas horas Sonsoles, Laura y Javier van y vienen del hospital para cuidar al hermano mayor. En estos momentos todos son una piña. Atrás quedaron los momentos de tensión en los que Adolfo intentó ver qué posibilidades tenía de heredar el título de duque de Suárez, que el Rey otorgó a su padre. Su sobrina Alejandra Romero, la hija de Mariam, ya está en disposición de iniciar los trámites para heredarlo. Nada más se sabe del legado de Adolfo Suárez. Tampoco se tienen noticias de las notas que al parecer dejó escritas el expresidente antes de que la memoria le abandonara y que podrían acabar siendo un libro. Todo se ha parado ante este nuevo envite del cáncer.

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