La nueva ley de Gallardón

Años investigando y trabajando en el laboratorio para encontrar métodos que permitan el diagnóstico temprano de malformaciones fetales en fases cada vez menos avanzadas del embarazo. El diagnóstico actualmente puede hacerse en las primeras semanas y en casos especiales incluso preimplantacional. Se ha trabajado años para mejorar el consejo genético a las familias. Todo para tratar de evitar el sufrimiento a las mujeres y sus familias, para evitar penas que condicionan su estabilidad emocional y su calidad de vida.

 Todo este esfuerzo se va al traste con la nueva ley del ministro Gallard...

Años investigando y trabajando en el laboratorio para encontrar métodos que permitan el diagnóstico temprano de malformaciones fetales en fases cada vez menos avanzadas del embarazo. El diagnóstico actualmente puede hacerse en las primeras semanas y en casos especiales incluso preimplantacional. Se ha trabajado años para mejorar el consejo genético a las familias. Todo para tratar de evitar el sufrimiento a las mujeres y sus familias, para evitar penas que condicionan su estabilidad emocional y su calidad de vida.

 Todo este esfuerzo se va al traste con la nueva ley del ministro Gallardón. El ministro condena a las mujeres a un aborto clandestino, o a las familias a soportar una carga que destroza la felicidad de más de una generación. La ley condena a los afectados a convivir con unas deficiencias que son actualmente evitables y que los hace dependientes de sus familiares y de la sociedad.

No solo esto, que es muchísimo: también tira por la borda toda la investigación que se ha llevado a cabo durante estos años y en la que la comunidad científica española ha contribuido con su dedicación. El interés por el conocimiento no solo se ve en los recursos que se destinan a la investigación, sino también en el valor que se da los resultados.— Dra. Montserrat Ponsà Fontanals. Universidad Autónoma de Barcelona.